jueves, 10 de diciembre de 2015

Paisajes que conmueven

El Museo Carlos de Amberes exhibe una magnífica colección de grabados holandeses y flamencos del siglo XVII, en los que el paisaje pasa a ser el principal protagonista de la imagen
Hasta septiembre de 2015, el Museo Carlos de Amberes de Madrid ofrece la oportunidad única de maravillarse ante decenas de grabados holandeses y flamencos del siglo XVII, dominados por paisajes abiertos, extensos y serenos: valles solitarios, árboles frondosos, ríos y pantanos, granjas, molinos y edificios en ruinas. Escenas líricas y conmovedoras, en ocasiones protagonizadas por campesinos: el trabajador que regresa a la ciudad al anochecer o la pastora que le habla a su perro en compañía de su ganado. El paisaje aparece en el arte desde tiempos inmemoriales, pero con los maestros flamencos y holandeses cobra un nuevo sentido. "Es a finales del siglo XV y comienzos del XVI cuando pasa a ser el principal protagonista de la imagen, especialmente en las obras del pintor flamenco Joachim Patinir", explica Concha Huidobro, la comisaria de la exposición El auge del paisaje. Grabados holandeses y flamencos del siglo XVII. "Hasta ese momento el paisaje necesitaba una disculpa, era el entorno de diferentes temáticas, estaba atado por fuertes ligaduras", añade.

Grabados de Rembrandt y de otros maestros

En el siglo XVII, el grabado de paisaje trae consigo un nuevo movimiento artístico y es entonces "cuando se desborda y surge una magnífica pléyade de artistas", en palabras de Huidobro, jefa de la Sección de Grabados de la Bibilioteca Nacional de España entre 2004 y 2013. La muestra reúne 38 grabados de diversos autores como Rembrandt, Sadeler, Van Uden y Van Ruysdael, procedentes de la colección Deltoro-Vives y la Biblioteca Nacional de España, además de óleos y tapices de Rubens, Van Dyck, Teniers II y otros flamencos del siglo XVII. "En cuanto a lo que representan estos paisajes, predominan primero los naturales, sin la intervención del hombre, y después los ambientes rurales o urbanos, con diferentes edificios: granjas, molinos, viviendas, iglesias, ruinas, etc. En otros casos aparecen figuras en distintos lugares y actitudes y, por último, se hallan los paisajes con escenas de caza o en ambientes pastoriles con animales domésticos", observa Huidobro.

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