jueves, 10 de diciembre de 2015

Edison, el inventor superado por su invento

Edison, el inventor superado por su invento

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Debido al crecimiento exponencial de Internet, es muy difícil predecir cómo se van a usar los nuevos medios y en qué nos van a beneficiar. Examinar el desigual acierto de anteriores predicciones supone toda una lección de humildad y puede ayudarnos a imaginar el futuro.
En 1878, un año después de haber inventado el fonógrafo, Thomas Edison no tenía ni idea (o, más bien, tenía demasiadas ideas) de cómo se podría utilizar, pero a priori no dio con la aplicación definitiva de su aparato.
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Thomas Edison con su segundo fonógrafo, en 1878. Crédito: Mathew Brady
Edison era un inventor brillante que tomaba notas meticulosamente. Estas son las 10 ideas que anotó para el uso del fonógrafo:
  1. Redacción de cartas y toda clase de dictados sin necesidad de taquígrafos.
  2. Libros fonográficos que hablarán a los ciegos sin que estos tengan que hacer esfuerzo alguno.
  3. Enseñanza de dicción.
  4. Música: el fonógrafo sin duda se destinará más que nada a la música.
  5. Recuerdos de familia: preservar los dichos, las voces y las últimas palabras de los familiares moribundos como si fueran de grandes hombres.
  6. Cajas de música, juguetes, etcétera: podremos regalar a nuestros hijos por Navidad muñecos que hablen, canten, lloren o rían.
  7. Relojes que anuncien la hora de viva voz, llamen a comer, le digan al pretendiente que son las diez y, por tanto, hora de irse a casa, etcétera.
  8. Preservación del lenguaje mediante las grabaciones de nuestros Washington, nuestros Lincoln, nuestros Gladstone.
  9. Fines educativos, como conservar las lecciones del profesor de modo que el alumno pueda consultarlas en cualquier momento o para aprender ortografía.
  10. Grabación de llamadas telefónicas: el perfeccionamiento o avance del arte de la telefoníamediante el fonógrafo, haciendo de este un instrumento auxiliar en la transmisión de grabaciones permanentes.
Primero lo intentó con el negocio de la redacción de cartas sin taquígrafos. Y fracasó, sobre todo porque suponía una importante amenaza para el oficio de taquígrafo. Serían necesarios años (y unas cuantas recapitalizaciones) para que la música se convirtiera en la aplicación comercial por excelencia del fonógrafo. Y se trata de un negocio que ha sobrevivido durante más de 100 años antes de empezar a declinar.

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