jueves, 17 de diciembre de 2015

Murió la cantante cubana Esther Borja

Murió la cantante cubana Esther Borja

Textos tomados de Cubadebate y encaribe.org
https://lociertosincensura.wordpress.com/2013/12/28/murio-la-cantante-cubana-esther-borja/
Borjaesther-borja-jm-morales1La cantante Esther Borja, considerada una de las principales voces de Cuba en el siglo XX y famosa por sus interpretaciones de la música de Ernesto Lecuona, falleció hoy en La Habana a los 100 años.
Un reporte de la televisión precisó que Borja murió en la madrugada de este sábado y sus restos serán incinerados y velados en una ceremonia íntima.
Borja, quien en 2002 fue galardonada con el Premio Nacional de la Música, nació en La Habana el 5 de diciembre de 1913 y este mes cumplió 100 años alejada de la vida pública por una enfermedad.
Su centenario fue recordado con homenajes de artistas y músicos en la isla, donde se había retirado oficialmente de los escenarios en 1984 tras más de medio siglo de carrera.
Con voz de mezzosoprano, Esther Borja fue una de las más importantes promotoras del arte lírico en Cuba y es considerada la mejor intérprete de las canciones del famoso compositor y pianista cubano Ernesto Lecuona (1895-1963), de quien fue amiga personal.
Borja no sólo difundió durante muchos años la obra de Lecuona, dentro y fuera de la isla, sino que también defendió la música de otros importantes del cancionero cubano del siglo XX como Gonzalo Roig y Adolfo Guzmán, entre otros.
Conocida como la “damisela encantadora”, a partir de una de los temas de Lecuona que más la identificó, Borja actuó en zarzuelas y operetas, trabajó en la radio, el teatro, el cine y la televisión, donde incluso animó un programa musical durante varios años.
Su carrera profesional comenzó en 1935, acompañada por Lecuona al piano en los más importantes teatros de La Habana.
Sus giras internacionales incluyeron países como Argentina, Chile, Perú, Brasil, Uruguay, España y Estados Unidos.

Biografía publicada por encaribe.org 
Esther Borja Pérez. (1913) Célebre intérprete de la canción cubana.
Esther Borja nació en 5 de diciembre de 1913, en la calle Corrales No.80, entre Águila y Ángeles, La Habana, Cuba, en los altos de la estación de radio Lavín.
Hija de Ladislao Borja y Ramona Pérez, quien cantaba canciones cubanas y trozos de zarzuelas en veladas familiares, acompañada al piano, y fuera su maestra inicial.
La familia recibía a menudo la visita de músicos destacados de la época, como Antonio María Romeu. Siendo adolescente conoció a Rosendo Ruíz Suárez, quien era su vecino y luego a Sindo Garay, considerados entre los grandes de la Trova tradicional.
En 1929, se presentó por primera vez en público como cantante en el pueblo de Santiago de Las Vegas cantando Noche azul y Canto siboney, de Ernesto Lecuona. Cuando concluyó sus estudios secundarios comenzó a tomar lecciones de música en el Centro Gallego. Se graduó de piano con medalla de plata en 1932.
Por los primeros años de la década de 1930 cantó como aficionada en la estación radial CMCA, donde se relacionó con Juan Brouwer, hijo de la compositora Ernestina Lecuona, a quien conoció poco después. Fue Ernestina quien le preparó su primer recital. En 1934 Esther Borja hizo una gira por varias ciudades de Cuba con un repertorio de canciones cubanas y mexicanas.
Comenzó su vida profesional en 1935 junto a Ernesto y Ernestina Lecuona ofreciendo conciertos en el Lyceum Lawn Tennis Club, el Teatro Nacional (hoy Gran Teatro de La Habana) y actuando en las emisoras CMK y CMX. Estrenó, de Lecuona, Para Vigo me voy, Soñé que me dejabas y Mi amor del aire se azora. En el Lyceum se presentó ese año con un ciclo de canciones de Lecuona con textos de José Martí, que el maestro le dedicó: Un ramo de flores, La que se murió de amor, Una rosa blanca, Es mi canto de amor, Tu cabellera y Sé que estuviste llorando. De Ernestina, en el teatro Auditorium, dio a conocer las canciones Bésame loca y Cierra, cierra los ojos.
En septiembre de 1935, en el mismo escenario, hizo su debut teatral en la zarzuela Lola Cruz, con música de Ernesto Lecuona y libreto de Gustavo Sánchez Galarraga, con la soprano Caridad Suárez y los tenores Miguel de Grandy y Pedrito Fernández, entre otros. En esta obra Esther estrenó el vals Damisela encantadora, con éxito extraordinario.
En 1936 realizó su primera gira por América Latina. Actuó, junto a Ernesto Lecuona, en Valparaíso y en Santiago de Chile. En Buenos Aires debutó en el Gran Teatro Broadway, obtuvo un contrato de exclusividad para cantar en Radio El Mundo y más tarde participó, junto a Lecuona y Bola de Nieve, en la película Adiós Buenos Aires (1937) dirigida por Leopoldo Torres Ríos, con Amelia Bence y Tito Lusiardo.
En 1940, en el teatro Principal de la Comedia de La Habana, participó en la puesta en escena de Las Leandras, de Francisco Alonso, con Rosita Fornés e hizo el papel de Julieta en la opereta El conde de Luxemburgo, de Franz Lehar. Ese mismo año, en Buenos Aires, cantó las zarzuelas de Lecuona El cafetal, Lola cruz, Rosa la China y María La O. Dos años más tarde, en Cuba, protagonizó las zarzuelas Luisa Fernanda y Azabache, de Moreno Torroba, la opereta La bayadera, de Kalmán y la ópera cómica Don Gil de Alcalá, de Penella.
En 1942 fue contratada en exclusiva por la CMQ Radio para participar en programas estelares. Al año siguiente debutó junto a Lecuona en el Hall of America y luego en el Steinway Hall de Nueva York interpretando canciones cubanas. Fue contratada por el compositor y empresario Sigmund Romberg para integrar su compañía y la presentó en el Carnegie Hall respaldada por su gran orquesta de conciertos.
Con la compañía de Romberg realizó una prolongada gira por cuarenta y cuatro estados norteamericanos. Entre otros escenarios, se hizo aplaudir en los teatros Orchestra Hall y Schubert de Chicago, Lyric de Baltimore, Academy of Music de Filadelfia y Radio City Music Hall de Nueva York.
Regresó a Cuba en 1948 –año en que fallece Romberg– y ofreció conciertos y recitales en varios teatros de la capital cubana. El 15 de abril de ese año, ofreció en el teatro Auditorium su Concierto Panamericano, respaldada por cinco notables pianistas-compositores de su generación: Orlando de la Rosa, Felo Bergaza, Carlos Barnet, Mario Fernández Porta y Julio Gutiérrez.
Interpretó, entre otros títulos, Tristeza andina del peruano Carlos Valderrama, Ese lero, lero, lero, de la mexicana María Greever, Los arbolitos del mexicano Martínez Gil, Lover come back to me del norteamericano Romberg y Alma llanera del venezolano Pedro Elías Gutiérrez.
Entre las páginas de los autores cubanos: Al recordar tu nombre de Carmelina Delfín, No lo dudes de Ernestina Lecuona, Si lo quisiera Dios y Por qué me has hecho llorar de Ernesto Lecuona, Mi guitarra guajira de Olga de Blanck y La palma de Rodrigo Prats. También: Experiencia de Arturo R. Ojea, Canción del amor que vuelve de Mario Fernández Porta, Un momento de Julio Gutiérrez y Para cantarle a mi amor de Orlando de la Rosa.
Con la llegada de la televisión en 1950, fue contratada con frecuencia para actuar en programas estelares. Hasta 1953 participó en las temporadas de zarzuelas y operetas en el teatro Martí de La Habana. En marzo de ese año cantó en los teatros Álvarez Quintero de Madrid y el Cómico de Barcelona, las zarzuelas de Lecuona El cafetal y María la O. Fueron estas sus últimas actuaciones en ese género teatral. En octubre de ese año, en la capital española, grabó su primer disco de larga duración, Rapsodia Cubana, para la firma Montilla con la orquesta de Cámara de Madrid dirigida por Fernando Mulens y Daniel Montoiro. Antes había grabado varios discos de 78 revoluciones por minuto, para Victor y Columbia, en los Estados Unidos, y Alkázar y Alhambra, en España.
Rapsodia cubana está considerado un disco ejemplar, tanto por la depuración del arte de la intérprete y la belleza de los arreglos orquestales como por el repertorio escogido, compuesto por joyas de la canción cubana como El arroyo que murmura de Jorge Anckermann, Lágrimas negras de Miguel Matamoros, Canto siboney y Damisela encantadora de Ernesto Lecuona, Mírame así de Eduardo Sánchez de Fuentes y Lamento Cubano de Eliseo Grenet.
Un nuevo hito en la carrera discográfica de la artista tuvo lugar en 1955 con la aparición de Esther Borja canta a dos, tres y cuatro voces, placa que significó un hecho sin precedentes en la historia de las grabaciones en el país, en el cual Esther demostró su absoluto dominio de la técnica vocal al asumir las cuerdas de contralto, mezzo y soprano en obras de Sindo Garay, Jaime Prats, Manuel Corona Marín Varona, Félix B. Caignet y Ernestina Lecuona. El acompañamiento estuvo a cargo de Numidia Vaillat y de Luis Carbonell, quien seleccionó el repertorio e hizo el montaje de las voces.
La siguiente producción discográfica de Esther Borja (como la anterior, realizada para la firma Kubaney), fue una antología de canciones de Ernestina Lecuona, acompañada por una orquesta dirigida por Humberto Suárez. Entre 1957 y 1958 aparecen dos nuevos discos. En el primero de ellos, compartido con la soprano América Crespo con obras de Gonzalo Roig, Esther canta, entre otras, Dolor de amor y Nunca te lo diré, dos de las canciones que la acompañarían durante toda su carrera.
En el último LD que grabó para Kubaney, Ayer y hoy, con orquesta dirigida por Roberto Sánchez Ferrer, se incluyeron obras de compositores de las décadas de 1940 y 1950, entre ellos: Osvaldo Farrés (Toda una vida), René Touzet (No te importe saber), Mario Fernández Porta (No te alejes) y Orlando de la Rosa (Para cantarle a mi amor).
Tras el triunfo revolucionario de 1959 Esther Borja actuó en varios países, entre ellos Ecuador, la extinta Unión Soviética, China y Polonia. Popularizó la canción Despertar, de Eduardo Saborit, dedicada a la Campaña de Alfabetización y, en 1961, comenzó a conducir el programa Álbum de Cuba, que permaneció en pantalla a lo largo de veintitrés años. Su siguiente disco, que tomó el nombre de ese espacio televisivo y que apareció en 1965 bajo el sello Egrem, recogió obras de Gonzalo Roig (Lloro aún al recordarte), Adolfo Guzmán (Lloviendo), Rodrigo Prats (Miedo al desengaño), Ernesto Lecuona (¿Por qué me has hecho llorar?) e Isolina Carrillo (Sombra que besa).
Ofreció numerosos recitales en La Habana en el Auditorium Amadeo Roldán, el teatro de Bellas Artes, la Biblioteca Nacional y en teatros de otras provincias cubanas con Mario Romeu al piano.
En 1972 comenzó a ser acompañada por Nelson Camacho, joven pianista estudioso de la obra de Lecuona y de otros autores cubanos. Juntos prepararon conciertos antológicos de la canción del país a través de su historia con los cuales recorrieron varias ciudades.
Respaldada por Camacho al piano realizó tres discos de larga duración en 1975 para la firma Areito-Egrem con obras vocales e instrumentales de Ernesto Lecuona: Mi vida eres tú, Soy razonable, Te he visto pasar, Te vas juventud, Canción del amor triste y Quisiera ser hombre (con versos de Juana de Ibarborou), además de El jardinero y la rosa (con letra de los hermanos Álvarez Quintero), entre otras composiciones del maestro.
Tras más de medio siglo de carrera, Esther se retiró del canto en 1984. Continuó impartiendo conferencias sobre la canción cubana dentro y fuera del país y participando activamente en los festivales de la radio, como jurado y asesora de programas culturales.
A su discografía oficial se suman cientos de grabaciones realizadas para la radio y la televisión, conjunto que abarca un repertorio ejemplar compuesto de obras notables de todas las épocas. Sus interpretaciones abarcan desde El azra, del compositor del siglo XIX Lico Jiménez hasta canciones de Alberto Villalón, Armando Oréfiche,  César Portillo de la Luz, Ela O’Farrill, Ñico Rojas y Silvio Rodríguez.
Bibliografía
Martínez, Raúl: Ellos hacen la música cubana, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1998.
Giro, Radamés: Diccionario Enciclopédico de la Música en Cuba, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2007.
Martínez, Mayra A.: Cubanos en la música, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1993.

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