jueves, 18 de febrero de 2016

LA VEGA EN LA HISTORIA…..HISTORIA DE LA CONCEPCIÓN DE LA VEGA,

LA VEGA EN LA HISTORIA…..HISTORIA DE LA CONCEPCIÓN DE LA VEGA, SU AUTOR GUIDO DESPRADEL BATISTA. (1909-1959)
Fuente. Revista Renovación, XLII:325, Santo Domingo,. 10 de octubre 1978,  escrito por Julio Cesar Martínez, insertado en el Volumen II, de la Obra Guido Despradel Batista,  compilación del profesor Alfredo Rafael Hernández,  Archivo General de la Nación, Santo Domingo, 2009, Págs. 323 al 327.
La Vega ha sido llamada “ La Pompeya de América” debido a que  fue la primera ciudad  fundada en el maravilloso valle de La Vega Real por el Almirante Cristóbal Colón, cuyo nombre fue proclamado poéticamente  por el mismo  descubridor fue destruida por  un horripilante terremoto.
La Vega  fue centro  de muchas actividades durante los años de la colonización. Fue centro minero, militar y eclesiástico. Tuvo fundiciones de minerales, tuvo obispado y tuvo fortaleza. Su historia  es  un resumen de la historia de la isla, desde el paso de los conquistadores hispánicos hasta el paso de los invasores haitianos.
Es una historia  cuajada de gloria y de desgracia, de lágrimas y de sonrisas. Parecería, su historia, una leyenda de ficción; pero no: es  un expediente fascinante de vida real, humana. Es un epicentro de sicología. Pero  ni siquiera todos  los hijos de La Vega. Residentes  o ausentes- tienen conocimiento  cabal de ese expediente sociohistórico.
Hace 40 años se editó allá, en  una humilde imprenta en que se componían a mano y se imprimía a pedal la muy interesante Historia  de la Concepción de La Vega, escrita, en su inconfundible y gráfico lenguaje, por el médico investigador licenciando Guido Despradel  y Batista, fallecido  en 1959 a los cincuenta años de edad (Nota, hace referencia el articulo  del periódico Renovación, XLIII: 325, de fecha 10 de octubre de 1978, Santo Domingo. Hoy  hacen  unos 62 años de haberse  editado)
Como la primera edición fue muy limitada y han transcurrido cuarenta años ( Nota, 62 en la actualidad), de aquella, era casi  imposible conseguir un ejemplar; pero el Club Rotario de La Vega Real, presidido por el buen amigo y compueblano Dr. Pedro Héctor Holguín, decidió reeditar la valiosa obra y la puso en circulación en la primera semana de este mes ( Nota, se refiere  al mes de octubre de 1978) en un acto especial que se  celebró en aquella historia ciudad,  las ruinas de cuya primera fundación están siendo puesta en valor  por especialistas nativos y extranjeros ( Nota, en los actuales momento  no se están haciendo nada  en las ruinas de la Concepción de La Vega, las  autoridades no le han dado el verdadero valor  histórico  que representan  por la  mediocridad, la ignorancias y  el ausentismo de sentimientos  históricos  que ellas  representan para el pueblo vegano)
Varios pueblos conservan sus primeros documentos con devoción religiosa  y los veganos debieran tener  esa misma actitud hacia una obra  como esta, escrita por un talento privilegiado como era el Dr. Guido Despradel Batista, quien distraía tiempo  de sus ocupaciones profesionales y culturales para sumergirse en la investigación de los archivos parroquiales y notariales con  que  confeccionar su trabajo.
En aquellos tiempos no existían las facilidades ni las fuentes necesarias para hallar a mano el dato o el expediente útil y  había que limitarse a los más factibles.  Muchas obras históricas estaban escritas en inglés o en francés y había que recurrir a las bibliotecas privilegiadas de aquí o de fuera para poder  consultarlas y traducir partes. De  ahí lo invalorable de la labor que realiza la  Sociedad Dominicana de Bibliófilos, que está colocando en manos de toda esa obras,
HISTORIA DE LA CONCEPCION DE LA VEGA, es  una contribución fundamental para el estudio y el análisis de una región muy importante de nuestro país y su evolución económica, política y cultural. El autor la inicia con sus varias funciones, aventuras y desventuras. Sus  biografías, breves pero sustanciosas presentan caracteres de los más variados que hicieron aportes- también variados- a la formación de la comunidad desde los jameros ( de la sección de Jamo), que se gozaban  con  invadir el lugar en donde se  celebraban unas  bodas llevándose  en sus caballos a las novia para desflorarla en el monte;  siguiendo con el heroísmo de Marcos Trinidad y Juana Saltitopa hasta la terquedad de rico  de don Pancho  Mariano de la Mota.
En lo cultural, se  halla el lector con aporte de  gente que ha venido y se  ha aplatanado en la comunidad desde el norte americano,  desde Francia, desde Venezuela, desde Inglaterra o desde Haití, de manera que el gobernador haitiano de 1829, exigió,  ante de morir, que su corazón fuese enterrado en el centro  de la Plaza de Armas de La Vega  ( Nota, se  refiere al General de División  del ejército invasor Placide Le Brun,  y  su deseo se cumplió y su corazón se encuentran enterrado en una caja de plomo en el centro del actual Parque Duarte de la  ciudad de la Concepción de La Vega)
SOBRE EL AUTOR, DR. GUIDO DESPRADEL BATISTA.(1909-1959)
En esta ocasión es propicia para hablar sobre el médico-escritor Guido Despradel Batista, uno de los grandes desconocidos de nuestro país, de las presentes generaciones.
Despradel Batista, sobrino de Lorenzo Despradel, periodista y maestro que alcanzó el grado de coronel en la guerra de independencia de Cuba y  que fuera secretario privado del Generalísimo Máximo Gómez, así como su biógrafo. Fue Guido  un estudiante excelente y desde  la presidencia  de la UNEU (Asociación Nacional de Estudiante Universitarios) sostuvo una actitud arriesgada y cívica contra  todas las dictaduras cuando se iniciaba la era  de Trujillo. En  una ocasión se negó a darle la mano a Trujillo en la antigua casa Presidencial  de Gazcue, después que  fueron llevados a la presencia del Brigadier numerosos estudiantes en el Parque Independencia cuando se preparaban a celebrar un mitin.
Se graduó de médico en 1933, ejerció en La Vega, en donde  fundó   en  1936 junto a Julio Cesar Martínez  la revista Renovación, y la sociedad Cultura y reorganizó la vieja sociedad Amor al Estudio, cuya biblioteca lleva su nombre.
Como dirigente estudiantil  estuvo en Haití,  para solidarizarse con los  universitarios haitianos en su lucha contra la dictadura de Borno. Era flautista, conferencista, gran conservador,  fácil escritor de pluma galena pero sin alardes. Escribió sobre historia, sociología, agricultura, arqueología, folklore, y otros.
En 1936 leyó un ensayo en la sociedad Amante de la Luz de Santiago, que  le perfiló como una de las más sólidas promesas en los estudios sociológicos dominicanos. La  conferencia se intituló “Raíces de Nuestro Espíritu”,  y fue reeditada por Ediciones Renovación en 1971. También fueron  reeditados en 1975 su biografía sobre Juan Pablo Duarte y su trabajo sobre  el aporte de la familia Duarte-Díez a la Independencia Dominicana, trabajo este último que obtuvo un premio en la sociedad Amante de la Luz
El intelectual e investigador se mantuvo durante años en una posición inquebrantable contra  la dictadura, pero  la presión de esta,  resumida en la frese fatídica de “TE PLIEGA o TE MUERE” quebró su  voluntad y aceptó una curul de diputado. Ejerció en el hospital Padre Billini y fue catedrático de la Universidad de Santo Domingo (hoy UASD).
No hubo gasto ni movimiento cultural en La Vega que  no contase con el apoyo solidario  y afectivo de Guido.  En un momento en que todo parecía languidecer definitivamente bajo  la monotonía del absolutismo, Guido, inició en su pueblo un ciclo de lecturas comentadas. Cuando afuera todo era monólogo, Guido mantuvo a un grupo de jóvenes dialogando y debatiendo sobre  temas de indiscutible trascendencia y sentido.
Su Historia de la Concepción de La Vega apareció  el 16 de julio de 1938, como  homenaje al primer centenario de la fundación de La Trinitaria, la sociedad patriótica que en 1838 colocó el detonante de nuestra independencia.
En La Vega, en su inmenso aislamiento, el joven participaba en todos los actos artísticos y culturales que  matizaban todavía aquella comunidad que había sido llamada la Antenas dominicana, laboratorio que fe de escritores como don Federico García Godoy y muchos  otros artistas, técnicos y escritores.
En ocasión en que se organizó un homenaje al ilustre munícipe e historiador don Manuel Ubaldo Gómez Moya, el gobierno dictatorial pretendió reducir su categoría de reconocimiento a un gran hombre y hasta amenazó con prohibirlo, pero Guido y los demás organizadores del homenaje a  don Ubaldo se mantuvieron firmes y el acto colectivo se efectuó sin permitir ninguna mediatización, y posteriormente se imprimió un folleto contentivo de todo lo que se escribió en torno a la personalidad  de don Ubaldo, sin hacerse la menor mención , como era obligatorio del dictador de turno.
Guido, este  hombre  muerto prematuramente, como un universo que descubrir ente sus compueblanos y compatriotas, escribió su Historia de La Vega con intenso amor y devoción  y hasta con sentido crítico edificante que se advierte en muchos de sus  conceptos sobre la evolución de la comunidad que  lo vio nacer. En su obra hay un trabajo muy interesante sobre la usurpación de apellidos. Explica, inclusive, el origen del propio apellido Despradel cuya raíz estuvo en Haití, así explica entre muchos los apellidos  Monción, La Mota, Del Orbe,  Deschamps, Velazco. Etc.
Olvidar los orígenes no es constructivo. Tal vez por eso los hebreos no se  olvidan ni un momento de su Talmud ni de su Biblia, ni los mahometanos se olvidan  de su Corán. En la Historia están el alma y el espíritu del hombre. La maldad y la virtud son la materia  prima del hombre y hay que verificarlas, analizarlas y superarlas. La Historia de la Concepción de La Vega.  Debe ser motivo de regocijo y del interés  de todos los veganos y veganas  residentes su ciudad y  fuera de ella, las cosas del pasados nos pertenecen a todos los veganos, por lo que nos debemos sentirnos  orgulloso de ello, es necesario que  hurguemos en el pasado para conformar un presente mejor.

La Historia de la Concepción de La Vega, ha sido reeditada en una moderna versión,  por  el Archivo General de la Nación,  en un volumen, LXXXVIII, Santo Domingo, 2009

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