jueves, 18 de febrero de 2016

Significado de Himno Nacional de La República Dominicana.

Significado de Himno Nacional de La República Dominicana.
Compilación  por Ubaldo Solís.

Esos versos se escribieron para esa música y esa música se escribió para esos versos.
Diez y seis decasílabos anapésticos, agudos dos a dos, los versos y ocho frases musicales isócromadas e isorritmicas, la música, o sea el aire preciso del canto, donde encajaron aquellos desde el primer momento, como en su propia casa nunca fue necesario mutilar nada.
1-Quisqueyanos valiente alcemos
2-nuestro canto con viva emoción
En estos versos, el gentilicio de Quisqueyanos se refiere a los hijos de quisqueya, uno de los antiguos nombre que los aborígenes dieron a la isla, el autor evito usar el de dominicanos, por ser un nombre de raíz europea. En el canto se refiere en sentido figurado al canto a la patria.
3-y del mundo a la faz ostentemos
4- nuestro invito, y glorioso pendón
La faz del mundo equivale a la comunidad de naciones ente la cual el hijo de esta República debía mostrar orgullosamente su bandera triunfante y gloriosa, es decir su independencia.
5-salve ¡el pueblo que intrépido y fuerte,
6-a la guerrea a morir se lanzó
7-cuando en bélico reto de muerte
8-sus cadenas de esclavo rompió
El poeta, exalta el valor del pueblo dominicano que fue capaz de lanzar a sus enemigos el desafió de una guerra heroica, dispuso inclusive a morir proclamar su independencia
9- ningún pueblo ser libre merece
10- si es esclavo, indolente y servir:
11- si en su pecho la llama no crece
12- que templo el heroísmo viril.
13-más quisqueya la indómita y brava
14-siempre altiva al frente alzara:
15-que si fuere mil veces esclava
16- otras tantas ser libre será
En estas dos estrofas señalan que para merecer la libertad, los pueblos necesitan que en su pecho arda la llama del idealismo inspirador del entusiasmo patriótico opuesto a toda dominación extranjera, proponiendo a quisqueya como ejemplo de nación libre e independiente que sabrá recobrar su libertad, tantas veces como fuere necesario
17-que si dolo y ardid la expusieron
18-de un intruso señor al desdén
19- Las Carreras ¡Beler¡…. Campos fueron
20- que cubiertos de Gloria se ven.
Esta estrofa se refiere a las equivocas relaciones dominico-haitianas durante las primeras décadas del siglo XIX, y a las negociaciones engañosas y astutas entre dominicanos y haitianos, que trajeron como consecuencia el sometimiento del pueblo dominicano a la humillación de tener que sufrir la ocupación militar en su territorio (1822-1844), por las tropas haitianas bajo el mando del Presidente Jean Pierre Boyer,
La guerra dominico-haitiana duró cerca de doce años, a partir del 1844, en su canto patriótico, Prud Homme, escoge los nombres de las sangrientas batallas de Las Carreras y Beler para representar todos los demás combates contra los haitianos que debieron librar los dominicanos en cuatro dilatadas campañas independentistas.
21- que en la Cima del heroico Baluarte,
22-De los libres el verbo encarnó
23-donde el genio de Sánchez y Duarte,
24- a ser libre o morir enseñó
Aquí se hace alusión a la noche del 27 de febrero del 1844, cuando un grupo de dominicanos desde el Baluarte de la Puerta del Conde, lanzó el Grito de Independencia, haciendo realidad el ideal de Libertad propuesto por los Padres de la Patria representado poéticamente en el texto por Sánchez Y Duarte.
25- y sí pudo inconsulto caudillo
26- de esas glorias el brillo empañar,
27- de la guerra se vio en Capotillo.
28- La Bandera de fuego ondear.
Después de las gloriosas jornadas de la Independencia, falto de Fe en la Nacionalidad Dominicana, el general Pedro Santana, paladín de las victorias contra el ejército haitiano, echo sobre sus hombros, el 18 de marzo del 1861, la responsabilidad de anexar la República Dominicana a España, devolviéndola a su antigua condición de Colonia.
Prud Homme, llama a Pedro Santana, inconsulto caudillo, porque al realizar la anexión ignoro a los mejores dominicanos que le aconsejaron convocar a un plebiscito para que sancionara esa trascendental decisión.
Este hecho bochornoso que empaño el brillo de las gloriosas jornadas Independentista, donde se antepone el grito de Capotillo, el 16 de agosto del 1863, cuando un puñado de dominicanos enarbolo en Capotillo Español la Bandera Nacional llamando al pueblo a las armas, dando inicio a la Restauración
29- y el incendio que atónito deja,
30- de Castilla al soberbio León,
31- de las playas gloriosas le aleja,
32- donde flota el glorioso pendón
En la guerra de Restauración los dominicanos utilizaron la desesperada estrategia de incendiar lo que iban dejando a tras que podían defender.
El más voraz de estos incendios se produjo en Santiago de los Caballeros, el 6 de septiembre del 1863, cuando los patriotas rodearon la guarnición Española de la Fortaleza San Luis, y al no lograr desalojarla, el general Gaspar Polanco, inicio por los alrededores un fuego y en poco tiempo destruyo gran parte del pueblo.
Los españoles, en 1865 se vieron forzado a abandonar el territorio dominicano desde entonces el territorio dominicano desde entonces, volvió a ondear la bandera nacional
33- compatriotas, mostremos erguida
34- nuestra frente, orgullosos de hoy más:
35- que Quisqueya será destruida.
36- Pero sierva de nuevo, jamás.
El poeta PNUD Homme, afirma que el pueblo Dominicano había “fatigado a la gloria con la soberbia repetición de más de mil hechos personales de libertad e Independencia y lo exhorta a enorgullecerse hoy más que nuca de los logros alcanzados a través del sacrificios, a la vez que ratifica su Fe en la vocación de independencia de los dominicanos
37- que es santuario de amor cada pecho.
39- do la patria se siente vivir:
39- y es su escudo invencible el derecho:
40- y es su lema servir ó morir.
El pecho de cada dominicano es a manera de un santuario en cuyo interior vive la patria su arma será la Ley, y la norma que regirá se conducta será la libertad por la cual esta dispuesto a morir.
41- Libertad! Que aún se yergue serena
42- La Victoria en un carro triunfal
43- y el clarín de la guerra aún resuena
44- pregonando su gloria inmortal
Se percibe eufórico los ecos de los gloriosos triunfos alcanzados por el pueblo dominicano en su lucha independentista: frente a Haití (1844.1856), frente a España (1863.1865), y aún frente al grupo de con-.nacionales que trató de anexar el territorio nacional a los Estados Unidos, durante los seis (6) años de Buenenaventura Báez (1868-1874)-
45- Libertad ¡ que los ecos se agitan
46- mientras llenos de nobles ansiedad
47- nuestros campos de glorias repiten
48- LIBERTAD ¡LIBERTAD ¡ LIBERTAD!
Esta última estrofa se incita a la difusión de las gloriosas hazañas de los dominicanos que han luchado y seguirán luchando por la libertad.

EL Himno Nacional Dominicano, está compuesto por 48 versos en 12 estrofas.

La puerta del Conde, se debe su nombre en homenaje a Bernardino de Meneses Bravamente y Zapata, Conde de Peñalva, gobernador y capitán de la Isla. Cuando en el mes de mayo del 1655, tropas Inglesas al mando del Almirante Willians Penn y el general Robert Venables, trataron de invadir el territorio nacional y fueron rechazado.



Explicación Histórica de nuestro Himno Nacional Dominicano

Los  versos de nuestro Himno, embellecido por el bien logrado concierto de su métrica y rima e impregnados de patriotismo, narran los más sobresalientes hechos históricos acaecidos en Quisqueya desde  la invasión  haitiana de 1822 hasta la Restauración.
Estamos percatados de que muchos dominicanos no ignoran esto; pero conscientes de que esos  son escasos con relación a los desconocedores, nos proponemos llevar nuestra explicación a esa gran mayoría
Emilio Prud Home,   el afortunado poeta, al  escribir los primeros versos: “Quisqueyanos valientes  alcemos”, hace  una invitación  al dominicano a levantar con  emoción en la voz  nuestro himno, y a mostrar a la vez al universo nuestra inmaculada bandera.

 Luego de alabar en la segunda estrofa al pueblo  que se lanzó sin temor a la guerra contra el invasor haitiano para sacudir el yugo de la esclavitud, asegura en la tercera que  un pueblo que no se lastime con la deshonra, y  que no avive en su pecho la llama  que fortalece el heroísmo varonil, no merece la libertad.
Sin embargo, dice en la cuarta estrofa, Quisqueya, indomable y bravía siempre mantendrá la rente levantada, y “si fuere mil veces esclava otras tantas ser libre sabrá”. Estos  dos versos hablan  claro.
En la quinta estrofa se refiere al engaño del cual se valió Boyer para pisotearnos con sus tropas el 9 de febrero del  1822, y quiere decir que si ese hecho bochornoso fue amarga realidad, en las batallas de Beler y Las Carreras (como en muchas otras) supimos darles a los intrusos su merecido.
Según la sexta estrofa el dominicano, siguiendo los designios de sus fundadores, guiados por el  genio de Duarte, supo en los campos de Santomé y Sabana Larga, en  La Estrelleta, en Cambronal, en Cachimán, El Número, Azua, Santiago, embriagarse del sentido patriótico  y encarnar la personificación viva del héroe, prefiriendo la muerte a la deshonra. De  ella podemos sacar la  consigna ¡patria o muerte¡ no es nueva.
“Y si pudo inconsulto caudillo, de esas glorias el brillos  empañar” dicen los primeros versos de la séptima estrofa. No hay dudas de que  este inconsulto caudillo a que se refiere el poeta Prud Home,  es al pérfido Pedro Santana,. 
Que las  glorias que  empaño fueron las guerras independentistas contra Haití, y que  el  hecho con que la empaño fue la oprobiosa anexión a España llevada a cabo en 1861, Quizás Santana no fue un caudillo tan inconsulto,. Porque asesoramiento siempre le sobro, ahora bien lo que hay  que observar es lo nefasto y antipatriótico del asesoramiento.

En los versos  restantes de la comentada estrofa, y en  la octava entera se refiere a la guerra  Restauradora. Esta comenzó definitivamente en Capotillo, y  el poeta dice cómo se vio ondear en la afortunada loma la lumínica bandera de fuego de la guerra.
Narra cómo el histórico incendio de la ciudad de Santiago ocurrido el 6 de noviembre de 1863,  dejó anonadadlo  al soberbio león español, tanto, que vencido, sangrante y maltrecho se alejó de nuestras orgullosas playas  en donde nuestra soberana bandera flotaba airosa
Son las restantes cuatro estrofas las más encendidas de patriotismos, las  que sin dudas leerlas, no hay dominicano que no sienta estremecerse, y vibrar en sus adentros con fortaleza un sentimiento de dominicanidad profunda
Invita la octava estrofa a mostrar erguida e imperturbable nuestra frente, orgullosos  más que nadie de nuestra actitud ante la vicisitudes pasadas; pero lo más  significativos de esta estrofa son  sus dos últimos versos de  los cuales habla elocuentemente “ QUE  QUISQUELLA SERA DESTRUIDA, PERO  SIERVA DE NUEJO ¡JAMAS¡
La novena dice con razón que nuestros pechos son templos de honor en donde vive la patria. Desde luego, Prud Home,  no se refería al escribir así todos los  dominicanos; él sin dudas  excluía a los traicioneros que  tantos  puñales le han clavado a Quisqueya;  por lo mismo, hoy no son todos los dominicanos a los que  atañe gozar de las significativas estrofas de nuestro himno;  hay a quien las amigue oírlas. Termina la novena  estrofa repitiendo el lema de ser libre no morir  que debe vivir en  cada dominicano
En las dos estrofas  finales resalta un acendrado amor  a la libertad. Prud Home,  repite esta palabras cinco veces en  dicha estrofas; pinta nuestra  victoria paseando serena en  su carroza invicta , y al clarín marcial  pregonando a los cuatro vientos ¡libertad¡  los ecos esparciéndose y llenando los ambientes; los campos inmensos repitiendo sin cesar ¡libertad¡ ¡libertad¡ ¡libertad¡.

Sin temor a pecar de exagerados, es  nuestro himno patrio una composición de un maravilloso logro  que cumple a cabalidad su cometido;  embriagarnos de amor patrio. Su música no podía ser más  acorde, es la mejor  gala con  que don José Reyes pudo vestir los magníficos versos de Prud Home.
Escrito por  el 1883,  adaptado oficialmente en 1934, pero en los actos  oficiales desde 1890.
Da mucha  lástima que las letras de nuestro himno sean tan poco conocidas, estoy seguro que `para  hallar un dominicano que le  sepa  habría que buscar unos  cien mil y que  los que  la interpreten correctamente son escasos.
Es una  de tantas de las consecuencias desgraciadas del desamor a los  nuestro; esto  así porque la difusión no ha  faltado, puesto que hemos  visto las letras de nuestros himno hasta  en cuadernos escolares; pero es  que falta levantar el incentivo hacia los nuestro  valorizarlo y no mirarlo indiferente



Himno Nacional  Dominicano


    Las letras del Himno Nacional Dominicano fueron escritas por Emilio Prud-Homme y la música por José Reyes. La primera ejecución pública del mismo se realizó en agosto del mismo año, con motivo del traslado de los restos de Duarte (1884). En 1897, el maestro Reyes adaptó a su himno unas estrofas escritas por Federico Henríquez y Carvajal.

En 1877 Prud’Homme modificó las letras de su himno. Poco antes habían ocurrido discusiones públicas en torno a las diferentes letras publicadas. A finales de 1897, el Himno de  Prud-Homme, fue aprobado oficialmente por el congreso Nacional, pero el Presidente Heureaux se negó a dar vigencia a esa decisión. En 1934 Trujillo, oficializó el Himno de Reyes y Prud-Homme. La versión cantada que se escucha en actos públicos, actividades políticas, la radio, la televisión, centros académicos, etc. sólo contiene las cuatro primeras estrofas. La cuales aparecen, en español e inglés, al final de las letras completas del himno, transcritas a continuación.


Quisqueyanos valientes, alcemos
Nuestro canto con viva emoción,
Y del mundo a la faz ostentemos
Nuestro invicto, glorioso pendón

¡Salve! el pueblo que, intrépido y fuerte,
A la guerra a morir se lanzó,
Cuando en bélico reto de muerte
Sus cadenas de esclavo rompió.

Ningún pueblo ser libre merece
Si es esclavo, indolente y servil;
Si en su pecho la llama no crece
Que templó el heroísmo viril,

Más Quisqueya la indómita y brava
Siempre altiva la frente alzará;
Que si fuere mil veces esclava
Otras tantas ser libre sabrá.

Que si dolo y ardid la expusieron
De un intruso señor al desdén,
Las Carreras! Beller!... campos fueron
Que cubiertos de gloria se ven.\

Que en la cima de heroico baluarte
De los libres el verbo encarnó,
Donde el genio de Sánchez y Duarte
A ser libre o morir enseñó.

Y si pudo inconsulto caudillo
De esas glorias el brillo empañar,
De la guerra se vió en Capotillo
La bandera de fuego ondear

Y el incendio que atónito deja
De Castilla al soberbio león,
De las playas gloriosas le aleja
Donde flota el cruzado pendón.

Compatriotas, mostremos erguida
Nuestra frente, orgullosos de hoy más;
Que Quisqueya será destruida
Pero sierva de nuevo, jamás!

Que es santuario de amor cada pecho
Do la patria se siente vivir;
Y es su escudo invencible, el derecho;
Y es su lema: ser libre o morir.

¡Libertad! que aún se yergue serena
La Victoria en su carro triunfal,
Y el clarín de la guerra aún resuena
Pregonando su gloria inmortal

¡Libertad! Que los ecos se agiten
Mientras llenos de nobles ansiedad
Nuestros campos de gloria repiten
Libertad! Libertad! Libertad

Letras y  música del Himno Nacional Dominicano
AMBITO Y RUTAS DE JOSE REYES Y EMILIO PRUD HOMME
FUENTE; Ramón Lugo Lovatón,
José Reyes se inspiró en la Marsellesa, para escribir la Música del Himno Nacional
Un oficial del Cuerpo  de Ingeniero del Ejército francés  del Rin, llamado Rougert de I Isle compuso en 1792 La Marsellesa, bautizada así porque los primeros que la dieron a conocer en París fueron los franceses marselleses.
Noventa años después, un dominicano, amante de la música, se inspiraba en el canto patriótico francés, reconocido como fuente inspiradora de muchos  otros himnos.
La Revista Clío, señala, “El Himno Coral de José Reyes surgió de  su espíritu, en  pleno estío  del año de 1882, cuando tocaba a su fin el primero de los bienios  constitucionales, de la Presidencia  de Meriño. La Música precedió  a la letra. La Letra – en octavas apareció más tarde.
En la Primavera de 1883,  un domingo, el de Ramos o sea el de Pascuas, un grupo de jóvenes intelectuales se hallaban reunido, como solía, en la casa No. 7 sita en la antigua  calle del Arquillo, llamada entonces de Santo Tomas en honra y memoria del venerable pastor de almas que fue el Arzobispo Don Tomás de  Porte e Infante,  cuando llegó José Reyes a solicitar de los poetas unas estrofas  para un himno.
Se dirigía a estos partaliras: José Dubeau, César Nicolás Pensón,  Emilio Prud Homme,  y Federico Henríquez  y Carvajal. Cuando se iba el autor del himno a la tertulia llegaba el bardo de las Fantasías Indígenas.
Cincos cantores improvisaron  sendas estrofas marciales en versos endecasílabos, pero no pasaron de la primera. El señor de la casa, no solariega, fue el único que prosiguió, el siguiente día, devanando el hilo de oro de su discurso rítmico, y  compuso seis octavas  para el himno de Reyes.
Era el día 16 de agosto de 1883, vigésimo aniversario  de la Restauración de la República, y  bajo la  presidencia de José Joaquín Pérez, celebrándose se la segunda velada  de la Prensa Asociada. Dos números del programa anunciaban  sendos himnos, de los profesores Reyes y Arredondo. Una crónica  de la Revista Científica, refiriéndose a ellos, se expresaba “Hubo dos Himnos, a toda orquesta, cantados por  varios caballeros. Uno del profesor José Reyes, letra de Emilio Prud Homme,  otro  del profesor José M. Arredondo, letra de la poetisa Josefa Antonia Perdomo. Ambos gustaron; pero singularmente el del maestro Reyes por su aire popular”.
Esa orquesta la que  esa noche estrenó  el Himno. Estuvo  integrada  de la manera siguiente; Violines; José Pantaleón Soler y Mariano Arredondo: Violoncelo, J. Reyes; Contrabajo;  Mulet; Bombardino; Manuel Martínez; Clarinetes, Juan Francisco Pereyra y Alfredo Máximo Soler: Flautas; Julio Acosta y  E. Affigne; Trompa; L. Polanco; Bajo, Marcelino Hernández. Esos fueron los músicos que ejecutaron por primera vez el Himno de Reyes, (Himno Nacional)

La  velada donde por primera vez se cantó y tocó el Himno, tuvo lugar en la Logia Esperanza No. 9 en su local antiguo de la calle Mercedes No. 4, el viernes 17 de agosto de 1883,  con motivo de la celebración del vigésimo aniversario del Grito de Capotillo que inició la Guerra  Restauradora. José Reyes fue venerable de dicha Logia.

Se afirma que en Exposición de Milán (Italia) de 1909, se ejecutaron  varios Himnos, y que alguien, habiendo obtenido La Marsellesa el primer premio, expresó que el  Himno Dominicano  era el segundo entre los interpretados. En una oportunidad  refiere Ravelo,  que  Alfonzo XIII, Rey de España,  al escuchar nuestro canto, exclamó ¡Valiente Himno!. Ese es Himno de un gran Pueblo!
El Himno de Reyes y Prud Homme


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