sábado, 2 de abril de 2016

Las Ruinas de la Concepción de La Vega Real






















Las Ruinas de la Concepción  de La Vega Real
Por  Ubaldo Solís
Por considerar que  este trabajo del Dr. Guido Despradel, reviste  un gran valor en   lo concerniente al tema que  trata sobre las Ruinas de La Concepción de La Vega. Considerando que  en agosto del 2011 se cumplen  los 500 años de la fundación del Obispado de La Vega, y que  hay  una gran celebración para  tal memorable  fecha.
A sabiendas el descuido, la indiferencia, la apatía, la dejadez el abandono a que ha estado sometido este  inició de la historia  de América por parte de las autoridades Nacionales, Provinciales y Municipales, como consecuencia  tal vez de el desconocimiento  del valor que esta piedras representan para la humanidad.
Sin temor a equivocarme puedo afirmar que somos  el único pueblo del mundo civilizado que  hemos cometido este crimen  contra la historia de América y el mundo, ya que no hemos sido capaz de  preservar con dignidad esta legado
Por  ellos hemos querido reproducir integro este trabajo del Dr. Despradel, como un grito de alarma para que  en algo reparemos el daño hecho,  al cumplir la Diócesis de La Vega, el medio milenio y que  se están  haciendo los aprestos para su  celebración. Y estas ruinas serán parte importante en  este acontecimiento histórico para este pueblo.
A continuación lo  expresado por el Historiador vegano,  sobre las Ruinas de la concepción.  Hay  que resaltar que  él escribe este articulo motivado por el  que también escribiera  sobre ello el periodista, escritor y comandante del  Ejército Libertador de Cuba, Lorenzo Despradel “Muley”,  titulado “ La Concepción de la Vega Real, el florón glorioso de la recia Conquista”,  estos dos trabajos dan carácter de permanente actualidad en su conceptuosas consideraciones sobre la inconformidad  ………………………………
“”<<Las ruinas son  los índices  que les señalan el camino de la inmortalidad a los pueblos.  Desde la Herópolis mil veces glorificada el espíritu griego ilumina el sendero de perfección que deben recorrer los herederos legítimos del alma maravillosa que ha dado permanencia eterna en la Historia a los paganos helenos.
En las columnas rampantes de una suntuosa sala  de Karnak se guarece, vibrante y luminosa, el alma de una raza que se  ha  desparramado por  mil tierras distintas;  y allá, en las pesadas y vetustas mole de una Thule legendaria, forcejada, febricitante  y ansioso impulso vital que debe conducir por amplios caminos de fama inmortal los dolorosos pasos de  cien pueblos que ansiosamente tratan de definir su destino.
Pueblo hay, que por su circunscrito de su geografía y por  sus estrechas posibilidad materiales, deben afianzar sus duración infinita en el tiempo en la grandeza de su historia.
Y las ruinas son páginas de la Historia materializada, en las cuales leen las generaciones, con  ojos avizores, la pujante efectividad de las humanas posibilidades.
Cuando desaparezcan en el polvo vilmente nivelador la augusta  majestad de un Partenón y la radiante imponencia de las pirámides, se   habrá hundido para siempre en la ignorancia gran parte del alma de esos pueblos que  sintetizaron en esos monumentos la expresión  perenne de su grandeza y de su poderío.
Y pálido resultaran  entonces los cantos de sus poetas y las páginas de sus escritores,  cuando  falte esta visible expresión  de sus recuerdos.
Los pueblos realizan su historia a la fuerza de jalones luminosos.  Y en el atareado desenvolvimiento de la historia dominicana, más aún, de la  de América, la existencia de  aquella ciudad blasonada que fue una joya preciosa enclavada en el mismo corazón  del suntuoso Valle de La Vega Real, es un jalón que marca épocas y fija rumbos de importancia primordial y definitiva
Sin embargo la mano ruda e inconsciente, ante la vista complaciente de quien debiendo tener conciencia de la imperdonable y fatal culpa de su crimen la dejo actuar, ha ido destruyendo con saña y osadía lo que la misma naturaleza enfurecida no pudo echar a tierra. Hoy, de esas ruinas mil veces sagradas, muy  poco resta.
Pero no es posible que permitamos que se borre así la expresión única y legítima de la grandeza de nuestro pasado colonial. Lo que resta aún de las ruinas  de La Vega Real debe ser conservado a toda   costa.  Urge que echemos a un lado nuestra proverbial apatía y movamos todos los resortes necesarios para que se tomen medidas drásticas en bien  de la conservación y acondicionamiento de esta valiosa reliquia nacional.
El Ayuntamiento, las autoridades provinciales competentes, y los  centros culturales,  y sociales, añadimos las diferentes instituciones  representativas de la colectividad vegana,  las iglesias, y las fuerzas viva de la población  deben  aunar esfuerzos para obtener una  efectiva solución  de este importante asunto de vital  interés  nacional.
Es parte del programa de Obras Públicas la conservación  y acondicionamiento de las ruinas nacionales, y si  se cuidan con esmero la casa del Almirante y el Alcázar de Diego Colón, y otras tantas  ruinas de menor importancia que la nuestra, bien  deben atenderse LAS RUINAS  DE LA CONCEPCION DE LA VEGA REAL, de esa ciudad famosa en cuya catedral celebró primera misa el padre Las Casas, en cuya Fortaleza administró dura justicia el Admírate Describridor, y que llegó el puesto de la primera entre todas las villas y ciudades de la Española por su popularidad, por la prestancia de sus vecinos y por ser un centro  de riquezas incontables hacia  el cual convergían miles  d comarcanos  a hacer  almoneda
Un ilustre y noble viejo de nuestro pueblo nos  ha dicho,  con palabras radiantes de entusiasmo, que La Vega actual debe heredar las  glorias y la grandeza de La Vega Vieja.
Ojalá fueran proféticas estas palabras, porque  el raquítico vivir  de este pueblo, paralítico por la incuria  y la pobreza, se nos presenta el horizonte de su destino repleto de nubes negras de muertes y de anonimato.
O reaccionamos  o perecemos, o mantenemos el prestigio  y la gloria de nuestros seculares blasones o  el hato nos  mata y nos brinda como triste sepultura la quietud degradante de una aldea que tiene como límites de sus aspiraciones lo que alcanza la corta visual de su ridículo campanario.>>>>>
Al margue: de Ubaldo Solís:
A  63 años de haber sido publicado, las condiciones sobre las ruinas de La Concepción  de La Vega Real, son las mismas y quizás perores, el analfabetismo, la ignominia, el desconocimiento añadiendo la poca  voluntad de las autoridades que  hemos tenidos  los veganos en estos 63 de haberse publicado este artículo, que no le importa  nada  lo que  fueron esta  ruinas,  el cerebro no le da la capacidad de pensar   sobre ella.  Hay la dolorosa  convicción de las autoridades municipales y provinciales  que hemos tenidos que lo relacionado a la cultura, no le produce voto.         Que es lo que buscan, lo que le importa. Esto es simple de comprender  ellos los políticos que nos hemos gastados los veganos, son  tan estrecho de mente y de pensamiento que en  un porcentaje muy elevado, desconocen total o parcial   lo relacionado con  esas ruinas,  y  no saben él porque eso está ahí. El analfabetismo cultural de nuestro política  racha en lo  inconcebibles, desconocen todo, por ellos no le interesa












Fuente: Guido Despradel Batista, Obras. Tomo II. Archivo General de la Nación. Volumen LXXXVI. Compilación de Rafael Hernández,  Santo Domingo, 2010. Pág.117 y sig.

Nota: este articulo fue publicado por el Periódico Renovación, II: 26, La Vega, 15 de febrero de 1937.

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