jueves, 23 de junio de 2016

La pupila de la Lechuza




Te gusta esta página · 17 de junio
 
La pupila de la Lechuza



La HAMARTÍA (gr. αμαρτία) que se traduce usualmente como "error trágico", o "error fatal" defecto, fallo o pecado. Es el error fatal en que incurre el "héroe trágico" que intenta "hacer lo correcto" en una situación en la que lo correcto simplemente no puede hacerse.

En griego, la palabra hamartia tiene sus raíces en la noción de errar el tiro, no dar en el blanco (hamartanein) e incluye un amplio espectro de cimientos, desde el accidente hasta el error, así como el dolo o el pecado. Incluso un accidente puede ser considerado una traducción apropiada de hamartia, puesto que "en ambos casos uno puede no dar en el blanco"

En la Poética de Aristóteles se habla de la hamartía como uno de los elementos claves de la tragedia, hilo conductor a la hybris. La hybris es resultado de la hamartía, pero no toda hamartía conlleva hybris.

La hamartía puede darse por diversas causas:

-Ignorancia: Como Edipo, que sin saberlo, mató a su padre y se casó con su madre. Esto lo condena.
-Error de Juicio: Como Odiseo, al querer que el cíclope lo tratara como otros hombres lo harían a pesar de que Polifemo no era un ser humano ni conocía sus costumbres, y dañarlo cuando no lo hizo. Luego juzga seguro decirle su verdadero nombre, lo que desencadena su perdición.
-Circunstancias: Como Agamenón, que se creyó con el derecho de saquear el templo de Apolo en Troya por estar en guerra, lo que desencadena su conflicto con Aquiles y los padecimientos de los griegos narrados en la Ilíada.
-Prisa: Como Antígona, que por enterrar a su hermano muerto lo más rápido posible, no cuidó ni pensó bien lo que debía hacer lo que terminaría matándola.

Asimismo, la hamartía puede ser propia, (es decir uno mismo comete un error), o puede ser heredada (se carga con la hamartía de los antepasados y predispone a la desgracia aún sin ser propiamente culpable, es decir se paga por la hamartía de los antepasados) o mixta (se presentan ambos tipos)

Por ejemplo, el caso más famoso de hamartía heredada es la de la dinastía de los Tantálidas. Tántalo, al intentar probar el conocimiento de los dioses cometió hamartía que lo condenó y que sus hijos Niobe y Pélope tuvieron que arrastrar consigo (aparte de cometer sus propios errores) En el caso de Pélope, la desgracia contaminó toda su descendencia hasta que su bisnieto Orestes dio fin a la cadena de desgracias, ocasionadas por este yerro. Orestes es un personaje en el cual el peso de la hamartía es grande, pues carga con las de Tántalo, Pélope, Atreo y la de Agamenón y Clitemnestra.

Autora: Mariana Carranza Rojas
En la imagen: 'Antígona & Polinices', Benjamín Constant

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