viernes, 1 de julio de 2016

MAGNICIDIOS EN LA HISTORIA ASESINATOS DE LIDERES MUNDIALES MUERTES

MAGNICIDIOS EN LA HISTORIA ASESINATOS DE LIDERES MUNDIALES MUERTES

magniciidos siglo xx
Asesinato de John Kennedy
Asesinato de Abraham Lincoln
Asesinato del  Archiduque Francisco Fernando
Asesinato del Zar Nicolás II
Asesinato de Mahama Gandhi
Asesinato de Martin Luther King
Asesinato de John Winston Lennon
Asesinato de Itzak Rabin
La Ejecución de Pedro Aramburu
MAGNICIDIOS EN LA HISTORIA:
El siglo XX fue pródigo en magnicidios. Desde el fatídico asesinato del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo, en 1914, hasta los asesinatos de los Kennedy y las muertes absurdas de John Lennon y Gianni Versace, son muchas las personalidades públicas que han caído bajo el ataque del asesino común o del fanático político. La muerte de los grandes siempre despierta curiosidad y genera desasosiego. Si a ellos les puede pasar esto, ¿qué podemos esperar los simples mortales? El carácter sagrado del gobernante terminó para siempre con el asesinato de Julio César, La historia ha sido jalonada por estos hechos sangrientos, pero ninguna época ha acumulado tantos asesinatos de poderosos como el siglo XX.
El magnicidio, pues, a través de los tiempos se ha usado como arma política de diversas maneras: como castigo, como venganza, como paradójico instrumento para alcanzar la paz social o como instrumento de la ilusión revolucionaria.
En un cierto sentido puede decirse que los asesinatos de los Graco fueron movidos por el afán de venganza de los senadores. Algunos de los asesinatos de los presidentes norteamericanos caen dentro de esta categoría.
El asesinato del presidente James Garfield en 1881 es considerado un típico ejemplo de asesinato por venganza. Garfield recibió el mortal disparo el 2 de julio de 1881. El arma estaba en manos de Charles Guiteau, un desilusionado aspirante a funcionario convencido de que se le había negado injustamente una recompensa política de la que se creía acreedor.
Sin embargo, el asesinato del presidente Abraham Lincoln el 14 de abril de 1865 no resulta tan claramente un acto de venganza. Tradicionalmente se supone que John Wilkes Boothtrataba de vengar la derrota del Sur en la guerra civil norteamericana. Pero algunos historiadores han sugerido que Booth fue tal vez parte de una conspiración que hasta puede haber involucrado a miembros del gabinete de Lincoln. Similares interrogantes rodean el asesinato del presidente John F. Kennedy en Dallas, Texas, el 22 de noviembre de 1963.
Algunos magnicidios también han sido impulsados por el idealismo. La víctima es elegida porque se cree que su muerte habrá de beneficiar a la humanidad o a una causa en particular. Tal vez el más notable incidente motivado por ese tipo de idealismo sea el fallido atentado contra la vida de Adolf Hitler en 1944.El asesinato con motivos propagandísticos para atraer la atención de un movimiento que se considera revolucionario ha sido usado no sólo por los anarquistas del siglo XIX, quienes, como hemos visto, argumentaban que la violencia y el magnicidio eran una respuesta moral a instituciones y gobiernos inmorales. Probablemente el más significativo asesinato con fines propagandísticos del siglo XX, y también el que tuvo los resultados más desastrosos, fue el del archiduque Francisco Fernando de Austria-Hungría.

La segunda mitad del siglo XX ha conocido también su cuota de magnicidios con motivos propagandísticos. Uno de los más notorios de estos asesinatos fue el del ex primer ministro italiano Aldo Moro. Moro fue secuestrado el 16 de marzo de 1978 por miembros del las Brigadas Rojas, un grupo terrorista italiano responsable de muchos secuestros, bombas y asesinatos. Su cuerpo fue encontrado en un auto estacionado en Roma casi dos meses más tarde. De este estilo fue también el asesinato de lord Mountbatten, llevado a cabo por un grupo disidente del IRA.
En un informe a la Comisión Nacional para las Causas y la Prevención de la Violencia Política, de los Estados Unidos, se incluye la siguiente tipología del magnicidio.
i) Un líder hace asesinar a otro para convertirse él en líder. Este tipo es más común en las culturas de América latina y de Medio Oriente, aunque también hay casos en Europa. Por lo general se trata de un líder de menor nivel que asesina a su superior. Por ejemplo: Hitler contra Ernst Rohm o el Senado Romano contra Julio César.
ii) Agentes de un gobierno asesinan para eliminar competencia política de grupos rivales. En este caso se trata de líderes de nivel superior que hacen matar a potenciales rivales de igual o menor poder. Por ejemplo, Marcos contra Aquino en Filipinas; Stalin contra Trotsky; Stalin contra Sergei Kirov (y luego 40 o 50 millones más).

iii) Asesinatos para generar miedo y desmoralizar al poder existente para así lograr un cambio de gobierno. Por lo general ocurre en países donde otra potencia domina como fuerza de colonización. Por ejemplo, los asesinatos (incluido el de Gandhi tal vez) de fuerzas británicas en la India; también podrían entrar en esta categoría los asesinatos de las Brigadas Rojas en Italia, así como los del M 19, los del IRA y los de los separatistas vascos.
iv) Asesinatos con propósitos propagandísticos. Los grupos terroristas asesinan a alguien para atraer la atención hacia su grupo. El más trágico y notable de este tipo de magnicidio fue el que desató la Primera Guerra Mundial, con la muerte del heredero del trono austro-húngaro. El asesinato del ex presidente de facto Aramburu en la Argentina a manos de guerrilleros montoneros puede inscribirse dentro de esta categoría.
v) Asesinatos producidos por seres con alteraciones mentales. Por ejemplo, el atentado contra Reagan por Hinckley, un alienado que quería atraer la atención de Jodie Foster. Los asesinatos de John Lennon y de Gianni Versace podrían incluirse en esta categoría. Aunque no son magnicidios en sentido estricto, comparten con éstos algunos de sus rasgos característicos: ejecución pública, ausencia de motivos personales y fuerte impacto en la opinión pública.
El poder de Lennon, más allá de su atractivo como artista, tenía vagas connotaciones políticas que el FBI no vaciló en exagerar. Versace, desde el arte y el negocio de la moda, compartía muchos espacios con personalidades simbólicas del poder como Diana, la princesa de Gales. Finalmente, la fuerte presencia de ambas víctimas en los medios los había convertido a ellos mismos en símbolos del poder.
Fuente Consultada: Grandes Asesinatos del Siglo XX Julio A. Sierra


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