jueves, 15 de septiembre de 2016

Mujeres de la vanguardia española (IV): Ángeles Santos

Mujeres de la vanguardia española (IV): Ángeles Santos1

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Ángeles Santos (Portbou, 1911-Madrid, 2013) cierra ese grupo de artistas españolas que en los años previos a la guerra civil tuvieron un acercamiento a las nuevas experiencias de vanguardia que, como el surrealismo, comenzaban a darse por toda Europa.
Nacida en 1911 en el seno de una familia de clase media, hija de un funcionario de Hacienda, Ángeles Santos va a demostrar una pronta vocación por el dibujo y la pintura en los distintos colegios religiosos en los que se formó. Tras pasar por distintas ciudades como Sevilla o Ayamonte debido a la profesión de su padre, en 1927 se traslada de manera permanente a Valladolid, donde recibe clases de pintura de la mano de Cellino Perroti.
El excepcional talento de la joven para la pintura hace que en 1929, con tan sólo 17 años, realice su primera exposición individual en el Ateneo de Valladolid, recibiendo críticas positivas por parte de la prensa, hecho que le permitirá adentrarse en la élite intelectual de la ciudad, asistiendo a tertulias de pintores y escritores.
Autorretrato, Ángeles Santos, 1928.
Autorretrato, Ángeles Santos, 1928.
Ese mismo año participa en el IX Salón de Otoño de Madrid, donde se presenta con su obra titulada Un Mundo, una excepcional pintura que sorprenderá a personalidades tan importantes del mundo de la cultura como José Gutiérrez Solana, Ramón Gómez de la Serna, Federico García Lorca o Juan Ramón Jiménez, algunos de los cuales incluso se llegó a trasladar a Valladolid para conocer a tan extraordinaria pintora, haciendo así que su obra fuera cada vez más conocida y valorada.
Su cuadro Un Mundo, que hoy forma parte de las colecciones del Reina Sofía, sorprendió no sólo por su calidad, sino por haber sido realizado por una joven de apenas 17 años. Se trata de un enorme lienzo de tres metros que se encuentra a caballo entre el surrealismo y el realismo mágico, dominado por un gran planeta de formas cúbicas en el centro donde la pintora muestra su particular y subjetiva visión de la realidad, reflejada ésta en el aislamiento de las figuras femeninas que aparecen en el cuadro.
En los años inmediatamente posteriores participará en numerosas exposiciones como el Salón de Otoño de 1930, donde se le dedicaría una sala monográfica; la International Exhibition of Paintings del Carnegie Institute de Pittsburgh, en 1930 y 1933; e incluso una exposición en una galería privada de París en 1931, si bien no llegó a despertar el interés de la crítica parisina ni de los círculos artísticos de la capital francesa.
Un Mundo, Ángeles Santos, 1929.
Un Mundo, Ángeles Santos, 1929.
En 1933 se traslada a Barcelona, donde contrae matrimonio con el también pintor catalán Emilio Grau Sala en 1936. Tras un breve parón en su carrera, Ángeles Santos retoma su actividad artística  y expone en las galerías Syra de Barcelona en 1935 y 1936. Tras una etapa previa dominada por tintes surrealistas y  de la Nueva Objetividad, como se ve en su obra Tertulia (1929), su estilo se irá volviendo poco a poco más naturalista, regresando a una figuración de carácter más tradicional. Las inquietudes de una joven de 17 años que quedaron reflejadas en obras como Un Mundo son ahora sustituidas por un nuevo orden donde se ve la realidad de una postura más reposada.
Al estallido de la Guerra Civil, tras un breve refugio en Mazanet-sur-Tarn, la pintora regresa a España mientras su marido se instala en París para consagrar su éxito allí. Durante la posguerra, permanecerá retirada de la escena artística, dedicándose especialmente a la ilustración y residiendo entre Madrid, Figueras y Portbou. Será en la década de 1960, con su traslado a Barcelona, cuando retome su actividad pictórica. La exposición individual que realiza en 1969 en la Sala Rovira de Barcelona supone su reaparición definitiva, obteniendo una acogida favorable por parte de la crítica.  En esta exposición continúa con ese estilo conservador al que ya había evolucionado su obra allá por la década de 1930, esta vez con una temática esencialmente paisajística.
Habitación, Ángeles Santos, 1930.
Habitación, Ángeles Santos, 1930.
A partir de este momento, Ángeles Santos seguirá pintando activamente hasta su fallecimiento en 2013, exponiendo su obra de manera continua en las diferentes galerías de nuestro país, como en la Sala Parés de Barcelona (1974), la Galería Juan Gris de Madrid (1988) o la exposición antológica que en 1986 le dedicó el Museo L’Emporda de Figueres.
Si bien hoy día su obra más reconocida y valorada es la que se enmarca dentro de los parámetros surrealistas, como ya tuvimos ocasión de analizar a partir de su lienzo Un Mundo, su obra de madurez, el período más fecundo de su carrera como artista, está dominado por ese naturalismo que la pintora muestra en sus paisajes urbanos, retratos y bodegones. En definitiva, la obra de una artista excepcional que a día de hoy es considerada una de las grandes artistas del panorama artístico español del siglo XX, como también así lo consideraron sus contemporáneos.

Vía| MUÑOZ, P., Mujeres españolas en las artes plásticas: pintura y escultura, Madrid: Editorial Síntesis, 2003; MUÑOZ, P., “Mujeres en la producción artística española del siglo XX”, Cuadernos de Historia Contemporánea, vol. 28, 2006; VVAA., Amazonas del arte nuevo [Catálogo de Exposición], Madrid: Fundación Mapfre, 2008.
Más información| Museo Reina Sofía

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