martes, 11 de abril de 2017

Mitología y Religión Inca


Mitología y Religión Inca

La mitología incaica es el universo de leyendas y memoria colectiva del Imperio de los Hijos del Sol que tuvo lugar en los actuales territorios de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina, incorporando en primera instancia de manera sistemática los territorios de la sierra central de Perú hacia el norte. La religión incaica fue un conjunto de creencias y ritos que iban relacionados a un sistema mitológico evolucionado desde las épocas preincaicas hasta el Tahuantinsuyo. La fe en el Tahuantinsuyo se manifestaba en cada aspecto de su vida, su trabajo, festividades y ceremonias.
La población del Tahuantinsuyo no tenía un concepto abstracto de Dios y no había una palabra que lo definiera. Eran politeístas, y existieron divinidades de carácter local, regional y pan-regional.
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Machupicchu_intihuatana.JPG
Templo del Sol en Machu Picchu
La mitología inca tuvo éxito por la influencia política, comercial y militar antes de la conquista de los territorios al sur y norte del Cuzco que más tarde emprendiera el naciente imperio. El pensamiento de la identidad de los pueblos quechuas en el Perú y Bolivia y los quichuas (kichwa) en el Ecuador, comparten esta percepción espacial y religiosa que los une por su deidad más significativa como el dios sol Inti.
El vocablo "camaquen" definía a la fuerza vital que animaba todo cuanto existía en la tierra, según la fe del Tahuantinsuyo los seres vivos y muertos tenían "camaquen", inclusive los cerros, piedras, lagunas y demás seres sagrados tenían un «camaquen».2 Esto no pudo ser entendido por los colonizadores europeos quienes equipararon la palabra "camaquen" al vocablo "alma" de las creencias católicas, cuando claramente se trataban de conceptos distintos. En la fé católica un cuerpo muerto ya no tiene alma, en la fé del Tahuantinsuyo los muertos recibían tanto respeto como los vivos.
La mitología inca estaba formada por una serie de leyendas y mitos de esta etnia, que sustentó la religión panteísta del Imperio inca, centralizada en Cusco.
A sus dioses, el pueblo inca les rendía culto, al igual que en otras religiones. Algunos nombres de dioses se repetían o eran llamados de igual forma en distintas provincias del pueblo inca. Más tarde todos estos dioses se unificaron y formaron el que se denomina verdadero panteón inca de divinidades.
Lo aplicado por la cosmogonía inca en el ámbito de las creencias debe ser considerado como uno de los instrumentos más importantes utilizados en el proceso de la formación de su imperio a la par de las transformaciones económicas, sociales y de la administración.
En la cosmovisión andina se tenía la creencia que los seres humanos emergieron espontáneamente, en consecuencia no existía un dios creador; éste concepto vino a surgir luego de la colonización europea, fueron los sacerdotes católicos quienes identificaron a Wiracocha como el "dios creador" pero como adaptación al catolicismo.
La religión incaica es uno de los temas más controvertidos de la historia prehispánica; esto sucede así puesto que los cronistas españoles quienes describieron la religión en el Tahuantinsuyo trataron de explicar la religión incaica desde el punto de vista del catolicismo.
Los europeos creyeron que la religión incaica era obra del demonio e idolatría, por esta razón al recoger los relatos y mitos incaicos, seleccionaron los que podían identificarse con el dios cristiano, o las que fácilmente podrían interpretadas como vencidas por la fe católica.
En el caso de las divinidades menores, los españoles les dieron el nombre genérico de "huacas" (wak'a) y fueron descritas como "manifestaciones locales de la actividad del demonio".
Flickr - archer10 (Dennis) - Bolivia-65
Puerta del Sol con imagen de Viracocha en Tiwanaku, Bolivia
Cosmovisión
La cosmovisión es el concepto o interpretación que una cultura tiene acerca del mundo que le rodea. En el caso andino, esta tiene rasgos particulares en materia de tiempo y espacio.
De esa manera en el mundo andino, el tiempo era concebido de manera cíclica, en una sucesión constante de períodos de caos (o desorden) y de cosmos (orden) del mundo.
El espacio andino era concebido en dos niveles diferentes: horizontal y vertical. En el plano horizontal, los incas veían el mundo de manera dual: Hanan y hurin (arriba y abajo). Estas dos mitades eran divididas a su vez, en otras dos, dando origen a la cuatripartición.
Esta división era entendida como complementariedad, oposición y reciprocidad. Mientras que, a nivel vertical, el espacio estaba dividido en tres planos:
1. Hanan Pacha (mundo de arriba, celestial o supraterrenal): Era mundo celestial y sólo las personas justas podían entrar en ella, cruzando un puente hecho de pelo. En la tradición andina se definió al Hanan Pacha como el mundo superior donde habitaban los dioses como Viracocha o Wiracocha, Inti, Mama Quilla, Pachacamac y Mama Cocha.
2. Kay Pacha (mundo del presente y de aquí): En la cosmovisión andina, Kay Pacha es el nombre del mundo terrenal, donde habitan los seres humanos y pasan sus vidas.
3. Uku Pacha (mundo de abajo o mundo de los muertos): En la mitología andina, Uku Pacha era el mundo de abajo o mundo de los muertos, de los niños no nacidos y todo lo que estaba debajo de la superficie de la tierra o del mar. Las fuentes, cuevas u otras de las aberturas de la superficie terrestre eran considerados líneas de comunicación entre el Uku Pacha y el Kay Pacha.Pero no lo veían como el infierno que nosotros conocemos sino como otro mundo de estadia.
El término pacha puede significar a la vez tiempo y espacio (mundo, tierra).
La cosmovisión está principalmente ligada a la cosmografía, que es la descripción del cosmos, en este caso correspondiente al cielo del hemisferio austral, cuyo eje visual y simbólico lo marca la constelación Crux, denominada Chakana en la antigüedad y cuyo nombre se aplica a la Cruz Escalonada Andina, símbolo del Ordenador o Viracocha. Así también en el Universo Andino existen mundos simultáneos, paralelos y comunicados entre sí, en los que se reconoce la vida y la comunicación entre las entidades naturales y espirituales.
Panteón
La andina prehispánica era animista, perfilaba a los astros y a los grandes hechos y fenómenos geográficos como deidades en sí mismas. El único dios en sentido pleno de la palabra, fue Wiracocha, el dios creador. Otras deidades importantes eran el sol (inti), la luna (Mama Quilla) protectora de las mujeres, la tierra (Pacha Mama) de la fertilidad agrícola, y el rayo (Illapa) trinidad del rayo, trueno y relámpago, dios de la batalla.
Principales dioses
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Viracocha
Viracocha (en quechua: Qun Tiksi Viraqucha) era considerado como el esplendor originario o El Señor, Maestro del Mundo. En realidad fue la primera divinidad de los antiguos peruanos, a saber, los habitantes de Caral, Chavín, Huari y especialmente los tiahuanacos, que provenían del Lago Titicaca. El culto al dios creador supuso un concepto de lo abstracto y de lo intelectual, y estaba destinado solo a la nobleza.
Viracocha al igual que otros dioses, fue un dios nómada. Según los mitos, surgió de las aguas, y creó el cielo y la tierra. Tenía un compañero alado, el Pájaro Inti, una especie de pájaro mago, sabedor de la actualidad y del futuro. Este pájaro mago, no es otro que el Corequenque de las tradiciones orales, el picaflor de oro, mensajero de los dioses, cuyas plumas servían para la mascaypacha o corona del emperador Inca.
Viracocha es representado con dos varas, que al parecer eran realmente estólicas (propulsalanzas) o warakas (hondas gigantes andinas).
Mama Quilla
Mama Quilla (en quechua: Mama Quilla, Madre Luna) era hermana y esposa de Inti; también era considerada madre del firmamento. De ella se tenía una estatua en el Templo del Sol, en el que una orden de sacerdotisas le rendía culto.
Los incas celebraban en su honor una gran fiesta denominada Coya Raymi Naturalmente, a la diosa Mama Quilla estaba adscrito el fervor religioso de las mujeres, y ellas eran quienes formaban el núcleo de sus fieles seguidoras, ya que nadie mejor que la diosa Mama Quilla podía comprender sus deseos y temores, y darles el amparo buscado.
Pacha Mama
La Pacha Mama (en quechua: Pacha Mama, Madre Tierra o Madre Cósmica) La fuente femenina de la que proviene todo el mundo material, el sustento de toda la naturaleza y toda la realidad.
Pachacamac
Pachacamac (en quechua: Pachakamaq, Soberano del mundo) era una re-edición de Wiracocha, el cual era venerado en la Costa Central del Imperio inca. Era conocido como el dios de los temblores, y su culto hizo un aparente sincretismo con el actual Señor de los Milagros, el cual - según la historiadora María Rowstoroski - tiene rasgos de este antiguo dios.
Mama Sara
La Mama Sara (en quechua: Mama Sara, madre maiz) era la Madre Maíz o del alimento, la más importante de las conopas (representaciones religiosas) de los alimentos junto con la coca y papa.
Mama Cocha
La Mama Cocha (en quechua: Mama Qucha,madre mar), era una diosa a quien se le rendía culto para calmar las aguas bravas y para la buena pesca. Era la deidad que representaba todo lo que era femenino.
Peru Machu Picchu Sunrise 2
Machu Picchu, considerada actualmente la construcción más representativa del imperio inca
Dioses menores
Aparte del gran Viracocha y su corte terrenal de Amautas, o sabios y primeros sacerdotes y administradores, el segundo cordón de clérigos, la nobleza militar y los ayllus o gremios, regidos hasta en su más mínimo movimiento por la ley del Inca, el pueblo llano tenía su panteón con otros dioses menores, a los que probablemente le resultaba más sencillo y cercano dirigirse en busca de favores y soluciones.
La estrella rizada o de la mañana acompañaba al Sol, al igual que Illapa, dios del trueno y la batalla, como la imagen de la estrella de oro, la de la tarde, Venus o Chaska, hacía su guardia junto a la Luna; y Chuychú, el bello arco iris estaba por debajo de ambos grandes dioses. El arco iris fue luego elevado a dios de los nobles debido a que representaba la belleza que estaba reservada para los nobles
Las constelaciones de la copa de la coca, Kuka Manka, era una constelación que cuidaba de las hierbas mágicas, como la constelación de la copa de maíz, Sara Manka lo hacía con los alimentos vegetales, y la del jaguar Chinchay se encargaba de los felinos.
Wasikamayuq era el dios tutelar del hogar, mientras que el Qhaxra-kamayuq se esforzaba por evitar que los ladrones entraran en esa misma casa, y los Auquis asumían la vigilancia de cada poblado.
Había también un Dios de las tormentas y otro Dios del granizo; tras Pacha Mama, la diosa de la Tierra, estaban Apu Katikil y Pikiru, como dioses tutelares de los gemelos; la serpiente Hurkaway era la divinidad de lo que estaba bajo tierra, mientras que el ávido Supay reinaba en el mundo de los muertos vivientes sin dejar de reclamar más y más víctimas para su causa, lo que hizo que los españoles le dieran lo identificaran con el Diablo, aunque tenía cualidades benignas y malignas.
También estaba el dios Wakon o Kon, un hermano de Pachacámac expulsado por éste y que se llevó con él, al ser forzado a irse, la lluvia y dejó a la franja costera del Perú seca para siempre. Según Pachacamac, fue un dios maligno y devorador de niños, de risa cruel y habilidad para rodar por las montañas. Otros hermanos, Temenduare y Arikute, dieron origen al diluvio con sus querellas. En total y según algunas tradiciones orales el primer sol del mundo antiguo Ñawpa pacha, el cual era Wiracocha, el creador con su corte, y tuvo 4 hijos: Kon o Wakon, dios de las sequías; Mallko dios de la ley; Vichama o Atipa dios de la guerra y la venganza y Pachacámac, quienes regentaron sucesivamente el mundo actual destruyéndolo sucesivamente. Estos guardan relación con los 4 hermanos del mito de los hermanos Ayar, uno de los mitos de la creación del Imperio inca.
Pachacámac a su vez tuvo de hijos al Sol-Inti y la luna Mama Quilla del mundo actual o Kay Pacha. Pachacamac se autoexilió al mar desde donde domina los terremotos, dejando el mundo en manos del Inti o sol del mundo actual.
Existen otros wakas o dioses, como Catequil, poderoso dios oráculo; Huallallo Carhuancho, dios de fuego con rasgos malignos; Huari, dios gigante de la guerra referido a la cultura del mismo nombre; Amaru, la serpiente mitológica divina; entre muchos otros nombrados en sin número de tradiciones orales recopiladas recientemente.
Las divinidades
El número de divinidades durante el ciclo incaico fue enorme, estas divinidades podían habitar en el cielo y la tierra. Según la creencia popular los dioses antropomorfos podían tomar conductas similares a la de los seres humanos, eran capaces de tener sentimientos y pensar, además podían tener esposas, hijos y peleas entre ellos; además podían tomar partido por un grupo humano en algún pleito; a pesar de que se sabía de que los dioses eran inmortales, también existieron dioses mortales como el caso de Tunupa.1 Los dioses incaicos exigían ofrendas y constante recordación; en el caso de las deidades relacionadas con el agua, se sabe que preferían el "mullu" (conchas marinas enteras, partidas o en polvo) y cada divinidad tenía una preferencia específica sobre cómo debía ofrecérsele el mullu; existían algunas divinidades, como el caso del oráculo de Huarochirí que exigía mullu masticado. Este mullu era depositado en pozos, fuentes, ríos, lagunas o el mar para pedir buen tiempo y salud.1
Los oráculos
Los dioses se comunicaban con los seres humanos a través de los oráculos, estos oráculos podían ser representaciones de los dioses hechas en diversos materiales y que, según la creencia, cobraban vida y pedían deseos, además de responder preguntas. Los sacerdotes interpretaban los oráculos y se tenía la idea de que, por tratarse de dioses, los oráculos no se equivocaban; pero cuando un oráculo erraba en sus predicciones causaba gran malestar en la población. Está documentados relatos sobre la destrucción del oráculo de Catequil (Katiqil) en Porcón por mandato de Atahualpa, al haberle dado información errónea.
Todos los grupos sociales del Tahuantinsuyo visitaron los oráculos permanentemente, los más prestigiosos según las crónicas fueron pachacamac (pachakamaq), apurimac (apu rimaq), chinchaycamac (chinchaykamaq), mullipampa y catequil.
Inca tombs to a mountainside Peru
Tuma Inca en ladera de montaña en Perú
Los sacrificios
La población en el Tahuantinsuyo tenía la creencia de que a las deidades les agradaban los sacrificios de los "animales sagrados". Uno de los animales sagrados era la "pillco llama", que no era más que una llama blanca; esta "pillco llama" era predilecta en el culto solar, era vestida con atuendos rojos y decorada con plumas para el sacrificio. Cuando se hacía un sacrificio, el animal sacrificado era acompañado con textiles, coca, chicha y flores. Estos últimos 4 elementos eran imprescindibles en cualquier tipo de sacrificio u ofrenda.
Los animales preferidos para los sacrificios eran los machos, en el caso de las hembras se prefería a las estériles. Se seleccionaban minuciosamente a los animales para el sacrificio, igualmente sucedía con los textiles. En el caso de la coca, se ofrecía al culto la coca cultivada en campos especiales para ofrenda, igualmente la chicha para la ofrenda era distinta a la hecha para beber en festividades.
Los sacrificios para alejar desgracias o tragedias podían realizarse en cualquier momento del año. Pero existieron meses específicos para determinados sacrificios. Por ejemplo, en setiembre se realizaba la "citua", que era una ceremonia para alejar las enfermedades botándolas al río; en esta ceremonia se arrojaban al río coca, textiles y camélidos degollados, posteriormente con la sangre de llamas seleccionadas se hacían unos bollos de maíz que se repartían.
Existieron también sacrificios humanos generalmente asociados al Inca, estos se realizaban cuando un Inca ascendía al trono o cuando su salud se resquebrajaba. También existió una ceremonia denominada capac cocha realizada en casos especiales como sequías persistentes, en la cual se sacrificaban niños seleccionados y sin defectos, estos niños podían ser del pueblo o de la élite. Según crónicas de Bernabé Cobo, cuando Huascar fue capturado los sacerdotes del Cusco sacrificaron varios niños, animales y textiles.
Las fiestas
El calendario incaico se regía por los ciclos lunares, cada ciclo era acompañado de una fiesta. Existían fiestas de carácter regional y otras se festejaban en todo el territorio. Las fiestas del Cusco eran presididas por el Inca, las fiestas en otros lugares del Tahuantinsuyo las dirigía un representante del Inca.
Todas las fiestas eran multitudinarias pero en el Cusco las más importantes fueron el Inti Raymi (solsticio de invierno) y el Capac Raymi (solsticio de verano), dedicadas al inti y al Inca respectivamente. Durante estas fiestas las panacas cusqueñas sacaban a las momias y se las paseaba en procesiones por el Cusco, acompañados de música y danzas; luego de esto se representaban teatralmente escenas históricas.
En el caso del Inti Raymi o Fiesta del sol, era una fiesta extendida en gran parte del Tahuantinsuyo; durante esta fiesta la población en general estaba prohibida de beber chicha, comer sal, aji y tener relaciones sexuales. En el Cusco la fiesta la presidía el Inca y asistían los curacas de las diversas etnias existentes en el Tahuantinsuyo, esta ocasión también era tomada para que los curacas rindan cuentas sobre las mitas cumplidas por sus pueblos.
Skull with hair of the nazca culture in Peru
La muerte
Morir, para los pobladores del Tahuantinsuyo, representaba un viaje de una vida a otra vida. Ese viaje era difícil y necesitaba ayuda; el "camaqen" o espíritu del difunto necesitaba de un perro negro, que según la creencia podía ver en la oscuridad de ese camino y podía guiarlo. El otro mundo variaba en ubicación según las etnias, algunos creían que estaban en las cumbres nevadas, otros que estaban en campos floridos.
Se tenía la creencia de que en el otro mundo los seres humanos continuaban agrupándose en ayllus, y de que por ser tan grande el número de difuntos el espacio y las tierras de cultivo eran insuficientes, por esa razón enviaban al difunto con objetos que satisficieran sus necesidades.
El rito de pichcada ( pichqay o pitsqay) se sigue practicando en el mundo andino, consiste en una velada de las ropas del difunto, al quinto día de muerto. Es la despedida final, pues ha de retirarse el ánima de su última morada.
http://www.diosuniversal.com/Otras-Religiones/Mitologia-y-Religion-Inca
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