miércoles, 12 de abril de 2017

¿Quién fue Judas Iscariote?

¿Quién fue Judas Iscariote?

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Judas Iscariote fue uno de los apóstoles de Jesús de Nazaret y siguió a su maestro durante su predicación por Judea y Galilea y, según los evangelios canónicos, fue el apóstol traidor que reveló a los miembros del Sanedrín el lugar donde podían capturar a su Maestro sin que sus seguidores interfiriesen, tal como había anunciado el propio Jesús durante la Última Cena. (Mateo 26:14-75 y Lucas 22:20).
Su historia según los evangelios canónicos
Antes de delatar a Jesús
Judas fue uno de los apóstoles de Jesús, no se menciona sobre su llamada ni cuándo se unió a los apóstoles, pero el Evangelio de Juan pone un antecedente importante de la felonía de Judas, ya que él era el tesorero y, según ese evangelio, Judas se apropiaba del dinero destinado a los pobres (Juan 12:6).
La traición de Judas
Según los cuatro evangelios canónicos, Judas guió a los guardias que arrestaron a Jesús hasta el lugar donde lo encontraron, les indicó quién era besándole (Marcos 14:43-46). Por su traición fue recompensado con treinta piezas de plata (Mateo 26:15).
Existen diferentes interpretaciones sobre el tipo de moneda de que se trata. Donald Wiseman sugiere dos posibilidades para la identidad de las monedas usadas para pagar a Judas. Podrían haber sido tetradracmas de Tiro, usualmente denominados siclos, o pueden haber sido estateros de Antioquía, que llevaban el rostro de César Augusto. La tradición y leyes judías, además de las normas romanas, dictaban que en el templo de Jerusalén podían atesorarse exclusivamente didracmas y tetradracmas de Tiro como pago del tributo anual. El Sanedrín habría pagado a Judas en las monedas que formaban parte del tesoro del templo. Las monedas validadas por el templo eran las acuñadas en Tiro.
Al poco tiempo, Judas se arrepintió de sus actos, intentó devolver las monedas a los sacerdotes que se las habían dado, y al no aceptarlas éstos, las arrojó en el templo. Luego, desesperado ante la magnitud de su delación, se suicidó ahorcándose (Mateo 27:5) en un árbol (abril de 29–33).
Según otra versión, Judas compró un campo con el dinero que obtuvo gracias a su traición, pero cayendo de cabeza, se reventó por en medio, y todas sus entrañas se derramaron (Hechos 1:18), por lo que aquel campo fue llamado en su lengua Aceldama, que quiere decir Campo de Sangre (Hechos 1:19).
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La animadversión popular e histórica hacia Judas
Judas ha pasado a la tradición cristiana posterior como el traidor por antonomasia. La animadversión popular hacia el personaje se expresa fielmente en la quema, apedreamiento o linchamiento ritual de numerosos muñecos llamados Judas en Carnaval, Semana Santa u otras fiestas populares (como el Día del Judas celebrado en Robledo de Chavela, o El Judas de Samaniego, ambas en España, o las Festividades de los Judíos en Purísima del Rincón, en México).
Esta animadversión hacia Judas, y también hacia los sacerdotes judíos que contrataron sus servicios, fue desviada para que contribuyera al antisemitismo, facilitando la formación de un estereotipo negativo sobre el pueblo judío. A ello ayudó que Judas proviniera de Judea, región netamente judía, de esta forma Judas igual Judea igual a Judío; término que deriva del nombre del reino de Judá (del hebreo יְהוּדָה, Yehudá, hijo de Jacob). La generalización tuvo éxito a pesar de que evidentemente Judas no era el único judío entre los apóstoles, de que los demás apóstoles judíos no traicionaron a Jesús y de que el mismo Jesús era judío.
Ejemplo de esta antigua animadversión popular se observa en una leyenda medieval, recogida por Jacobo de la Vorágine en su Leyenda dorada (capítulo XLV: San Matías Apóstol) en la que Judas, antes de traicionar a Cristo, comete varios pecados horribles (fratricidio, parricidio e incesto), que recuerdan a los de Edipo. Ciborea, madre de Judas, soñó que el hijo que iba a tener sería una amenaza para su propio padre, para Dios y para su pueblo. Por esa razón, lo abandonó nada más nacer en una cesta, que arrojó al mar. La cesta fue a parar a la isla de Iscariote, y la reina del lugar, que no tenía hijos, adoptó al niño. Sin embargo, poco después quedó embarazada y dio a luz a un hijo. Judas creció junto a este niño, su hermanastro, una criatura bondadosa a la que maltrataba continuamente. Finalmente, lo mató y huyó a Jerusalén, donde entró al servicio del gobernador de su patria (Pilatos) y, a petición de éste, entró a robar manzanas en el jardín de su padre. Sorprendido in fraganti, mató al padre. Después, se casó con la viuda de éste, es decir, con su propia madre. Tras averiguar su verdadera identidad, trató de expiar su culpa convirtiéndose en uno de los apóstoles de Cristo pero, lejos de redimirse, acabó traicionando a su maestro.
Judas Iscariot church of St Jean Gülsehir
Reivindicación de Judas
En los siglos XIX y XX, algunos autores ensayaron, como ejercicio de ingenio o por convicción sincera, la posible reivindicación del personaje. Así, Ferdinando Petruccelli della Gattina, en el controvertido "Las Memorias de Judas" (1867), describe el apóstol como un revolucionario y líder de la revuelta judía contra el imperio de los romanos. En el año 1944 Jorge Luis Borges publica el cuento" Tres versiones de Judas", en el que presenta a un teólogo mostrando tres interpretaciones de Judas diferentes a la convencional, para quedar convencido al final de su última teoría: Dios no encarnó en Cristo, sino en Judas.
Posteriormente Juan Bosch, en su libro de 1955 "Judas Iscariote el calumniado", revisa la tradición evangélica sobre el personaje, presentándolo como víctima de una interpretación errónea de los hechos. El cine también ha mostrado facetas diferentes de Judas; por ejemplo, la película de Martin Scorsese "La última tentación de Cristo", basada en la novela homónima de Nikos Kazantzakis.
En el año 2006, esta lectura positiva de Judas cobra nuevos bríos con la publicación en abril de la traducción del "Evangelio de Judas", un texto gnóstico que data posiblemente del siglo II. Según este texto, el propio Jesucristo pidió a Judas que lo traicionara y Judas cumplió la orden como supremo acto de obediencia. Para los gnósticos esto representaba un acto sagrado, ya que ayudaba a liberar del cuerpo el Espíritu Santo de Jesucristo.
En el año 2007 el autor C. K. Stead siguiendo el Evangelio de Judas publica "My Name Was Judas" (Mi nombre fue Judas), una novela en la que Judas, octogenario, narra su amistad con Jesús desde su infancia (época en la que compartían el mismo maestro) hasta la muerte de su maestro.
Muerte de Judas
Existe una controversia acerca de la muerte de Judas, ya que el Evangelio de Mateo sólo nos dice que ...fue y se ahorcó (Mateo 27:5), mientras en el libro de los Hechos de los Apóstoles dice: el cual era contado con nosotros, y tenía suerte en este ministerio. Éste, pues, adquirió un campo del salario de su iniquidad, y colgándose, reventó por medio, y todas sus entrañas se derramaron (Hechos 1:17-18). Para conciliar ambos textos, se ha sugerido que cuando Judas se colgó, la cuerda se rompió, de modo que su cuerpo cayó y se reventó al golpear el suelo. Sin embargo, para que esto pudiera ser posible Judas tendría que haberse “ahorcado por los pies”. Por otro lado en la Biblia nada hace pensar que así hubieran sucedido las cosas. Esta inferencia no soluciona el problema de la incoherencia. La solución para este conflicto está en dónde tomaron sus relatos Mateo y Lucas. Mateo (que escribió para un público judío) se inspiró en la muerte de Ajitofel (2 Samuel 17,23), mientras que Lucas que escribía para un público de origen pagano (griego) se inspiró en el libro deuterocanónico de Sabiduría (Sabiduría 4,19).
Se dice que Judas compró el campo porque los sacerdotes lo compraron con el dinero que pagaron a Judas por su traición y que éste, más tarde, les devolvió (Mateo 27:3-10), de manera que era, en cierto modo, una adquisición del propio Judas. Al campo se le llamó "Campo de Sangre" por dos razones, y cada evangelista da una de ellas (Mateo 27:7-8);(Hechos 1:19).
El Corán niega la crucifixión de Jesús de Nazaret (Sura 4:157-158), y el islam argumenta que Alá no permitiría la indigna muerte de cruz para un profeta tan estimado como Jesús. Por eso, los musulmanes afirman que los judíos crucificaron a alguien que se parecía a Jesús, que pudo haber sido Simón de Cirene o Judas Iscariote. La muerte de Judas, un hecho en apariencia único, ha dado lugar a un gran número de controversias e interpretaciones derivadas en su mayoría de las diferentes traducciones de los textos que la describen.
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Evangelio de Judas
Se denomina Evangelio de Judas a un texto utilizado, según testimonios de los Padres de la Iglesia, por la secta gnóstica de los cainitas. Fue compuesto durante el siglo II alrededor de los años 130-150 D.C. Este evangelio se creía desaparecido, pero durante los años 1970 fue hallado en Egipto el códice Tchacos copto del siglo IV (supuestamente traducción de un original griego del cual no se conserva ningún ejemplar) en el que aparece un texto que parece corresponder al Evangelio de Judas mencionado en la literatura cristiana primitiva. En 2006 la organización National Geographic Society hizo público su trabajo de restauración y traducción del manuscrito. También en ese mismo año la organización National Geographic Society elaboró un video documental titulado "The Gospel of Judas" (El Evangelio de Judas).
En el texto se hace una valoración positiva de la figura del apóstol Judas Iscariote, que en los cuatro evangelios canónicos es considerado como traidor a Jesús. Según este evangelio gnóstico, Iscariote fue su discípulo favorito, y si entregó a su maestro a las autoridades romanas fue en cumplimiento de un plan previsto por el propio Jesús.
En el año 2007, tras revisar una transcripción del manuscrito, la biblista April D. DeConick, profesora de la Universidad Rice (Estados Unidos), rechaza esa interpretación argumentando errores de traducción. El 21 de marzo de 2008 el experto en copto Marvin Meyer, que formó parte del equipo de traducción de National Geographic, rebate las conclusiones de DeConick defendiendo la traducción original con base en otros textos gnósticos.
The ideal Holy Bible self-pronouncing, self-interpreting, self-explanatory.. (1908) (14598312357)
Descubrimiento
La primera referencia moderna conocida a este texto data de 1983, cuando alguien propuso su compra a la Universidad Metodista del Sur y el experto Stephen Emmel pudo examinarlo brevemente, junto con otros manuscritos. Según se cree, lo descubrieron en 1978 unos campesinos egipcios en la localidad de Menia, y fue sacado de Egipto de forma ilegal. El anticuario que intentó venderlo pedía una cifra que los posibles compradores consideraron excesiva (tres millones de dólares por el lote en el que iba incluido), por lo que tuvo que desistir. El texto estuvo depositado desde 1984 en un banco de Nueva York.
En 2002 lo adquirió la Maecenas Foundation for Ancient Art, radicada en Basilea, una fundación privada de Suiza, dirigida por el abogado Mario Roberti. Esta fundación contactó con National Geographic Society para que restaurase, datase y tradujese el manuscrito. Según el vicepresidente de esta institución, Terry García, el códice estaba muy deteriorado, y, si no hubiesen actuado de inmediato, hubiera acabado convirtiéndose en polvo.
Rudolf Kasser hizo pública la existencia del texto en una conferencia que tuvo lugar en París, en julio de 2004. Al año siguiente, un portavoz de la Maecenas Foundation anunció su traducción inminente al inglés, francés y alemán.
National Geographic Society eligió para hacer pública la restauración y traducción del manuscrito la fecha del 6 de abril de 2006, próxima a la Semana Santa, en que se conmemora la muerte de Jesús de Nazaret. El 9 del mismo mes programó el estreno televisivo de un documental sobre el manuscrito.
Giotto - Scrovegni - -31- - Kiss of Judas
"El beso de Judas" una representación tradicional de Judas por Giotto, Fresco realizado alrededor del 1306 y conservado en la Capilla de los Scrovegni, Padua.
Contenido
El texto del Evangelio de Judas es un relato de unas doscientas cincuenta líneas, cuya traducción a un idioma moderno contrasta con los extensos relatos evangélicos porque sólo insume alrededor de siete páginas. Se encuentra en un códice de 66 páginas, más de un tercio del cual es ilegible, y que contiene otras tres obras. Dos de ellas (el "Primer Apocalipsis de Santiago", y la "Epístola a Felipe", atribuida a San Pedro) son obras gnósticas ya conocidas por los hallazgos de Nag Hammadi. La tercera es un fragmento de un texto desconocido, titulado provisionalmente "Libro de Alógenes".
Todos los textos están escritos en el dialecto sahídico del idioma copto, aunque es una traducción de un original griego. Mediante varios métodos, entre ellos el del carbono 14, el códice ha sido datado entre los años 220 y 340.
El papiro se encuentra muy deteriorado: Algunas partes del texto se han perdido y otras se conservan sólo fragmentariamente. Veintiséis de las 66 páginas corresponden al así denominado "Evangelio de Judas". La parte que ha podido ser traducida comienza indicando que se trata de las revelaciones que Jesús hizo a Judas Iscariote, en conversación privada, tres días antes de la Pascua. Escrito en tercera persona, el texto es un diálogo entre Jesús y sus discípulos, especialmente Judas, que aparece como el discípulo favorito de Jesús. Según este evangelio, Judas entregó a su maestro a los romanos siguiendo órdenes del propio Jesús, quien profetizó: "Tú serás el decimotercero, y serás maldito por generaciones, y vendrás para reinar sobre ellos" (página 47 del manuscrito).
El Jesús que presenta este evangelio es desenfadado. Mientras en los evangelios canónicos Jesús de Nazareth nunca es presentado riendo y menos con malicia, en el texto gnóstico el personaje llamado Jesús se ríe con frecuencia de los malentendidos de los demás discípulos y de su devoción, a la que pretende superficial. En particular, se ríe de modo sardónico mofándose de la ignorancia ajena. Los apóstoles y discípulos se ponen furiosos al ver que este Jesús se burla de ellos; todos, menos el otro protagonista denominado Judas, que responde al primero, "Yo tengo conocimiento de quién eres tú y de dónde vienes. Tú vienes del inmortal reino de Barbelo." En los antiguos textos gnósticos, Barbelo es la Divina Madre de todo y la prudente previsión o lógos que posee el Uno Infinito.
Debido al "conocimiento" (gnosis, en griego) de Judas, acerca de que Jesús viene desde "el inmortal reino de Barbelo", a Judas se le promete una revelación "referida a secretos que ninguna otra persona ha conocido nunca". La inversión de la relación tradicional entre Jesús y Judas que plantea el texto es que Jesús le está agradecido a Judas y lo elogia: "Tú los superarás a todos ellos. Porque tú sacrificarás el hombre que me reviste...La estrella que indica el camino es tu estrella" (n. 56-57). La última parte de la "revelación" que el "Jesús" gnóstico brinda a Judas es la siguiente. Los paréntesis rectos indican lagunas del texto; es de notar la referencia a "Cristo" y el lugar atribuido al mismo en el universo:
La multitud de aquellos inmortales es denominada cosmos que significa perdición por el Padre y las 72 luminarias que están con el Autogenerado y sus 72 eones. En El apareció el primer humano con sus poderes incorruptibles. Y el Eón entonces apareció con su generación, en quien la nube de conocimiento y el ángel es llamado El...eón...después de eso...dijo, hagamos que doce ángeles adquieran realidad para gobernar sobre el caos y el mundo subterráneo. Y héte aquí, que desde la nube emergió un angel con destellos de fuego en su faz y sucio de sangre en su apariencia. Su nombre era Nebro, que significa Rebelde; otros le llaman Yaldabaoth. Otro ángel, Saklas, también salió de la nube. En esto, Nebro creó seis ángeles y lo mismo hizo Saklas, para que fuesen sus asistentes, lo cual produjo 12 ángeles en los cielos, y cada uno recibió una porción de los cielos. Los doce soberanos hablaron a los doce ángeles...el primero es Seth, quien es llamado Cristo. El segundo es Harmathoth. El tercero es Galila. El cuarto es Yobel. El quinto es Adonaios. Estos son los cinco que gobiernan sobre el mundo subterráneo, y ante todo sobre todo caos.
Este tipo de contenido es abiertamente gnóstico. Es lo que impide considerarlo un texto cristiano, por cuanto no tiene prácticamente nada en común con los cuatro evangelios o la fe cristiana excepto el empleo de los nombres "Jesús" y "Judas". Al final, poco después de entrar en una nube luminosa, Judas "recibió algún dinero y se lo entregó a ellos". Jesús se lo agradece, ya que prepara el momento en que Jesús quedará "liberado" del cuerpo, lo que le permite regresar al “reino grande e ilimitado cuya inmensidad no ha visto ninguna generación de ángeles” (n. 47). El texto termina con Judas entregando a Jesús ante los sumos sacerdotes y no incluye ninguna mención de la crucifixión o de la resurrección.
La única otra fuente independiente referida a este texto es Ireneo de Lyon, obispo y mártir fallecido en el año 202, quien escribió una serie de libros titulados Contra las Herejías, refutando a varios maestros gnósticos, en uno de los cuales menciona al Evangelio de Judas. Hacia el año 180, Ireneo escribió sobre la secta gnóstica de los cainitas, que pretendían "rehabilitar" una cantidad de villanos que aparecen en la Biblia, tales como Caín (que asesinó a su hermano Abel), los Sodomitas (habitantes de una ciudad notoria por su inmoralidad sexual), Esau (que despreció y vendió sus derechos de nacimiento por un plato de lentejas), Coré o Korah (que dirigió una sedición para derrocar a Moisés) y Judas, presentándolos como héroes espirituales. A fin de procurar ese objetivo, los cainitas produjeron lo que Ireneo de Lyon denominó "un relato ficticio al estilo de El Evangelio de Judas".
Judas Returning the Thirty Silver Pieces - Rembrandt
Judas devuelve las treinta piezas de plata.
Origen
Según el Obispo Ireneo de Lyon, dicho evangelio tuvo sus raíces en un mago llamado Simón, a quien dicho personaje se le hace mención en el libro de los Hechos de los Apóstoles donde se afirma que este hechicero quiso comprar a los Apóstoles el poder de hacer milagros. Simón Pedro lo repelió, diciendo: “Tú estás preso en los lazos de la iniquidad” (Hechos 8, 23). Simón, el Mago, es tenido como el “padre de las herejías”, y de su sacrílego intento le viene el nombre al pecado de simonía. Sus seguidores predicaban la vieja doctrina de la gnosis.
Entre los prosélitos de Simón, el Mago, San Ireneo señala a la secta de los cainitas. Éstos decían que Caín fue creado por un poder superior. Además, se juzgaban hermanos espirituales de Esaú, de Coré, de los habitantes de Sodoma y otros semejantes. “Y dicen añade San Irineo que Judas, el traidor, fue el único que conoció todas estas cosas exactamente, porque sólo él entre todos conoció la verdad, para realizar el misterio de la traición...Para eso muestran un libro que ellos inventaron, que llaman el Evangelio de Judas”.

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