EL NACIONALISMO LITERARIO DE FEDERICO GARCIA GODOY.
El nacionalismo
laterío de Federico García Godoy, tiene como fundamento esencial los ensayos de exposición histórica mediante
los cuales este publicista exacto el concepto de patria (Las obras de exposición
histórica novelada escritas por García Godoy son tres: RUFINITO, Santo Domingo,
1908, ALMA DOMINICANA, Santo Domingo,
1911, y GUANUMA, Santo Domingo, 1914).
Comentando la
aparición de RUFINITO, Pedro Henríquez Ureña, en carta publicada en su obra
Horas de Estudio, híjole a García Godoy; “La
interpretación viva del pasado, el conjuro que saca a la historia de los
laboratorios eruditos y la lleva público
ha penas ha sido ensayada en América; y
en Santo Domingo es usted el primero que sin desviarse por el camino de
la tradición popular, sin acudir a las deformación novelística, nos da la historia viva. No diré que su obra
pueda llegar directamente al pueblo; pero si creo que debe agitar el espíritu de
la clases dirigentes no menos necesitadas de enseñanza, en ciertos órdenes, que en otros las clases inferiores”.
A raíz de la
publicación del segundo libro de exposición histórica novelada escrito por García
Godoy, escribió el más insigne de los Henríquez Ureña. “Obra como
ALMA DOMINICANA, en que el interés episódico y narrativo sirve para difundir un concepto sintético
y superior de la historia nacional, son más útiles en nuestros países”.
Con RUFINITO,
ALMA DOMINICANA Y GUANUMA, Federico García Godoy, inspirándose en un ideal
historiconacionalista tan alentador como fecundo, exalta nuestras grandezas y orienta
las generaciones del futuro hacia el culto de la Patria.
RUFINITO,
representa un elemento sempiterno del
alma popular dominicana. Su tragedia es la resultante de su propio método de vida,
aunque sea pueril exigirle reflexión ni
mucho menos interés patrióticos a un tipo de esa naturaleza en una época de tantas indecisiones en algunos seres
carentes de energía volitiva, y de tantos problemas superiores a las fuerzas
de los paladines que, al construir los cimientos de la Republica,
tuvieron por recompensa, cuando no, por suerte, las rutas del ostracismo, las
gradas del patíbulo victimando criatura amasadas con la levadura del honor.
Perico
Antúnez, protagonista de ALMA DOMINICANA, representa la dominicanidad en acción
patriótica. Como su padre Juan Antúnez, hombre que siente olor a sangre
cuando un haitiano le pasa a menos de cien metros de distancia, es prototipo de
serenidad y bizarría. Con el mismo vigor conque “abate al toro más bravío o
domina al potro más cerril”, se enfrenta al soldado que esgrime la tizona del
Cid; y su mano es como garra de águila rasgando una blanca epidermis en busca de una entrada roja. Hombre
a quien “no se puede tocer muy cerca de
la cara’’, se ofrenda en aras de la Patria en protesta contra el ultraje
español.
Fonso Ortiz,
el hombre fuerte de GUANUMA, es exponente de prestancia varonil. Rico, valiente
y poseído de una joven personalidad, no admite la existencia de problemas
irresolubles. A falta de cultura es todo intuición. El instinto no le da en
él beligerancia al razonamiento. Se arriesga porque confía en sí mismo y porque
ama el patrio suelo. En misión secreta del Presidente Salcedo, le sorprende el
rosicler señoreado de un abismo o domeñando una cumbre, para que el polvo de
los astros lo encuentre disfrazado de campesino andrajoso en pleno campamento
del Marqués de las Carreras.
En RUFINITO,
ALMA DOMINICANA Y GUANUMA, García Godoy
de la sensación de un pintor
trazando a pinceladas geniales el curso
trágico de la historia nacional.
En las obras
hay páginas subyugantes por su belleza. José Eustasio Rivera describiendo la selva y sus
embrujos en LA VORAGINE, no lo supera en
la calidad estética de la inspiración, cuando en ALMA DOMINICANA,
describe el incendio de Santiago o cuando nos da en GUANUMA, La Cita y En Santo Domingo de Guzmán.
Nuestra historia, gravita de pasiones y salpicada de heroísmo,
ejerce en García Godoy la poderosa
influencia que convertida en nacionalismo literario resalta para José Enrique
Rodó en su
juicio de EL MIRADOR DE PROSPERO, estandarte de
americanidad.
Con la
misma devoción nacionalista que la inspiran obras como: RUFINITO, ALMA
DOMINICANA, Y GUANUMA, escribe LA PATRIA
Y EL HEROE (Estudio acerca del prócer Antonio Duvergé, La Vega, 1911) y De la
Historia (semblanza, La Vega, 1926).
FUENTE;
Estudios para la Historia de la Filosofía en Santo Domingo, de Armando Cordero,
Imprenta Arte y Ciencia, Santo Domingo, 1951, págs. 180-183.
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