lunes, 7 de agosto de 2017

Los barcos de Calígula

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Calígula fue el tercer emperador romano, tras Augusto y Tiberio. Su verdadero nombre era Cayo Marco Germánico, aunque, desde pequeño todos lo conocían por su mote, Calígula (Sandalitas), porque acostumbraba llevar un tipo de calzado que era propio de las legiones: las calige.
Fuente: A.P. Schroedel | 20minutos.es, 4 de marzo de 2013
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Fue un emperador caprichoso, excesivo y cruel. Al comienzo de su reinado creó muchas expectativas entre su pueblo, pero pronto fue temido y odiado por todos. De ahí que, tras ser asesinado por su propia guardia pretoriana a los cuatro años de reinado, el Senado dictara una condena reservada a los personajes que habían resultado nefastos para el Estado: la damnatio memoriae (recuerdo condenado), un edicto terrible por el que se borraba de cualquier registro oficial (anales, inscripciones, estelas, monumentos, estatuas, mosaicos, etc.) el nombre y la efigie del condenado al olvido.
Muchas, si no todas, de las obras que Calígula había promovido desaparecieron. Y entre ellas, dos magníficos y descomunales navíos de recreo que el emperador había ordenado construir en el lago Nemi (Speculum Dianae para los romanos), a escasos 25 kilómetros de Roma. Desaparecieron de tal forma que no se volvió a saber de ellos hasta prácticamente el Renacimiento.
Cayó el imperio, pasaron las dominaciones bárbaras y la oscura Edad Media. Durante casi 15 siglos circularon rumores y leyendas que hablaban de tesoros bajo las aguas del lago, y de algunos restos que quedaban atrapados en las redes de pescadores.
A mediados del siglo xv, un cardenal renacentista, un Colonna, ya se manifestaba convencido de la existencia de los barcos. Intentó recuperar algo. Fue el primero, pero no encontró nada. En 1535, segundo intento. Primeras operaciones de buceo usando un arcaico prototipo. Sin resultados tampoco. Los años pasan y los restos son objeto de saqueos y depredaciones que causan más daño que el tiempo.
En 1827, se usa una campana para ocho buzos y se logran extraer pisos de mosaico, mármoles, trozos de columnas y caños de terracota. En 1895, un profesional inicia una investigación sistemática para el Gobierno.
Se localizó uno de los buques, se recobró el cabezal de un timón, bronces de animales, rodamientos, columnas, cañerías de plomo, tejas de cobre... Se localizó el segundo barco y se ordenó estudiar la recuperación total. Finalmente se llegó a la conclusión de que el rescate era posible, pero no sacando los barcos a la superficie, sino desecando el lago por medio de un gran túnel. Pasarían otros 30 años antes de que se realizara. En 1926, en plena efervescencia fascista, una comisión decidió seguir el plan del ingeniero Malfatti de 1895, a través de un antiguo túnel-acueducto romano. Así, en octubre de 1928 se comenzó a bombear agua del lago.
La primera nave surge el 28 de marzo de 1929, al bajar el nivel del agua casi seis metros. Este hecho disipó las dudas que podía haber respecto al proyecto y le destinaron más recursos.  El 3 de septiembre el casco emergía completamente del agua. Políticos, académicos y gente del pueblo llegaban de toda Italia para verlo. Un año después, el 10 de junio de 1931, el segundo barco emergió completamente. Se habían movido más de 40 millones de metros cúbicos de agua.
Tras diversas peripecias, se lograron recuperar los restos de ambos navíos, que dieron testimonio de su grandiosidad. La primera galera media 71,2 metros de eslora y 20 de manga, con un casco redondeado. La segunda tenía 73 metros de eslora y 14,4 metros de manga. Estas dimensiones excedían en mucho cualquier buque conocido de la época. Se comprobó que no habían sido construidos para navegar en aguas abiertas. Entre sus sorprendentes descubrimientos, se halló un ancla de brazos movibles, de más de dos metros de largo, y una llave de paso cónica de bronce que formaba un sello hermético sin necesidad de juntas. El descubrimiento de gran cantidad de lujoso material de ornamentación, junto a la reputación de libertino de Calígula, llevo a los arqueólogos a pensar que los barcos eran simplemente de placer. Una teoría más reciente mantiene que los buques estaban relacionados con el misterioso culto a Isis, del cual Calígula era fervoroso miembro.
Durante la II Segunda Guerra Mundial ambos buques fueron quemados por los alemanes, intencionadamente, en la noche del 31 de mayo de 1944, durante su huida ante el avance aliado sobre Roma. En 1996 un grupo llamado Dianae Lucus comenzó a desarrollar planes para hacer replicas a tamaño real de los furtivos buques de Nemi, los barcos de Calígula.

Benito Mussolini: nostalgia del Imperium

Admirador del Imperio Romano, en el que veía la raíz del nuevo fascismo italiano, Mussolini tomó la arrogante decisión de vaciar parte del lago Nemi para recuperar los restos navales. Fue una obra de ingeniería importante, que aprovechó unos antiguos túneles romanos.
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Los titanic de la antiguedad 1/5


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