domingo, 24 de septiembre de 2017

Juventud sin estímulos

Juventud sin estímulos


Fuente: Escrito de Guido Despradel Batista, publicado en el Semanario La Palabra 1; 8, La Vega, 29 de julio de 1929, y reproducido en sus Obras. Tomos II, Volumen LXXXVI, Archivo General de la Nación, compilada por Alfredo Rafael Hernández. Santo Domingo, 2010. pág. No. 19

Pueblos un poco áridos para el perfecto adelanto y para el verdadero renombre de la Juventud, son aquellos en los cuales los hombres ya maduros se obstinan en hacer predominar los viejos moldes y los rancios principios sobre la arrolladora renovación de los que piensan en primavera y luchan hermanados con el verano
Pueblos grandes son aquellos en donde existe un núcleo de hombres conscientes que habiendo luchado con luz y entusiasmo en las primeras décadas de sus vidas, han adquirido una sólida experiencia que los obligas a estimar a la juventud que se levanta en brazos del constructivo esfuerzo de la lucha; que lo obliga a exhortarla, a lanzarle voces de aliento desde ese alto pedestal de la vida sentida y de los años vividos, a prodigarle conceptos de reconocimientos y gritos de esperanza.
Brillantísimo sería el rudo batallar de las incansables falanges renovadoras si estuvieran protegidas por las animadoras voces del estímulo; más números serían los triunfos de estas potentes falanges si se encontraran rodeadas por almas maduras que les demostrasen a cada instante que le tienen fe y que en ellas depositan su esperanza, más briosos serían los empujes de esta juventud, si no encontrara en su camino mezquinos obstáculos decadentistas y retrógrados convencionalismo conventuales 
Juventud que lucha hoy en La Vega. Hombre maduros dispuestos a exhórtala; Juventud hay en La Vega. Seres obstaculizadores solícitos a producir el desconsuelo y avaros para prodigar el estímulo. También hay en La Vega.
Algún antiquismo y cierto estacionario egoísmo tienden a anular a la juventud de nuestro pueblo en ciertas actividades culturales; algún exclusivismo y cierta ambición desmedida intentan lograr el grito estrepitoso de la renovación y sojuzgar la fuerza arrolladora de la sangre nueva.
Pero todo será en vano; jamás ningún principio solo digno del museo de la historia, jamás ningún convencionalismo frailuno, Jamás la ambición ni el exclusivismo han podido impedir el avance decidido de las ideas nuevas; esos que intenta ensordecer los himnos renovadores, esos que pretenden obstaculizar el avance de la floreciente primavera de los pueblos, pagarán su culpa como el griego: con la fruta constantemente cerca de sus labios, mustios de tantos maldecir y secos de tanto prodigar el desconsuelo
La base para la constitución del centro que representará a la juventud intelectual de La Vega está ya formada. Luchemos con confianza, que somos hermanos de la sangre e hijos legítimos de la vida. Somos la fuerza y el nervio; la sangre siempre nueva de los pueblos.

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