martes, 10 de octubre de 2017


Origen y Evolución de la actual ciudad de La Concepción de La Vega
La actual ciudad de la Concepción de La Vega, fundada a orilla del que fuera en un tiempo el caudaloso Río Camú, él que bordeaba como guitarra arabesca todo el entorno de esta urbe. Surgió de un caserío de improvisadas casuchas de chagua, tablas de palma y tejas, levantado por familias sobrevivientes de la destrucción del terremoto de diciembre de 1562, que destruyo la abandonada Villa de la Concepción.
Otra parte de los aterrorizados pobladores huyeron hacia Santiago, sin darse cuenta que también la Villa de Santiago corrió la misma suerte que la Concepción.
Estos pobladores, se apropiaron socialmente de un espacio donde reprodujeron las costumbres, valores y usos de sus antepasados. Dedicaron todos sus esfuerzos de sobreviviente a la actividad agropecuaria, como consecuencia de ellos ésta población y sus alrededores se consagraron a este importante renglón de la producción.
Pese a la marginación, la opresión y los anquilosamientos dentro del contexto en que vivía la colonia. Los cuales los pobladores de la antigua metrópolis no tenían recursos para avanzar más allá de lo que la autarquía impone
El proceso evolutivo, fue muy lento y sus moradores tuvieron que soportar las embestidas de la naturaleza que como un presagio le perseguía, nuevos terremotos, incendios y destrucción caían sobre sus residentes constituyendo a provocar la emigración o la dispersión de la población.
Pasando los años, y en el tiempo de la dominación haitiana, el poblado principal de la Ciudad de La Vega, se encontraba concentrado al rededor de la Plaza de Armas lo que hoy es el Parque Duarte. Décadas más tarde, sus pobladores habían participado en los hechos gloriosos de la proclamación de la Independencia Nacional y su participación activa en los sucesos de la Primera República. Estos da a indicar que sus habitantes estaban relativamente cohesionados en torno a intereses comunes.
Para el 1871, en una ilustración que publicara Samuel Harzard, sobre La Vega de entonces, muestra un caserío de bohíos muy pobres, aunque él encontró que las casas de maderas estaban muy bien construidas y la disposición en ángulos rectos de las calles la que le daba una impresión de urbana.
Sin embargo el grabado presenta, que estaba rodeadas de insalubres lagunas, no quitando que hubieses un grupo de personas acomodadas y de ricos comerciantes, pues en 1846 los veganos se habían quejado ante el Presidente Santana, por la competencia de los comerciantes judíos.
El historiador H. Hoetink, en su obra “El Pueblo Dominicano 1850-1900. Apunte para la Sociología Histórica, segunda educción UCMM, Santiago, Rep. Dom, julio 1972, pág. 85, dice “Un ejemplo típico de estancamiento de una ciudad en este periodo, lo constituye la muy antigua ciudad de La Vega, a pesar de su situación en el fértil Cibao. En 1871 hizo con su (demasiado) grande Catedral, sus avenías de acceso sembradas de gramas, sus calles que se cruzaban en ángulos rectos, sus casas de maderas bien construida. Le ocasionó a Hazard, una verdadera impresión .
Su población en ese entonces de 3,000 habitantes, y treinta años después, cuando contaba con 21 calles paralelas y 73 manzanas, no tenias más de 3,406 pobladores,( Listín Diario, 8 de junio de 1899; el censo de 1898.)
Este estancamiento fue atribuido a un castigo del Gobierno Presidente Heureaux (Lilí), a la ciudad, por el papel que esta juzgó en la revolución de 1886 bajo el liderazgo de un miembro de la distinguida familia de Moya. (Obra, Hostos en Santo Domingo, cit. I. 291) pero contra ideas de la ciudad vencida, puede deducirse el hecho que fue en la administración de Ulises Heureaux fue La Vega, escogida como punto de partida del Ferrocarril Sánchez-La Vega
Una explicación más probable del estancamiento de La Vega, el hecho de que en el Cibao, la función de Santiago como centro regional no necesitaba ser duplicada; mientras que en la región circundante a La Vega, el papel del centro de menor escala le correspondió a Moca, la cual situada entre La Vega y Santiago, podía abátasele más fácilmente de Santiago. Así la mano del progreso distribuía automáticamente sus dádivas de manera aparentemente caprichosa

Fuentes:
El historiador H. Hoetink, en su obra “El Pueblo Dominicano 1850-1900. Apunte para la Sociología Histórica, segunda educción UCMM, Santiago, Rep. Dom, julio 1972, pág. 85
Alfredo R. Hernández, “Visión General del Carnaval Vegano”, Documento para Discusión s/f. pág. 5
Listín Diario, 8 de junio de 1899.

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