sábado, 6 de enero de 2018

Ur, donde inició el comercio global

Autor: Andrew Lawler Fecha: 2016-06-09
UR, IRAK – El desierto árido y pardo del sur de Irak es un lugar muy peculiar para encontrar madera tropical oscura. Y lo más extraño es que ese fragmento de ébano –no más largo que un meñique- llegó de la lejana India hace 4,000 años.
Hallado hace poco en lo profundo de una zanja, entre las ruinas de lo que fue la primera gran ciudad cosmopolita del mundo, el pequeño artefacto ha dado a los arqueólogos un raro atisbo de una época que marcó el inicio de la economía global.
Hacia 2000 a.C., la ciudad mesopotámica de Ur se encontraba en el corazón de un pujante imperio que atraía mercaderes de puntos tan distantes como el mar Mediterráneo, situado 1,200 kilómetros al oeste, y la civilización del Indo –que los antiguos iraquíes llamaban Meluhha-, unos 2,400 kilómetros al oriente.
El zigurat de Ur dominaba la ciudad antigua hace 4000 años. Sir Leonard Woolley excavó el sitio en las décadas de 1920 y 1930.
Foto: Georg Gerster, Panos
“Hay textos que citan la ‘madera negra de Meluhha’ –informa Elizabeth Stone, de la Universidad Estatal de Nueva York, en Stony Brook, quien codirige las excavaciones de Ur-. Pero esta es nuestra primera prueba”.
En las décadas de 1920 y 1930, el arqueólogo británico Leonard Woolley excavó cerca de 35,000 artefactos en Ur, incluidos restos espectaculares de un cementerio real donde había más de 2,000 enterramientos y una variedad pasmosa de cascos, coronas y joyas de oro que databan de 2600 a.C. En su momento, el hallazgo rivalizó con el descubrimiento de la tumba de Tutankamón, en Egipto.
En el último medio siglo, Ur y la mayor parte del sur de Irak quedaron fuera del alcance de la mayoría de los arqueólogos debido a la guerra, la invasión, y la agitación civil. Pero el otoño pasado, un equipo iraquí-estadounidense reanudó las excavaciones en el sitio durante de diez semanas.
A diferencia de las generaciones precedentes, los arqueólogos modernos tienen menos interés en los objetos de oro impresionantes, y buscan pistas como el fragmento de ébano para tratar de entender ese periodo crítico en la historia humana.
Sir Leonard Woolley halló esta lira en una de las tumbas reales de Ur. Datada en 2600 a.C.
Foto: Museo de Arqueología y Arquitectura de la Universidad de Pensilvania.
(Este instrumento musical está decorado con un toro con barba de lapislázuli –una piedra semipreciosa procedente de Afganistán-, posiblemente representando al dios del sol).
Aunque hoy yace en una llanura árida, Ur alguna vez fue un puerto muy activo en el río Éufrates, surcado de canales y repleto de barcos mercantes, almacenes, y fábricas de hilado; con una pirámide colosal, o zigurat, que se alzaba sobre la ciudad y aún domina el paisaje.
Ur surgió como un asentamiento hace unos 6,000 años y adquirió prominencia en la Edad de Bronce temprana, que inició unos mil años después. Algunos ejemplos de la escritura más antigua –llamada cuneiforme- fueron encontrados en Ur, e incluyen sellos que mencionan la ciudad.
No obstante, su apogeo llegó hacia 2000 a.C., cuando Ur dominó el sur de Mesopotamia tras la caída del Imperio Acadio. La extensa ciudad albergaba más de 60,000 habitantes, y contenía barrios para extranjeros, así como grandes fábricas que producían prendas de lana y alfombras que se exportaban al exterior. Comerciantes de India y el Golfo Pérsico atiborraban los bulliciosos puertos, y las caravanas llegaban regularmente a lo que hoy es el norte de Irak y Turquía.
¿Una Unión Soviética de la antigüedad?
En ese periodo se creó el código legal más antiguo que se conoce, el Código de Ur-Nammu, así como uno de los estados más burocráticos del mundo. Por fortuna para los estudiosos de la actualidad, los gobernantes tenían la obsesión de registrar hasta las más mínimas transacciones en tablillas de arcilla, a menudo usando un estilo (punzón) hecho de junco. Stone opina que la punta aguzada del fragmento de ébano sugiere que fue un estilo utilizado por un escriba de alto rango.
“Esta fue la primera economía planificada –declaró Dominique Charpin, especialista en escritura cuneiforme del Colegio de Francia, al tomar un descanso de examinar las tablillas recién desenterradas-. Era como la Unión Soviética”.
La arqueóloga Katherine Burge limpia una tumba posterior excavada en una casa antigua de Ur.
Foto: Mahan Kalpa
Agrega que la mayor parte de las 28 tablillas halladas durante la excavación describen ventas y raciones de grano, lana, y bronce, y también ofrecen detalles de esclavos y registros de tierras. El tamaño de las tablillas varía, pero todas están repletas de símbolos diminutos que obligan a usar una lupa iluminada para descifrarlos.
Los arqueólogos del pasado asumieron que, en su apogeo, Ur era como la Unión Soviética en otro sentido: una elite pequeña y privilegiada controlaba una gran población de obreros, a menudo asignados a trabajos serviles como producir ropa, vasijas, y otros bienes de consumo. Mas Stone está cuestionando esa teoría.
“Siempre se ha presumido que existía desigualdad –dijo-. Pero investigaciones más recientes apuntan a que había movilidad social en ciudades-estado como Ur. Las personas podían ascender en la escala económica; es por eso que vivían en la ciudad, para empezar”.
Casi todas las excavaciones previas, incluida la de Woolley, se concentraron en los templos, las tumbas, y los palacios. Pero durante la excavación reciente, el equipo desenterró un edificio de tamaño modesto que data de un par de siglos posteriores al apogeo de Ur.
“Es una típica casa iraquí –informa Abdul-Amir Hamdani, principal arqueólogo iraquí del proyecto, quien creció en el área. Indica las paredes de adobe y explica-. Hay escaleras que conducen al techo, y habitaciones alrededor de un patio. Yo viví en una casa igual a esta. Hay continuidad en el estilo de vida de la región”.
En opinión de Stone y Hamdani, eso sugiere que no se trataba de una sociedad sometida al control de una minoría tiránica.
Además del ébano y las tablillas de arcilla, el equipo desenterró una pequeña máscara de arcilla de Humbaba, el gigante que protege los cedros de la lejana Líbano. Los excavadores hallaron también dátiles secos en la tumba de un niño, los primeros restos vegetales encontrados en el sitio. Ya están analizando otros hallazgos botánicos para entender cómo cambió la dieta de la ciudadanía a través del tiempo.
Desenterrada en diciembre, esta máscara de arcilla representa a Humbaba, deidad temible que se cree protege los bosques de cedros de la lejana Líbano.
Foto: Mahan Kalpa
Al practicar ese tipo de análisis a objetos comunes como granos, huesos, y artefactos menos llamativos, el equipo espera esclarecer cómo vivían los obreros, determinar la función de las mujeres en las fábricas de lana, y cómo impactaron los cambios ambientales en la eventual decadencia del poderío de Ur.
Textos antiguos sugieren que Ur colapsó tras una serie de invasiones extranjeras, disensiones internas y, posiblemente, una grave sequía. Con todo, a Stone le sorprende la falta de pruebas de una destrucción catastrófica posterior a 2000 a.C. “Al parecer, el pueblo seguía reconstruyendo sus viviendas”, dijo.
El equipo espera regresar el próximo otoño para ahondar la excavación, en busca de pruebas de cómo vivió el pueblo llano durante el apogeo de la riqueza y el poder de Ur.
http://www.ngenespanol.com/el-mundo/culturas/16/03/14/descubrimientos-comercio-arqueologia-irak-ur-ciudades-pasado-historia/
 

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