jueves, 22 de febrero de 2018

Breve historia de la vida cotidiana en el Imperio Romano. Costumbres, cultura y tradiciones”. Editorial Nowtilus. Madrid, 2018.AVIAL CHICHARRO, L.:

A lo largo de estas páginas de estemagnífico ensayo, Lucía Avial nos va mostrar la vida cotidiana de los romanos, desde el momento de su nacimiento hasta su muerte y ritos fúnebres pasando por su infancia, juventud y edad adulta. Va a atender tanto a su participación en la vida pública como a sus formas de vida en la esfera social y la privada dentro del hogar. En su pormenorizado relato, la autora va a diferenciar en todo momento la vida cotidiana de las clases pudientes de la de la plebe y los esclavos. 


Para la descripción de la vida y costumbres de los romanos, Lucía Avial se sitúa en un hipotético año del Alto Imperio, aunque, siendo consciente de que esas formas de vida sufrieron modificaciones durante la Historia de Roma, hace constantes alusiones a sus orígenes y a sus transformaciones. Por ejemplo, los cambios en las leyes van a determinar otros en las Instituciones y la organización del Estado, las formas de participación política, las ceremonias religiosas, el matrimonio, el papel de la mujer en la sociedad, el status de los esclavos, los ritos funerarios, etc. El devenir político va a ser otra de las causas de estos cambios en la vida cotidiana.


Lucía Avial ha sabido realizar un completo retrato de la vida cotidiana de hombres y mujeres romanos utilizando para ello fuentes de distinta naturaleza (escritas, iconográficas, arqueológicas…). El resultado una obra rigurosa y amena que no va a dejar de sorprender al lector.


La forma de estructurar la obra es ciertamente original, su eje son los distintos meses del calendario romano. Confiesa la autora, en la introducción, que “cada mes del año nos va a servir de excusa para adentrarnos en los distintos apartados de la vida cotidiana romana…”. Tal vez por ello, antes de comenzar su relato, va a dedicar unas líneas a cómo fue evolucionando el calendario desde la fundación de Roma hasta el establecimiento del calendario juliano por Julio César.


En las líneas siguientes voy a hacer un pequeño esbozo de lo que lector puede encontrar en estaa obra comenzando por Ianuarius, mes dedicado al dios Jano. Era el momento en que se producía el relevo en muchos cargos públicos, lo que da pie a la autora para comenzar su obra por la organización política del Estado Romano y la forma de participación de las gentes en la vida pública. La lectura de este capítulo nos va a permitir conocer el papel y funcionamiento del Senado (también de las Curias locales) y de las principales magistraturas (cónsules, censores, pretores, cuestores, ediles, tribunos de la plebes…) señalando los requisitos para ocupar el cargo, formas de elección o designación, privilegios, vestimenta, etc. También unas curiosas líneas sobre la propaganda electoral que, destinada a captar el voto de las asambleas del pueblo, ocupaba un relevante espacio en calles, paredes y hasta en tumbas. 


En el capítulo dedicado a Februarius (dedicado a Frebus o Februo, dios de la purificación y guía de los difuntos, y a Februa, madre de Marte) se explica la economía doméstica de las distintas clases de la sociedad romana, cómo vivían y de dónde procedían los ingresos. Describe los impuestos, sus evoluciones y formas de recaudación por los publicani. Se dedican unas líneas a algunos de los negocios más populares en Roma: panaderías, tiendas de alimentación, fullonicae (tintorerías que también lavaban y arreglaban ropa), barberías, cauponae (pequeños restaurantes con posada en el piso superior), popinae (locales dedicados exclusivamente a la alimentación)… La mayor parte de las personas que ejercían estos oficios se agrupaban en colegia, una especie de gremios. En las ciudades había un mercado de ganado y otro de frutas y verduras. También llegaban muchos productos de los diferentes dominios romanos e incluso de China e India (seda y especias)


Martius estaba dedicado a Marte divinidad guerrera, de carácter masculino. Había sido el primer del calendario cuando el año estuvo dividido en 10 meses. El capítulo está dedicado a la vida cotidiana de los hombres romanos. Explica la jerárquica pirámide social: emperador y su familia, senadores y patricios, équites, ciudadanos romanos libres, ciudadanos latinos, ciudadanos con status de peregrino, esclavos. Estructura que fue cambiando, especialmente cuando, en el 212, Caracalla concedió la ciudadanía romana a todos los hombres libres del Imperio. Este capítulo, además, se va a ocupar del papel del pater familias y del aseo y vestido de los varones. Cierran Martius unas líneas dedicadas a las prácticas supersticiosas y religiosas de un pueblo bastante religioso: sacerdotes, augures y adivinos; importancia dada a los prodigios (eclipses, malformaciones de animales, epidemias…); culto familiar (Manes, Lares y Penates), popular y público; y devoción a las religiones orientales (Isis, Serapis).


El capítulo dedicado a Aprilis, mes dedicado a la diosa Venus, se centra en la vida de la mujer romana adulta (desde los 12 años). Aunque las mujeres gozaban de gran libertad su papel era secundario en la sociedad patriarcal romana. Lucía Avial va a explicar con detalle la ceremonia del matrimonio (acto privado que representa el momento culminante en la vida de cualquier mujer), el divorcio y el papel de la matrona romana (adquiría esta consideración cuando daba a luz su primer hijo) muy centrado en la domus y en la educación de sus hijos. Una mención especial para las vestales, las sacerdotisas consagradas a Vesta, debían mantener encendido el fuego sagrado del que dependía la continuidad del estado: cómo eran elegidas siendo aún niñas, sus años de aprendizaje y sacerdocio, sus privilegios y consideración social, los fuertes castigos que les esperaban si dejaban apagar el fuego o perdían su virginidad.


El capítulo de Maius está dedicado a la vida cotidiana de los niños romanos. Explica el nacimiento (muchas muertes en el paro, tanto de hijos como de madres), el acto de reconocimiento por el padre, los juguetes, la educación y la ceremonia del paso a la edad adulta (cuando su padre decidía vestir a los niños con la toga viril, lo que sucedía en torno a los 15 años).

Junius, un mes sobre el que hay discrepancias respecto a quién está dedicado, es el momento para ocuparse de la vida cotidiana de esclavos y libertos. Los esclavos (que tenían la categoría jurídica de cosas) eran un grupo muy heterogéneo cuyas condiciones de vida dependían mucho de la voluntad de sus amos y del medio donde vivían (domésticos, rurales). Estas condiciones no fueron iguales a lo largo de la historia. Describe el mercado de esclavos que existía en muchas ciudades, un mercado regulado. Respecto a los libertos se explica la manumisio.


En el capítulo dedicado a Quintilis/Iulius (el quinto mes del año que acabó dedicado a Julio César que había nacido en este mes)  se aborda el tema de la ciudad romana: estructura urbana, cómo eran sus calles, la domus (materiales de construcción, habitaciones, decoración de suelos y paredes, mobiliario y menaje…), las insulae (edificios de varios pisos que solían sufrir muchos incendios y derrumbes) y los edificios públicos (templos, santuarios, teatros, circos, anfiteatros, termas, basílicas, construcciones para abastecer de agua, letrinas…).


El octavo capítulo (Sextilis, posteriormente renombrado por el Senado como Augustus para honrar a Augusto) se ocupa del ejército, sus funciones y  evolución: las legiones (composición y organización, estandartes…), los legionarios (requisitos y pruebas para entrar en las legiones, armas y armadura, religiosidad…), cuerpos auxiliares (infantería, caballería, marina), guardia pretoriana, formas de abastecimiento de las tropas, castigos ante acciones de indisciplina… Dedica unas líneas al mayor honor que podía recibir un vencedor: el desfile triunfal.


El capítulo de September lo dedica al estudio del mundo rural romano. La agricultura se consideraba la principal fuente de riqueza, por ello el oficio de agricultor era muy respetado y valorado. La autora trata de la acumulación de tierra en latifundios, los intentos de reforma agraria (los Graco), las villae, el desarrollo de cultivos como la vid y el olivo…


Las culturas orientales del Imperio se tratan en el capítulo del mes deOctober. Se destaca la gran diferencia de la vida cotidiana en las provincias orientales del Imperio de gran diversidad cultural, religiosa y lingüística, aunque la vida de Roma fue impregnando muchos aspectos de su vida cotidiana. Se detallas los casos de Egipto y Judea.


El ocio en el mundo romano es el tema de November. Hace un repaso a los juegos de azar a los que eran muy aficionados los romanos (especialmente a los dados), la lectura una afición de grupos elitistas (libros caros, aunque existen bibliotecas públicas), la utilización de las termas (lugar de higiene, esparcimiento y relaciones sociales), representaciones teatrales (todos los actores eran hombres, incluso para representar papeles femeninos), juegos circenses y gladiatorios organizados de forma gratuita para la plebe (“pan y circo” de Juvenal), espectáculos en el anfiteatro (combate de gladiadores, lucha de fieras o de hombres contra fieras, naumaquias…), carreras de carros o caballos en el circo que apasionaban al pueblo (algunos aurigas y caballos alcanzaron gran popularidad), pruebas pugilísticas… Aparte de lo señalado, en este capítulo se van a tratar de la prostitución, un próspero negocio que se consideraba necesario para mantener el orden establecido: mujeres que ejercían la prostitución (vestimenta regulada por ley para marcar diferencias con el resto de las mujeres) , los prostíbulos (con clara identificación exterior).. Cierran el capítulo unas líneas sobre los banquetes en los que las clases pudientes hacían auténticos derroches.


December, mes de las Saturnales, último mes del año es el momento adecuado para abordar los ritos funerarios. Se va a tratar de la concepción de la muerte, el funeral romano todo un conjunto de ritos que terminan con la inhumación o la incineración (de no seguir estos ritos, los Manes no acogerían el alma que se veía condenada a vagar por la tierra), los lugares de enterramiento, los monumentos funerarios, los epitafios, enterramientos colectivos, el luto cuya duración se fue acortando hasta que el Senado lo fijó en 30 días como máximo, la necesaria purificación de la familia del difunto….


La obra en la Web de la editorial (hoja promocional, índice, comenzar a leer):

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