lunes, 19 de marzo de 2018

Caminando por los teatros romanos de la Antigua Hispania (I)


Desde que Publio Cornelio Escipión en el año 218 aC. puso sus pies en la Península Ibérica, y hasta la llegada de los pueblos godos seis siglos después. La cultura romana se estableció paulatinamente en toda ella, de manera que todas y cada una de sus costumbres fueron calando en la sociedad ibérica. El caso que nos atañe nos podía ser menos, ya que se han contabilizado más de una veintena de teatros romanos, repartidos por toda la antigua Hispania. A partir de este punto y durante los tres próximos capítulos de este serie que comenzamos hoy, intentaremos conocerlos un poco mejor, no sin antes referirnos a algunas cuestiones previas interesantes para su comprensión.

¿Qué significaba el teatro para los romanos?

El teatro romano como representación escénica, tiene influencias de la tragedia y la comedia griegas, pero también el toque diferencial, que ofrecían las tradiciones itálicas. Las primeras representaciones curiosamente se realizan desde el año 250aC. casi dos siglos antes que aparezca el primer edificio destinado a tal menester. Por lo tanto se hacían en plena via pública con improvisados escenarios de madera.
Existían principalmente dos tipos de funciones. Una más bien de culto, ya fuera en forma de comedia o de tragedia, que trataban de temas cotidianos y de la vida real en clave de enredo. Sus principales autores fueron Plauto y Terencio en tiempos de la república, y Séneca, el autor nacido en  la Córdoba romana, en tipos de Augusto. El otro tipo de función se podría encuadrar en un ambiente más distendido, ya que se hacían representaciones de mimos con escenas cargadas de obscenidad e incluso con cierta propensión a la violencia. Sin olvidar la Atelana, un tipo de comedia donde cuatro personajes escondidos detrás de mascaras, llevaban a cabo un guión a base de golpes y caídas varias.
Mosaico de una de las representaciones teatrales.
Pese a lo que podamos pensar, los actores eran esclavos o bien libertos, muchos de ellos de procedencia oriental. Los cueles trabajaban por mínimos salarios y viviendo en los umbrales de la pobreza. Aunque existieran contadas excepciones eran vistos como personajes vulgares, con una profesión menospreciada por el resto de las clases sociales.
En cambio los espectadores solían ser de las clases más pudientes, ya que la sociedad romana vivía en exceso de las apariencias. La diversión era una forma de demostrar el status social, esto será aprovechado por los dirigentes políticos, para atraerse el control de estas clases sociales más altas. En definitiva los juegos públicos realizados en honor a los dioses, donde se encuadraban las representaciones teatrales, era una forma de tener contentos a Patricios y Plebeyos más adinerados.

Los teatros romanos.

El primer teatro, mandado a construir por Pompeyo en el Campo Marcio, fue en Roma en el año 55 aC. Su curiosidad principal residida en la construcción de un templo en la misma Cávea del edificio, algo no muy habitual. Por cierto no será muy anterior, como veremos pronto, al primero de la Hispania Romana. Pero antes de conocerlo, debemos echar un vistazo a las normas escritas en el tomo 5 del Tratado de Arquitectura escrito por Vitrubio. En el mismo se detallan todas las partes que deben tener los teatros romanos. Para no perdernos en un maraña de nombres, que irían desde la fea palabra del “vomitorium” que era la zona de acceso a las gradas. Hasta la “valva regia”, concretamente la entrada al escenario, creo que lo mejor es centrarnos en sus cuatro partes principales.
Maqueta del teatro de Pompeyo en Roma, se observa el templo como una parte más de la Cávea
Cávea, la parte más reconocida en todos los teatros romanos actuales, en otras palabras un graderío en forma semicircular. Según Vitrubio se debían separar tres zonas, en la parte inferior (ima Cávea), se acomodaría la aristocracia romana.  En el centro (media Cávea) los plebeyos con estatuto de libertad. Por último en la zona superior (summa Cávea), era el lugar  de las mujeres de estos últimos y  junto a ellas, los esclavos. Tras lo cual normalmente, se remataba la parte más alta del graderío con un pórtico.
Orchestra, como la Cávea en forma semicircular, a pesar de lo que pueda llegar a parecer no era usada como escenario, sino que solía servir para el acomodo de los magistrados de más alto rango.
Palpitum,  este sí que era el escenario de la actuación, estaba situado a poco más de un metro sobre el nivel de la Orchestra, y su forma era rectangular y alargada.
Scaene, fondo de escenario dotado de gran monumentalidad, entre dos y tres pisos con columnas de diferentes órdenes arquitectónicos. Normalmente contaban con tres puertas por las que solían salir los actores a escena.
Recreación de un teatro, se observan todas las partes principales, importante la visión que ofrecen del telón, tras el mismo los actores.
Estas eran la partes más importantes de los teatros romanos, evidentemente existían otras dependencias en  las edificaciones, como vestuarios o estancias reservadas para actores o clases más pudientes.
El siguiente enlace es muy complementario a todo lo relacionado con los teatros romanos: arraonaromana.

¿Qué nos vamos a encontrar en estos próximos artículos?

Tras esta breve introducción a la cultura romana asociada a los teatros, podemos pasar a conocer por orden cronológico los teatros de la Hispania Romana. Destacar, como ya hemos dicho,  que se conocen alrededor de una veintena, aunque en cualquier lista de este tipo se hace necesario recordar que los descubrimientos están a la orden del día, y a pesar de conocer la existencia de otros, no han sido sacados a la luz.
Como veréis los dividiremos en tres grandes conjuntos a través de tres diferentes artículos. En el primero de ellos, el que nos ocupa, hablaremos de los teatros realizados en los últimos suspiros de la Républica, aunque alguno de ellos ya fueron construidos tras su disolución por Augusto. En el segundo de ellos trataremos el periodo del primer emperador de Roma, que inició de la denominada Pax Romana, de gran importancia a la hora de  embarcarse en proyectos de construcción de los teatros romanos. Por último el tercer artículo se centrará en los siguientes años, donde antes de acabar el siglo I dC. se completará la lista definitiva de teatros romanos de la Hispania.
La intención es que podamos conocerlos desde tres aspectos diferentes, el primero de ellos su historia, tanto de la propia construcción, como del redescubrimiento. También conoceros su fisonomía, para acercarnos  la importancia que tuvo en su comunidad. Por último destacar la necesidad de la puesta en valor de estos edificios para su utilización en el siglo XX, en diferentes aspectos, y para dotarlos de la necesaria autosuficiencia. Ahora sí, sin más dilación pasamos a conocerlos.

Teatro romano de Cádiz.

Una de las ciudades más antiguas de España, fundada por los fenicios bien el siglo XII aC. o bien el VIII aC, no es el momento de discutirlo. Lo cierto es que se convertirá en romana con la llegada de Publio Cornelio el Escipión en el año 206 aC. Y a partir de ese momento se convertirá en una de las principales ciudades de la Hispania Ulterior. Su privilegiada situación como intermediaria del comercio de metales, su gran industria pesquera, y su excelente Garum, le reportarán una holgada posición económica.
Una de las épocas de mayor esplendor será con Lucio Cornelio Balbo el Menor, que en el año 44 aC. se convirtió en Cuestor de la Hispania Ulterior, cargo que pudo ser aprovechado para iniciar  las obras de construcción del teatro romano.  Ya que a ciencia cierta no se conoce cuando empezó a construirse, es evidente que sería casi coetáneo al de Pompeyo en Roma, o bien unos años posteriores, pero casi toda seguridad fue el primero de Hispania.
Tras su descubrimiento en 1980, pudimos conocer que además fue de los más grandes.  Con una Cávea de 120 metros de diámetro pudo llegar albergar a más de 10.000 personas. Desde ese año se han realizado diversas campañas de excavaciones para y descubriéndolo paulatinamente.  Hoy en día son visibles las partes inferiores de la Cávea, la zona de la Orchestra y algunas galerías de acceso al graderío.
Entrada al museo.
Los encargados de su mantenimiento son la Junta de Andalucía. Destacar que el teatro es visitable, así como su gran centro de interpretación donde podemos hacernos una idea de la función, y de las verdaderas dimensiones de este teatro romano. Por último destacar que la visita se pude completar, de forma gratuita, con el acceso por un lado a una fábrica de salazones y por otro a una necrópolis de la cual se ha conseguido extraer diversos ajuares.
Para más información podéis acudir a la web oficial: juntadeandalucia

Teatro romano de Mérida.

En el año 25 aC. el primer emperador que tuvo Roma, Octavio Augusto, mandó construir una nueva colonia, su nombre Emerita Augusta. Su cometido asentar a los veteranos de las legiones V Alaudae y X Gémina, tras su participación en las guerras cántabras. El lugar elegido fue el rio Guadiana, zona que ofrecía grandes posibilidades de agua y materiales de construcción, además de estar situada en un nudo de comunicaciones. Todo ello le servirá para que después de solo 10 años, se convirtiera en la capital de la nueva provincia romana de Lusitania.
Poco antes de ello, por lo tanto en torno al 16 aC. se inicia la construcción del teatro. Este fue un encargo personal del emperador a Marco Vipsanio Agripa, el promotor del Panteón de Roma. El diseño de Agripa siguió fielmente las normas de Vitrubio, una Cávea de 95 metros de diámetro que ofrecía una capacidad de 5800 localidades. Una orchestra de 30 metros, en la que se observa perfectamente, las tres gradas reservadas para la alta aristocracia de Emerita Augusta. Además decir que el teatro fue remodelado varias veces, una de ellas en torno al año 105 dC. por lo tanto durante el mandato de Trajano, con el espectacular fondo de escena. Posteriormente en el 333 dC, con Constantino, se reformó añadiendo nuevos y lujosos mármoles.
Tras la llegada del cristianismo se sumió en el olvido de la ciudad. Con el paso de los siglos y en torno a finales del siglo XVIII es redescubierto, pero tendrá que esperar a 1910 para que se inicie su restauración y puesta en servicio. Solo 23 años después, en el 1933 ya recibió la visita de los primeros actores, tras más de 15 siglos de ostracismo. Además tras la guerra civil ha tenido sucesivas restauraciones, que nos permiten contemplar el más espectacular y completo de los teatros de la Hispania Romana.
Sensacional forma de poner en valor el Teatro romano de Mérida
A parte de la Cávea, la Orchestra y el Palpitum, podemos observar el impresionante fondo de escena, en doble piso, con columnas corintias de cerca de 30 metros y rematadas con arquitrabe, friso y cornisa. El recinto se completa con jardines, lugares de culto, la casa del teatro dotada de peristilo y mosaicos, e incluso una zona de letrinas públicas.
Hoy en día el teatro es uno de los más visitados de España, se hacen visitas de viarios tipos y para todos los gustos. Pero además posee la mejor puesta en valor que podía tener un teatro romano. En 2017 se ha llevado a cabo, la 63 edición de uno de los mejores festivales de teatro clásico que se pueden ver en el mundo. Me estoy refiriendo, evidentemente, al Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida que inunda de este arte las noches de verano de la ciudad extremeña.
Os invito a conocer más en las dos siguientes webs: consorciomerida  festivaldemerida

Teatro romano de Acinipo.

Para conocer el teatro romano de Acinipo debemos acercarnos al yacimiento arqueológico del mismo nombre,  situado a unos 20 kilómetros de la localidad de Ronda en Málaga. Un lugar que estuvo habitado desde el año 3.000 aC. Pero que deberá esperar al 206 aC. con la llegada de los romanos para convertirse en ciudad. Una ciudad que según las fuentes de Plinio y Ptolomeo pudo llegar a albergar cerca de 5.000 personas y su ocupación principal fue la agricultura.
Posteriormente entrará en decadencia y será completamente abandonada en el siglo VII. Por otro lado, el yacimiento es conocido desde 1650, pero no será hasta 1967 y tras múltiples expolios cuando se comiencen las excavaciones para sacar a la luz principalmente su teatro.
Sensacional emplazamiento del Teatro de Acinipo.
Del teatro de Acinipo se conservan varias partes, la Cávea de 62 metros de diámetro y con una capacidad de 2.000 personas, su mayor curiosidad reside en que fue excavada directamente sobre la piedra. También se conserva la orchestra, de la cual queda algún resto del mármol rosado, que la debió cubrir. Aunque lo que más salta a la vista es su fondo de escena, de doble piso y realizado con sillares. Sobre su datación existen diferentes versiones, la mayor parte apuesta que es prácticamente coetáneo con el de Mérida, aunque también existen los que defienden que fue anterior, pudiendo ser junto al de Gades, el primero de la península.
Por último os invito a conocer la página de Facebbok del propio yacimiento, el lugar más fiable para consultar horarios y actividades del mismo, el cual por cierto se visita de forma gratuita. acinipoenclavearqueologico

Teatro romano de Cartagena.

En el 209 aC. Publio Cornelio Escipión toma la capital del Imperio Cartaginés de la Península Iberia. La ciudad que había fundado solo 18 años antes Asdrúbal el Bello, pasará de ser la Qart Hadasht cartaginesa, a la Cartago Nova romana. Tras lo cual, el crecimiento de esta ciudad debió ser espectacular, gracias a sus recursos metalíferos que ya habían atraído a los cartagineses y anteriormente a los fenicios. Además se convirtió en uno de los principales puertos del mediterráneo.
La ciudad recibirá en el año 44 aC. el título de Colonia, solo reservado para las ciudades  más importantes del mundo romano. Tras las obras del anfiteatro, en el año 5 aC le llegaría el turno al foro y al gran teatro de Cartago Nova.  Nuestro protagonista contará con una Cávea de 88 metros de los cuales los centrales fueron escavados directamente sobre la piedra. En ella se podían acomodar unas 7000 personas, por lo tanto estamos ante uno de los más grandes de la Hispania romana. Destacar que según algunos restos hallados, el fondo de escena tenía una altura de 14,60 metros adornado con columnas de diferentes órdenes, y acabado en colores rojo, blanco y gris, que debió ser una seña de identidad del mismo, aunque desgraciadamente los expolios de hace siglos, no nos han permitido conocerlo.
El teatro que fue dedicado a los nietos de Augusto, Lucio César y Caio César, entrará en recesión en el siglo III dC. Con la posterior llegada de los bizantinos se llevó cabo la construcción sobre el mismo de un mercado, y en el siglo XIII se superpuso en uno de los laterales la Catedral de Santa María la Vieja. Estas construcciones llevarán al olvido el Teatro romano de Cartago Nova.
Una de las salas del magnifico museo del Teatro de Cartagena
A partir de este punto hay que empezar a felicitar a las autoridades de Cartagena, desde la localización fortuita del teatro en 1988, las actuaciones que se han ido efectuando en el mismo, son todas un completo acierto. De esta manera hoy podemos disfrutar de su recuperación total, en el mismo se efectúan múltiples actividades para todas las edades, como representaciones, congresos, exposiciones temporales, etc. Además todo ello integrado en el edificio museístico proyectado por Rafael Moneo, que integra perfectamente el edifico construido hace 2.000 años. De todas estas actividades, así como de la visita al mismo, os podéis informar en la siguiente web: teatroromanocartagena
Sin más os emplazamos al siguiente capitulo, en el que conoceremos los teatros romanos de principios de la Pax Romana. 

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