¿De dónde salió el famoso Menneken Pis?
Posted On by Jesús García Barcala
http://www.cienciahistorica.com/2018/03/11/menneken-pis-9902/.
Muy cerca del Grote Markt, la Plaza Mayor de Bruselas, en la esquina de las calles du Chêne/Eik y de l’Étuve/Stoof (francés/flamenco), podemos visitar el Menneken Pis. Es sin duda uno de los símbolos de la
Las aventuras del Menneken Pis
Durante el resto del siglo XVII, aparentemente, el Menneken Pis no destaca entre el resto de fuentes de agua potable. Si acaso, por su localización en la Plaza Mayor. Todo cambia en 1695.
Aquel año, durante la Guerra de los Nueve Años, o del Palatinado, las tropas de Luis XIV bombardearon Bruselas. El resultado de la acción fue la completa destrucción del Grote Markt.
Las bombas también destruyeron la fuente del Menneken Pîs, pero la estatuilla sobrevivió.
Poco después, apareció un folletín que relataba los eventos del bombardeo. También contaba que el Menneken Pis se había convertido en un “objeto de gloria apreciado por todos”. A partir de ahí, el niño meón fue adoptado como símbolo de Bruselas.
Aprovechando su reconstrucción, Menneken Pis fue colocado en su esquina actual, sobre su columna, pero ya sin la pileta. Más que una fuente para beber agua, Menneken Pis pasó a ser un monumento.
Aprovechando la ocasión, se grabó sobre el Menneken Pis un texto del Salmo 26 de la Biblia:
“In petra exaltavit me, et nunc exaltavi caput meum super inimicos meos”.(“El Señor me colocó sobre una base de piedra, y ahora mi cabeza se levanta sobre mis enemigos”).
En 1770 el Ayuntamiento de Bruselas llevó a cabo una amplia remodelación del centro. Muchas de las fuentes fueron desmanteladas, y otras remodeladas. Menneken Pis no fue la excepción. La columna fue sustituida por el nicho actual, que hace que el muñeco se vea más pequeño.
El codiciado Menneken Pis
Como cualquier obra famosa, el Menneken Pis ha sido el objeto del deseo de vándalos y ladrones. La primera, en 1747, por un grupo de soldados franceses. A pesar de que no lograron arrancarla de su pedestal, la gente se cabreó tanto que amenazó con una revuelta.
El Rey Luis XV, para evitar que la sangre llegara al río. Castigó a los soldados, y dio al Menneken Pis el derecho a portar la Cruz de San Luis, una espada, y le regaló un traje de lujoso brocado.
En 1817, un segundo intento tuvo éxito. Un tal Antoine Licas robó y rompió la estatuilla en 11 piezas. Menneken Pis fue recuperado y restaurado. Licas fue condenado a cadena perpetua en trabajos forzados.
Ya en nuestra era, en 1955 y 1957 el niño meón fue el objeto de dos intentos fallidos, aparentemente por vándalos. Entonces, en 1963, un grupo de estudiantes de la Universidad de Antwerpen (Amberes), secuestró al Menneken Pis durante cinco días.
Finalmente, en 1965 desapareció una vez más. El caco cortó la estatuilla con soplete, dejando los pies en el pedestal. Varios meses después, una llamada anónima informó que el muñeco estaba sumergido en el Canal de Charleroi.
Restaurada nuevamente, la estatua del Menneken Pis no volvió a su sitio. Fue enviada al Museo de Bruselas, donde reside actualmente. La que podemos ver en su nicho, en su esquina, es una copia del original.
Menneken Pis para todos los gustos
Reviviendo la tradición iniciada por Luis XV, el niño meón cuenta con un impresionante vestuario de disfraces, trajes típicos y de oficios. Más de mil en la actualidad, son donados por países visitantes, escuelas, sindicatos y asociaciones civiles. capital belga, y el más querido por los locales.
Menneken Pis (algunos lo conocen erróneamente como Manneken Pis, más abajo te explico la diferencia), es una pequeña estatua de un niño haciendo pis. Nada espectacular, pues apenas pasa de los 65 cm, y tampoco es que sea una obra de arte fuera de lo común.
No obstante, el Menneken Pis tiene el cariño asegurado de los bruselenses, que lo protegen y lo miman como si fuera de carne y hueso. Pocos turistas se atreven a visitar la ciudad sin pasar a verlo, y por supuesto, sin hacerle/se una foto.
A pesar de la decepción que provoca verlo por primera vez, pocos lo esperan tan pequeño, Menneken Pis engancha. Cinco o seis veces he estado en Bruselas, y cinco o seis veces he visto al Menneken Pis, que por cierto, tiene su historia.
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Historia de una fuente
En su origen, como ahora, el Menneken Pis era una fuente. No sabemos exactamente quién o cuándo se esculpió el Menneken Pis, pero sí que al principio era una estatua de piedra. Hay una leyenda que dice que fue fabricada en 1388, pero no hay pruebas que respalden este dato.
La primera mención histórica, según el Ayuntamiento de Bruselas, aparece a mediados del siglo XV. Según un documento de 1451, ya era parte del sistema de agua potable de la ciudad.
El Menneken Pis era una fuente de agua para beber, una de muchas, en la que la estatua del niño “orinaba” desde lo alto de una columna, dejando caer su preciado líquido en una pileta.
Hay una pintura de Denis Van Alsloot, representando el Circumambulatio de 1615, en la que se puede ver un Menneken Pis escondido entre la multitud. Se cree que la fuente de la pintura representa su estado y sitio original, en el Grote Markt.
Poco después, en 1619, el ayuntamiento encargó una nueva versión del Menneken Pis al escultor Hieronimus Duquesnoy the Elder. Esta vez de bronce, la estatuilla volvió a ser colocada sobre su columna, con una nueva pileta.
Las aventuras del Menneken Pis
Durante el resto del siglo XVII, aparentemente, el Menneken Pis no destaca entre el resto de fuentes de agua potable. Si acaso, por su localización en la Plaza Mayor. Todo cambia en 1695.
Aquel año, durante la Guerra de los Nueve Años, o del Palatinado, las tropas de Luis XIV bombardearon Bruselas. El resultado de la acción fue la completa destrucción del Grote Markt.
Las bombas también destruyeron la fuente del Menneken Pîs, pero la estatuilla sobrevivió.
Poco después, apareció un folletín que relataba los eventos del bombardeo. También contaba que el Menneken Pis se había convertido en un “objeto de gloria apreciado por todos”. A partir de ahí, el niño meón fue adoptado como símbolo de Bruselas.
Aprovechando su reconstrucción, Menneken Pis fue colocado en su esquina actual, sobre su columna, pero ya sin la pileta. Más que una fuente para beber agua, Menneken Pis pasó a ser un monumento.
Aprovechando la ocasión, se grabó sobre el Menneken Pis un texto del Salmo 26 de la Biblia:
“In petra exaltavit me, et nunc exaltavi caput meum super inimicos meos”.(“El Señor me colocó sobre una base de piedra, y ahora mi cabeza se levanta sobre mis enemigos”).
En 1770 el Ayuntamiento de Bruselas llevó a cabo una amplia remodelación del centro. Muchas de las fuentes fueron desmanteladas, y otras remodeladas. Menneken Pis no fue la excepción. La columna fue sustituida por el nicho actual, que hace que el muñeco se vea más pequeño.
El codiciado Menneken Pis
Como cualquier obra famosa, el Menneken Pis ha sido el objeto del deseo de vándalos y ladrones. La primera, en 1747, por un grupo de soldados franceses. A pesar de que no lograron arrancarla de su pedestal, la gente se cabreó tanto que amenazó con una revuelta.
El Rey Luis XV, para evitar que la sangre llegara al río. Castigó a los soldados, y dio al Menneken Pis el derecho a portar la Cruz de San Luis, una espada, y le regaló un traje de lujoso brocado.
En 1817, un segundo intento tuvo éxito. Un tal Antoine Licas robó y rompió la estatuilla en 11 piezas. Menneken Pis fue recuperado y restaurado. Licas fue condenado a cadena perpetua en trabajos forzados.
Ya en nuestra era, en 1955 y 1957 el niño meón fue el objeto de dos intentos fallidos, aparentemente por vándalos. Entonces, en 1963, un grupo de estudiantes de la Universidad de Antwerpen (Amberes), secuestró al Menneken Pis durante cinco días.
Finalmente, en 1965 desapareció una vez más. El caco cortó la estatuilla con soplete, dejando los pies en el pedestal. Varios meses después, una llamada anónima informó que el muñeco estaba sumergido en el Canal de Charleroi.
Restaurada nuevamente, la estatua del Menneken Pis no volvió a su sitio. Fue enviada al Museo de Bruselas, donde reside actualmente. La que podemos ver en su nicho, en su esquina, es una copia del original.
Menneken Pis para todos los gustos
Reviviendo la tradición iniciada por Luis XV, el niño meón cuenta con un impresionante vestuario de disfraces, trajes típicos y de oficios. Más de mil en la actualidad, son donados por países visitantes, escuelas, sindicatos y asociaciones civiles.
Una asociación sin ánimo de lucro “Los Amigos del Menneken Pis”, se encarga de evaluar y elegir entre los cientos de trajes propuestos. Estudiantes de una universidad local se encargan de vestir al muñeco varias veces por semana, de acuerdo a las fechas.
Otra curiosidad del famoso muñeco es que, en fechas escogidas, por ejemplo, el 20 de noviembre que celebra la inauguración de la Universidad Libre de Bruselas, al Menneken Pis se le enchufa un barril de cerveza, y esta es repartida entre los transeúntes.
Es tan célebre el niño que muchas ciudades tienen sus réplicas, Mónaco, Tokio, Gante y Brujas, entre otras. Por cierto, desde 1987 al Menneken Pis le ha salido su copia feminista, Jeanneke Pis, también en Bruselas, pero mucho menos conocida.
Un Menneken Pis de leyenda
Esta es la historia de un pequeño gigante, al menos hasta donde sabemos. No obstante, hay varias leyendas que intentan explicar su origen, todas sin fundamento, pero que no dejan de ser curiosas.
Una dice que un rico mercader (o una madre), perdió a su hijo en el centro de la ciudad. Toda la población se volcó en su búsqueda, y el niño fue encontrado sano y salvo. El padre (o la madre), agradecido, mandó a construir la fuente.
Otra nos cuenta como el niño Julianske salvó la ciudad durante un sito en el siglo XIV. Al ver que dos enemigos ponían explosivos en las murallas, Julianske apagó la mecha con su orina, y la estatuilla se hizo en su honor.
Por último, las tropas de Godofredo III de Lovaina, cuando este tenía dos años, lo llevaron al campo de batalla. En una cesta, lo colgaron de la rama de un árbol, para que les diera inspiración. Supuestamente, Godofredo orinó sobre el enemigo, y su ejército ganó la batalla.
Relacionado: La Destrucción de Lovaina.
Conclusión
Creas la leyenda que creas, o ninguna, el Menneken Pis está ahí. Pequeñito, aparentemente insignificante, pero más famoso que las coles de Bruselas. Para nosotros es sólo una atracción turística, pero para su pueblo es todo un símbolo.
Te garantizo que la primera vez que vayas a Bruselas pasarás a ver al Menneken Pis. Te quedarás un poco decepcionado al principio, pero si te acuerdas de esta entrada, probablemente le darás más valor a la estatuilla.
La historia hace que todo nos parezca más importante.
Nota: Te prometí explicarte algo: manneke significa “hombre pequeño”; menneke significa “niño pequeño” en el dialecto bruselense. El Menneken Pis es un niño, y no un hombrecito, por lo que para los locales es el Menneken Pis, y no el Manneken Pis.
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