lunes, 12 de marzo de 2018

Seis lugares Patrimonio de la Humanidad en Siria, que pueden desaparecer.

En el verano de 2011 estallaba en Siria una de la guerras más violentas del siglo XXI, se puede decir que fue el resultado de uno de los últimos coletazos de la denominada primavera árabe. Esta, en forma de protestas se expandió como un reguero de pólvora por todos los países árabes en manos de dictadores. Si bien es cierto, que en algunos países el resultado de las mismas ocasionó algunas mejoras en cuanto a la democratización, aspecto este todavía por concretar, en otros se convirtieron en cruentas guerras civiles.
Como el caso que nos atañe, la Siria de Bashar el Asad. El dictador siriano que respondió  a la revolución de su pueblo, mandado a las fuerzas de seguridad con una violencia inusitada, provocando gran cantidad de muertos, que llevaron a la inevitable guerra civil. El resultado de estos cerca de siete años de guerra son cientos de miles de muertos, y millones de desplazados. Pero además el peligro de perder uno de los más ricos patrimonios culturales del mundo, con el hecho que conlleva la máxima de que; Los pueblos que pierden su historia están abocados a su desaparición.
Alepo, la ciudad más castigada en una imagen anterior a 2011
En Caminando por la historia somos unos apasionados de conocer aquellos lugares que de una forma u otra han cambiado la historia.  A través del recuerdo de estos seis lugares Patrimonio de la Humanidad en peligro, queremos poner nuestro pequeño granito de arena en pedir su protección. Con el sano egoísmo de poderlos conocer algún día con un mínimo de conservación posible, algo que desgraciadamente se sigue complicando día a día.

1. Sitio de Palmira, (desde 1980)

No podíamos comenzar con otro lugar, ya que desgraciadamente, sus imágenes han inundado en estos años los espacios informativos de medio mundo, en forma de denuncia por su continua destrucción.
La ciudad de Palmira, situada geográficamente en el centro de país,  tiene más de 3000 años de historia, desde ese momento ya era uno de los oasis más frecuentados del desierto de Siria, por los caravaneros que recorrían Oriente Próximo. Así cuando llegaron los romanos en el siglo I de nuestra era, la convirtieron en una de las ciudades comerciales más importantes de la provincia romana de Siria. Gran parte del comercio entre la India, China y la capital del Imperio pasaban por este lugar.
Teatro romano de Palmira

Este fue el motivo principal de crecimiento de Palmira. Su decumanus tenía más de un kilómetro de longitud, con un recorrido adornado de columnas. Además de contar con los clásicos edificios de la cultura romana, como el foro, el teatro y diversos templos. Entre ellos destaca uno consagrado al dios Baal, este hecho nos remite a significar el alto grado de integración cultural del Imperio romano en Oriente Próximo.

2. La antigua ciudad amurallada de Alepo, (desde 1986)

La ciudad de Alepo la encontramos al norte del país, prácticamente haciendo frontera con Turquía. Antes de comenzar la guerra pasaba por ser la ciudad con más habitantes del país con más de dos millones de personas. Hoy sin lugar a dudas es la más castigada por la contienda.
Pocas ciudades del mundo pueden presumir de haber conocido tan ricas culturas. Por Alepo han desfilado los hititas, asirios, griegos, romanos o bizantinos, y desde el siglo VII las diferentes dinastías islámicas, de los Omeyas, Ayubíes o Mamelucos entre otros. Situada como Palmira en un cruce de caminos, donde concurrían las diferentes rutas entre Oriente y Occidente.
Entrad a la ciudadela medieval de Alepo.
La Ciudadela de Alepo se eleva por encima del resto, en el centro de la ciudad totalmente amurallada. En su interior mezquitas, madrazas y otros restos de las culturas anteriores conforman, o conformaban uno de los centros históricos más importantes de Oriente Próximo. Fuera de la misma se encuentra la Gran Mezquita también Patrimonio de la Humanidad, construida en el siglo XII.

3. El Crac de los Caballeros y la fortaleza de Saladino, (desde 2006)

Dominando la costa mediterránea, y separados por algo más de 150 kilómetros, encontramos estos dos castillos. Podemos considerar que ambos reflejan el rico pasado de Siria en lo referente al intercambio de culturas, además de evocar el pasado medieval y el recuerdo de las cruzadas.
El Crac de los caballeros
El Crac de los caballeros fue erigido a partir del año 1142 por la Orden Hospitalaria de San Juan, para convertirse en el refugio de los cruzados cristianos, hasta la toma del mismo en el año 1271 por los musulmanes.  Por lo que respecta a la fortaleza de  Saladino, su construcción se remonta al siglo X, cuando todavía pertenecía la zona  al Imperio Bizantino. Tras la conquista musulmana será remodelado y adaptado a la dinastía Ayubíes, para convertirse en refugio de Saladino, el gran líder de dicha dinastía en su lucha contra los cruzados cristianos.
La fortaleza de Saladino
Ambos son un fenomenal ejemplo de construcciones defensivas medievales, enclavados en zonas elevadas para el control del territorio. Pero el Crac de los Caballeros se lleva los elogios más importantes, al estar considerado el castillo medieval por excelencia, especialmente en el contexto de las órdenes militares cristianas.

4. La antigua ciudad de Bosra, (desde 1980)

Bosra en la actualidad es una pequeña ciudad de menos de 20.000 habitantes, situada al sur de Damasco muy cerca de la frontera jordana. Pese a su pequeño tamaño, en comparación con las grandes capitales, su legado histórico es de los más impresionantes del país.
Su historia comenzó al menos hace 3.400 años, cuando su nombre ya aparecía en las célebres tablillas de Tell el-Amarna, estas se trataban de la correspondencia del gigante egipcio con las diferentes culturas orientales. Siglos después se convirtió en una de las principales ciudades del reino nabateo, hasta la conquista de Trajano en el año 106 dC. Su época romana de mayor esplendor llegará con Septimio Severo que la convierte en Colonia y capital de la provincia romana de Arabia. Tras estos, bizantinos y omeyas la siguieron embelleciendo.
Una de los teatros romanos mejor conservados del mundo.
Antes del inicio de la guerra de Siria, pasaba por ser un lugar de respeto entre las culturas, manteniéndose prácticamente como hace más de 2.000 años. Se puede encontrar desde uno de los teatros romanos mejor conservados del mundo, a una catedral cristiana de la época bizantina. Además de las más antiguas construcciones del islam, como son una mezquita y una de las madrazas más importantes de esta cultura, se dice que Mahoma pasó por allí.

5. Las antiguas aldeas del Norte de Siria, (desde 2011).

El siguiente destino lo encontramos al noroeste de la ciudad de Alepo, se trata de los restos de al menos 40 pequeñas aldeas que fueron habitadas entre el siglo I-VII dC. Su enorme importancia reside en ser uno de los lugares donde mejor se puede comprender el paso de la Antigüedad tardía al Imperio Bizantino. Ya que fueron abandonadas progresivamente desde el siglo VIII con la llegada del Islam.
En realidad se trataba de aldeas dedicadas a la agricultura, por lo que los expertos consideran que es uno de los lugares más excepcionales del mundo para el estudio de las comunidades rurales de la alta Edad Media. Su ausencia prácticamente total de ocupación humana durante más de mil años, ha permitido un estado de conservación excelente a la llegada del siglo XX.
La iglesia de San Simón Estilita.
Los edificios que allí se encontraban en el año 2011, iban desde templos paganos a iglesias cristinas, pasando por todo tipo de edificios dedicados a la labor del campo, como establos, graneros, talleres artesanales o viviendas diseminadas. Además en los centros de las pequeñas aldeas existían los diferentes edificios públicos de la administración local, así como baños de tradición romana. Si nos tuviéramos que quedar con  un edificio, este sería la Iglesia de San Simón Estilita, una de las iglesias cristianas más antiguas del mundo, ya que fue construida en el siglo V. Además está considerado un claro precedente del arte bizantino, e incluso del románico europeo.

6. La ciudad vieja de Damasco, (desde 1979).

Dejamos para el final la capital de Siria. La ciudad de Damasco es un verdadero cruce de caminos entre Asia y África. Fundada hace más de 4.000 años en un lugar habitando desde el año 8.000 aC. Ambos datos la convierten en uno de los lugares habitados continuamente más antiguos del mundo.
Uno de los momentos de mayor esplendor en la Edad Antigua le llegará sobre el año 1000 aC. Cuando el pueblo nómada de los arameos la utilice para comenzar a sendentarizarse, tras ellos griegos, romanos y bizantinos la convirtieron en una de las ciudades más bellas de Oriente Próximo. Pero será con la llegada del Califato Omeya, cuando se convierta en el ejemplo arquitectónico a seguir por el resto de ciudades islámicas.
A principios del siglo XXI, la ciudad de Damasco contaba con alrededor de 125 monumentos de las diferentes culturas que la han habitado. Aunque la mayor parte sean islámicos  también los podemos encontrar romanos y bizantinos. Sin duda destaca por encima de todos la Mezquita de los Omeya, construida a principios del siglo VIII sobre restos de edificios de culto de las tres culturas anteriores, es decir arameos, romanos y bizantinos.
La mezquita de los Omeya
Tras esta exposición solo nos queda esperar y desear que la terrible guerra civil en Siria acabe lo antes posible. En primer lugar para que no se lleve una sola vida más por delante, y en segundo término para disfrutar algún día de lo que puede ofrecer este maravilloso país a los apasionados de la historia.
Más info: whc.unesco

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