Visitar los Museos Vaticanos, una experiencia imprescindible en Roma
Casi tan importante como visitar la Basílica de San Pedro, es visitar los Museos Vaticanos, el mayor emplazamiento artístico de este pequeño país situado dentro de la propia ciudad de Roma. Con más de cinco hectáreas de exposiciones, los Museos Vaticanos son una de las colecciones de arte más grandes del mundo, así como una de las más visitadas.
La base de estos museos es la colección privada del cardenal Giuliano della Rovere, que al ser nombrado Papa escogió el nombre de Julio II. Fue él quien trasladó su colección de arte al Patio del Belvedere dando inicio con obras como Laocoonte y sus hijos a estas maravillosas colecciones. Con el acceso al poder de nuevos Papas y la tradición de coleccionismo de las grandes familias italianas, las colecciones fueron aumentando y enriqueciéndose con nuevas obras que, junto con la Biblioteca Vaticana y la Capilla Sixtina, conforman hoy los Museos Vaticanos.
Intentar visitar los Museos Vaticanos en un día es una completa locura por eso en este post os proponemos un recorrido por las salas en las que se encuentran las obras cumbre de la Historia del Arte para que no os perdáis ninguna de ellas.
Nada más entrar, lo mejor es comenzar por la pinacoteca, donde además de algunas obras de artistas como Giotto, Perugino y Caravaggio, es posible ver tres de las obras más emblemáticas de Rafael Sanzio.
En el patio no hay que perderse las vistas de la cúpula de San Pedro y los jardines Vaticanos.
A continuación, debéis dirigiros hacia el Cortile della Pigna, donde se conserva una piña en bronce de época del emperador Augusto. Desde ahí se puede acceder al Museo Chiarmoniti del que no hay que perderse la sala en la que se encuentra la famosa escultura de Augusto.
Otra de las obras estrella de los museos Vaticanos es el Laocoonte y sus hijos, aunque no se conserva el original, esta es la copia que se descubrió a principios del siglo XV y que es una copia romana hecha en mármol. En el mismo patio octogonal del Museo Pío-Clementino, se encuentra el Apolo Belvedere y el Torso de Belvedere las cuales se cree que inspiraron a Miguel Ángel para sus diseños de la Capilla Sixtina.
Un poco más adelante se conservan los sarcófagos de pórfido rojo de Santa Elena y Santa Constanza, madre e hija del emperador Constantino quien “legalizó” el cristianismo en el Imperio Romano.
Continuando con el recorrido marcado, la Galería de los mapas es una de las salas que se suele pasar por alto pero es realmente impresionante, así que deteneros a observar los 40 enormes mapas topográficos de mediados del siglo XVI que se conservan en ella, impresionantes.
A continuación y desde las famosas Stanze de Rafael, donde se encuentra La Escuela de Atenas, una de las obras más famosas del pintor italiano, hay una sola ruta que lleva directamente a la Capilla Sixtina, posiblemente la sala más deseada por todos los visitantes, y una de las obras maestras. Pintada por Miguel Ángel y por encargo del Papa Julio II, la Capilla Sixtina es uno de esos lugares que sobrecoge, una de esas visitas que no se olvidan. Un consejo, olvidaos por un momento de intentar sacar fotos en un despiste de los guardias de seguridad y disfrutad del momento.
En los frescos del techo se representan en nueve paneles la Creación, la Historia de Adán y Eva y la caída y el sacrificio de Noé; mientras que en la pared del altar se representa, en una compleja composición que refleja la genialidad del artista, el Juicio Final.
Aunque es difícil, hay que aprovechar para echar un vistazo a los frescos de las paredes laterales, pintados a finales del siglo XV por artistas de la talla de Boticcelli, Ghirlandaio o Perugino, entre otros.
El horario de visita de los Museos Vaticanos es de 9:00 a 18:00 de lunes a sábado, siendo la última entrada a las 16:00. Los domingos permanece cerrado salvo el último domingo de mes que se pueden visitar gratis desde las 9:00 hasta las 14:00, aunque hay que entrar antes de las 12:30.
Como en muchos otros monumentos romanos es bastante común encontrarse largas filas. La forma de ahorrársela es reservar las entradas por Internet a través de la web de los Museos Vaticanos, aunque lleva un coste adicional de 4€.
Otra opción para no hacer fila es contratar una visita guiada en español por el Vaticano que incluye la visita a la Basílica de San Pedro, a los Museos Vaticanos y a la Capilla Sixtina. Con esta opción te ahorras las filas y puedes aprender un montón de curiosidades sobre el que es uno de los lugares más emblemáticos de Roma.
Existe la opción de combinar la visita al Vaticano con la visita a algunos de los principales monumentos de Roma, como el Foro y el Coliseo. La visita se hace en español y con ella te ahorras esperar las filas. Se puede contratar aquí.
Además, hay que tener en cuenta que las exposiciones no están muy bien explicadas por lo que si no tenéis mucha idea de arte, la visita guiada es, si ninguna duda, la mejor opción para aprovechar al máximo la visita.
Un buen día para visitar los Museos Vaticanos son los miércoles, cuando la mayoría de los visitantes están pendientes de las audiencias papales. Además, recuerda vestir decorosamente, tanto para la visita a la Basílica como a los Museos, ya que son lugares en los que no se admite a visitantes con prendas sin mangas, gorras o pantalones y faldas por encima de la rodilla.
http://www.enelmundoperdido.com/2017/03/visitar-los-museos-vaticanos-una-experiencia-imprescindible-en-roma/
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