Probablemente, el diario de Ana Frank sea uno de los relatos de primera mano más poderosos y conmovedores jamás escritos sobre el Holocausto. Sin embargo, se sabía de la existencia de dos páginas que cubrió con papel adhesivo y que hasta ahora nadie había revelado. Ahora sabemos por qué.
Más de 70 años después de que Ana Frank escribiera por última vez mientras se escondía de los nazis en Amsterdam, la Casa de Ana Frank ha anunciado que finalmente pudieron descifrar esas dos páginas ocultas. ¿Deberíamos leerlas si a priori parece que la joven no quería que nadie lo supiera?
Sea como fuere, los investigadores han pensando que solo por su relato histórico ya valía la pena. Durante décadas, después de su captura y muerte en 1944 en el campo de concentración de Bergen-Belsen, los investigadores conocían la existencia de esos escritos. Frank los había tapado con un papel adhesivo marrón.
Para “descifrarlos” utilizaron un software de imágenes para analizar fotografías de páginas. Un equipo formado por miembros del Museo de Ana Frank, el Instituto para la Guerra, el Holocausto y los Estudios de Genocidio, y el Instituto Huygens para la Historia de los Países Bajos, descubrió que el contenido del texto oculto estaba repleto de los pensamientos e intimidades de Frank sobre temas que abarcaban el sexo, la prostitución y la anticoncepción, así como algunos chistes “sucios”.
Escrito el 28 de septiembre de 1942, cuando Frank tenía 13 años, las páginas recién descubiertas no se han hecho públicas en su totalidad. Sin embargo, se han publicado algunos extractos reveladores. “Utilizaré esta página estropeada para escribir chistes ‘sucios’”, escribió la joven, antes de proceder a anotar cuatro de esos chistes. Aquí va un ejemplo publicado:
¿Sabes por qué las chicas alemanas de la Wehrmacht están en Holanda? Como colchones (mattresses) para los soldados.
En otra parte de las páginas descubiertas, Frank escribe que cuando una mujer comienza a menstruar a la edad de 14 años, es “una señal de que está lista para tener relaciones con un hombre, pero por supuesto uno no hace eso antes de casarse”.
También abordó el tema de la prostitución y escribió que “todos los hombres, si son normales, van con mujeres, mujeres así las abordan en la calle y luego se van juntos. En París tienen grandes casas para eso. Papa ha estado allí”.
Sobre los temas relacionados con cuestiones de sexualidad, Frank van Vree, director del Instituto Holandés para Estudios de Guerra, Holocausto y Genocidio, cuenta lo siguiente:
Cualquiera que lea los pasajes ahora descubiertos será incapaz de reprimir una sonrisa. Los chistes ‘sucios’ son clásicos entre los niños en crecimiento. Dejan en claro que Ana era sobre todo una chica normal.
No le falta razón. Como cuenta el director ejecutivo de la casa de Ana Frank, Ronald Leopold, “nos acercan aún más a la niña y escritora que fue”. [Washington Post]
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