Guerra de Siria: el juego de estrategias que ejecutan Israel, Rusia e Irán en el tablero bélico de Medio Oriente
La larga disputa entre Israel e Irán que se desarrolla en Siria llegó a un momento dramático a comienzos de mayo.
El lanzamiento de cohetes iraníes contra posiciones del ejército israelí en la zona de los Altos del Golán -que en sí fueron una respuesta a los anteriores ataques aéreos israelíes contra una base iraní en Siria- provocó una gran ofensiva de Israel.
Aviones de guerra atacaron unos 50 objetivos iraníes en Siria, prácticamente todas las bases o instalaciones de Irán conocidas, según los analistas.
Eso causó daños a las fuerzas de Irán que le tomará meses, si no es que años, recuperar.
Pero está cada vez más claro que el ataque podría cambiar la dinámica regional aún más. Y los acontecimientos en los Altos del Golán podrían generar un impulso adicional.
Esta zona suroccidental de Siria, que incluye la provincia de Quneitra -que limita con las posiciones israelíes- parece que se convertirá en el foco de un nuevo asalto de las fuerzas del gobierno sirio.
El régimen de Bashar al Asad está ansioso por expulsar a un conjunto variado de milicias, algunas de las cuales juraron lealtad al grupo autodenominado Estado Islámico (EI).
La posible batalla aquí podría ser un nuevo conflicto que eleve las tensiones entre los tres actores externos con los intereses estratégicos más importantes en el país; Irán, Israel y Rusia.
Acto de equilibrio
La relación entre estos tres países es inusual, por decir lo menos.
Irán e Israel son enemigos de toda la vida. Y Siria se está convirtiendo rápidamente en el frente más peligroso de su rivalidad.
Rusia e Irán fueron los principales patrocinadores militares del régimen de Asad en Siria. Sin ellos, bien podría haber sido echado de su oficina hace tiempo.
Pero Moscú también tiene estrechos vínculos con Israel.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, fue recientemente un invitado de honor en el importante desfile militar en Moscú del Día de la Victoria.
¿Cómo hace Rusia para equilibrar sus lazos con Irán e Israel? ¿Sus intereses estratégicos en Siria son divergentes?
El factor sorpresa en la campaña aérea israelí para limitar y, de ser posible, revertir el afianzamiento de las fuerzas pro iraníes en Siria es la pasividad de Moscú.
Rusia, nominalmente un aliado de Irán, tiene su propia base aérea en Siria con poderosos radares y misiles tierra-aire que podrían obstaculizar significativamente las operaciones aéreas israelíes si así lo desearan.
Pero hasta ahora nohicieron nada.
De hecho, dejaron libre el espacio aéreo sobre Siria y Líbano para que las operaciones aéreas israelíes sigan su curso.
Es más, hay una línea directa permanente entre el cuartel general israelí y el ruso en Siria para garantizar que las misiones de ataque israelíes no entren en conflicto con los movimientos aéreos rusos.
Interés estratégico
De esto surgen algunas preguntas: ¿qué conclusión debe sacarse del comportamiento de Rusia?
¿Cuál es el significado de que Moscú y Teherán ya no estén de acuerdo? ¿Y qué podría producir esto en la guerra no declarada entre Israel e Irán?
Al principio, todo era mucho más simple.
Cuando el régimen de Asad parecía que se estaba desmoronando en agosto de 2016, sus aliados se sintieron obligados a acudir en su ayuda.
Rusia a través de la fuerza aérea e Irán con sus diversas milicias aliadas, incluido Hezbolá en Líbano, respaldó a las fuerzas del presidente Asad en el terreno.
En este sentido, los objetivos rusos e iraníes se alinearon, tanto para estabilizar la situación militar, como para permitir que el régimen pasara a la ofensiva y recuperara parte del territorio que había perdido.
Para Rusia, todo se trataba de brindar apoyo a un aliado de mucho tiempo. Su relación se remonta a los años de la Guerra Fría.
Moscú estaba alarmado por la creciente inestabilidad en la región, por temor a que el avance del Estado Islámico acabara por encender las pasiones más cerca de las fronteras de Rusia.
También hubo consideraciones geoestratégicas.
Siria, con su pequeña base naval rusa (que ahora se está ampliando), representaba un pequeño dedo del pie para Moscú en Medio Oriente. Una región en la cual estaba ansioso por renovar su influencia al ver que Washington estaba en declive.
Irán también venía en ayuda de un aliado, pero hacía cálculos geoestratégicos en su política.Una Siria débil y fragmentada no haría mucho para limitar a Israel.
A su vez, Israel ve a Irán y su potencial búsqueda de armas nucleares como una amenaza existencial.
Irán mismo ve el poder militar de largo alcance de Israel como una amenaza considerable y un obstáculo para sus ambiciones regionales.
Por lo tanto, si el régimen de al Asad se estabiliza y las fuerzas iraníes (u otras milicias de poder) se consolidaran en Siria, Israel podría ser enfrentado más cerca de sus propias fronteras.
El "corredor" iraní
También hay que considerar la creciente influencia de Irán en Irak.
La continuidad del presidente al Asad podría apoyar la perspectiva de un corredor terrestre que se extendería a través de Siria y hasta Líbano, lo que algún día podría permitir que armas y suministros militares lleguen a Hezbolá.
Por ahora, gran parte de los envíos de cohetes y equipo bélico pasa por vía aérea. Y tales rutas de suministro podrían ser interrumpidas algún día.
Irán sigue siendo un régimen revolucionario ansioso por exportar su mensaje al mundo árabe.
Las crecientes victorias del régimen de al Asad facilitaron que una variedad de fuerzas pro iraníes se establecieran en Siria.
Desde unidades del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria hasta un amplio espectro de milicias, una especie de legión chiita extranjera reclutada en Pakistán, Afganistán y otros lugares.
Israel ha estado librando una importante batalla propagandística para convencer al mundo de que Irán busca una presencia militar permanente en Siria y afirma que esto es algo que no permitirá.
Las milicias a raya
Las crecientes tensiones provocaron una gran actividad diplomática entre Israel y Rusia.
Esta semana, el ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, se encuentra en Moscú para conversar con su homólogo ruso, Sergei Shoigu.
Todo indica que Rusia ha estado alarmada por la ferocidad de los ataques de Israel contra las instalaciones iraníes, con temores de que si continúan pueda estallar un conflicto que amenace el poder de al Asad.
Rusia parece dispuesta a respaldar un plan según el cual las fuerzas pro iraníes no puedan acercarse más a las fronteras de Israel.
En el corto plazo, esto significaría que las milicias pro iraníes estarían lejos de cualquier nueva ofensiva del régimen de Asad en el sur del Golán.
Pero es probable que sea algo temporal.
Israel se opone a la presencia militar iraní en Siria per se y la mayoría de sus ataques aéreos han estado muy lejos del Golán.
Y es poco probable que Irán, con sus propios intereses en mente, se retire dócilmente.
El presidente ruso Vladimir Putin pidió que todas las fuerzas extranjeras sean retiradas de Siria.
Hace apenas unos días, su ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, insistió en la petición y dijo que solo las fuerzas sirias deberían desplegarse en el sur del país.
Pero ¿qué influencia tienen los rusos sobre Teherán y sus aliados?
Moscú claramente quiere estabilizar la situación en Siria al permitir que el régimen de Asad "declare la victoria".
Irán es un aliado esencial sobre el terreno para lograr este objetivo.
Pero la lucha regional entre Israel e Irán se avecina.
Después de aparentemente haber decidido que le dará a Israel espacio libre en los cielos, Rusia podría encontrar un público menos receptivo en tierra en Teherán.
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