Posted: 01 Aug 2018 03:06 AM PDT
Mapa de la distribución potencial de homínidos arcaicos, incluyendo Homo erectus , Homo floresiensis, Homo neanderthalenesis, Denisovanos y homínidos africanos arcaicos en el Viejo Mundo en el momento de la evolución y dispersión del Homo sapiens hace aproximadamente entre 300.000 y 60.000 años. Crédito: Roberts y Stewart. 2018.
El humano moderno salió de África hace unos 80.000 años y se instaló con relativa facilidad en hábitats tan diversos como selvas tropicales o montañas altas e invernales. Tradicionalmente, los paleoarqueólogos creían que nuestra especie tuvo éxito en entornos tan diferentes, y sobrevivió en lugar de extinguirse, porque sufrimos un cambio cognitivo dramático que implicó, entre otros avances, una mayor capacidad de simbolismo. Sin embargo, un nuevo estudio realizado por arqueólogos de la Universidad de Michigan (EE.UU.) y el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana (Alemania) indica que el Homo sapiens pudo prosperar porque pudo colonizar diferentes tipos de entornos, pero, por otro lado, también se especializó rápidamente al encontrar ambientes específicamente desafiantes: adoptó un nuevo rol ecológico que denominan "especialista general". Según el trabajo, publicado en Nature Human Behavior, los humanos modernos desarrollaron ajustes ambientales únicos y adaptaciones en relación con homínidos anteriores coexistentes como el Homo neanderthalensis y el Homo erectus. La capacidad de nuestra especie de ocupar entornos diversos y "extremos" en todo el mundo contrasta con las adaptaciones ecológicas de otros homínidos, y puede explicar cómo nuestra especie se convirtió en el último homínido superviviente del planeta. "No fue solo que fuéramos una especia generalista que habitaba una serie de entornos diversos. Una vez que entramos en un área particularmente difícil, pudimos colonizar con éxito esa área al convertirnos en especialistas mucho más grandes, ya que nos enfocamos en los recursos y sus configuraciones específicas para ese entorno", explica Brian Stewart (izquierda), profesor del Departamento de Antropología de la Universidad de Michigan. El Homo erectus colonizó áreas en el oeste de Asia, China, Indonesia y Europa hace 1-2 millones de años, y los neandertales se extendieron hasta Eurasia a mediados de la latitud entre 250.000 y 400.000 años atrás, pero ambas especies se extinguieron. Sin embargo, a finales del Pleistoceno, hace entre 12.000 y 100.000 años, la especie Homo sapiens proliferó en todo el mundo. Hay evidencia de nuestra especie en escenarios paleoárticos y en entornos de gran altura como los Andes, así como en bosques tropicales en Asia, América y Melanesia, una región cercana a Australia que incluye Fiji, Papúa Nueva Guinea, Nueva Guinea Occidental y las Islas Salomón. Mapa que muestra las fechas más recientes sugeridas de ocupación persistente de los diferentes extremos ambientales por nuestra especie en base a la evidencia actual. Crédito: Mapas de NASA Worldview. El lenguaje complejo es anterior al Homo Sapiens"Además, ahora tenemos pruebas sólidas de que los rasgos de comportamiento que solíamos considerar exclusivos del 'Homo sapiens', incluido el lenguaje complejo, el uso simbólico de la cultura material, etc., tambien eran propios de otras especies humanas, especialmente los neandertales", dijo Stewart. Esto significa, según los expertos, que es probable que la mayoría de los avances cognitivos ya hubieran ocurrido con el último ancestro común que compartimos con otras especies como los neandertales, el ancestro llamado Homo heidelbergensis.Los científicos indican que la habilidad del Homo sapiens para tener éxito en una variedad tan amplia de hábitats refleja las habilidades de un especialista generalista. "Existe una dicotomía ecológica tradicional entre los generalistas, que pueden hacer uso de una variedad de recursos diferentes y habitar en una variedad de condiciones ambientales, y especialistas, que tienen una dieta limitada y tolerancia ambiental limitada. Pero el 'Homo sapiens' demuestra evidencia de poblaciones especializadas, como las recolectoras de la selva de montaña o los cazadores de mamuts paleoárticos, que existen dentro de lo que tradicionalmente se define como una especie generalista", apunta Patrick Roberts (derecha), del Instituto Max Planck, Leipzig, Alemania. El Homo sapiens pudo desarrollar esta habilidad particular cooperando con otros Homo sapiens con quienes no estaban emparentados. Estos grupos no familiares habrían compartido alimentos, se habrían comunicado a distancias más largas y tenido relaciones rituales que permitieron a las poblaciones adaptarse rápidamente a los entornos locales. "Tener un vasto cúmulo de información cultural disponible para tareas como fabricar ropa, construir refugios, encontrar un cónyuge; todo lo que se necesita para la vida, más allá de la dieta, era fundamental para la supervivencia de grupos en nuevas regiones. Lo notable es el éxito que tuvimos en tantos hábitats diferentes, y lo pronto que lo hicimos". Los investigadores esperan examinar las raíces de este éxito: "Mi investigación implica desenterrar las raíces africanas de este tipo de plasticidad ecológica. ¿Por qué, dónde y cuándo en África sucedió esto? Es un conjunto de preguntas más complicado", conlcluye Stewart. Fuentes: nmas1.org| Universidad de Michigan | Phys.Org | 31 de julio de 2018 |
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