Posted: 06 Oct 2018 05:48 AM PDT
Desde que el ser humano se irguió, empezó a trazar dibujos para contar sus historias, ya fueran para sí o para sus dioses. Ese embrión de los tebeos de hoy puede remontarse al Antiguo Egipto, a las vendas para envolver momias con dibujillos sobre la tela para acompañar al difunto en su partida al más allá. Ese largo viaje en el tiempo por la ilustración, que finaliza con historietas de figuras del cómic o la novela gráfica, como los estadounidenses Chris Ware o Richard McGuire, es la propuesta de la exposición de la Biblioteca Nacional ¡Beatos, Mechachis y Percebes!, que puede visitarse hasta el 13 de enero de 2019.
Con piezas de la propia BNE, más las prestadas por el Museo Arqueológico Nacional, el Museo ABC o el Archivo Histórico Nacional y de coleccionistas privados, se cuenta, en diez vitrinas acompañadas de reproducciones, fotografías y paneles, una historia muy visual cuyo comisario, Enrique Bordes Cabrera, ha organizado en tres entregas, como si fuera un tebeo. Beatos muestra la etapa que arranca con las vendas egipcias del 323 antes de Cristo, hasta los inicios del siglo XIX y tiene piezas especiales como los códices, “que fueron creados por amanuenses de forma similar a como han trabajado los autores de cómic, con gran libertad gráfica”, subrayó Bordes. Sobresale un facsímil de un códice maya (siglo XVI) realizado sobre una tira vegetal plegada como un biombo, y uno del Beato de Tábara (Zamora), del siglo X, que recoge la atareada vida de los monjes en el interior de un monasterio, visible gracias a un corte transversal. Sí, un precedente del 13, Rue del Percebe que creó Francisco Ibáñez en los años sesenta del pasado siglo y de las populares historietas en ese formato del París de finales del XIX, creadas cuando se empezó a vivir en edificios de varias plantas. Facsímil del 'Códice Madrid', de los mayas (siglo XVI-XVII). MUSEO DE AMÉRICA Facsímil del 'Beato de Tábara', siglo X. Esta sección incluye incunables, ediciones creadas en los primeros momentos de la imprenta que imitaban a los libros anteriores a este invento; más grabados, estampas... La exposición, “una mirada ligera y sin prejuicios, incluso irreverente”, según los organizadores, sigue con Mecachis, nombrada así en honor al ilustrador y humorista gráfico madrileño Eduardo Sáenz Hermúa (1859-1898), que adoptó ese seudónimo. Con este maestro del tebeo sin texto se da paso a un periodo en que nacen la fotografía y los tebeos como los conocemos hoy. Es el auge, también, de nuevas publicaciones, como las aleluyas, series de estampas con versos populares al pie. El francés Gustave Doré ilustra ediciones de la Biblia o el Quijote y ensaya un antecedente de novela gráfica “en la que cuenta una historia irreverente de Rusia que, sin embargo, no cuajó”, señaló Bordes. 'Escenas de la vida de Aquiles', estampa de un bajorrelieve de un sarcófago, obra de Bernardino Capitelli. En otra vitrina se hace mención “al que muchos consideran padre del cómic moderno”, el pintor suizo Rodolphe Töpffer, y a la explosión de prensa con contenido gráfico en el XIX, con bellezas como las páginas del semanario satírico La Caricature, con el dibujante Alberto Robida. La producción nacional está representada por la revista Blanco y negro, con nombres como Joaquín Xaudaró. 'Lo que está pasando', de Miguel Brieva. El último tramo se llama Percebes, en homenaje a la archiconocida tira de Ibáñez. Se enseña la primera de las 400 creadas por el dibujante catalán de la mano de la editorial Bruguera. Son historias que retratan a varias generaciones y a todo vecindario: el moroso, la cotilla... Otra cara ofrece la reivindicación del movimiento vanguardista del isotipo, que saltó de país en país huyendo de los nazis y en el que destacaron artistas como Marie Neurath, autora de publicaciones infantiles, o el pintor Gerd Antz. Las últimas páginas son para novelas gráficas de Premios Nacionales de cómic como Rayco Pulido y de autores como Juan Berrio, Miguel Brieva, Ana Galvañ y Carla Berrocal, que "demuestran la salud increíble del tebeo español”. Son dibujantes que se ocupan de temas cotidianos porque, como dice Bordes, “la vida es como un tebeo” y lo que nos sucede se podría contar en viñetas, con sus correspondientes “¡boom!”, “¡catacroc!” y “¡zas!”. Fuentes: elpais.com | Fotos | 4 de octubre de 2018 |
Posted: 06 Oct 2018 05:44 AM PDT
Una importante villa romana podría haber sido descubierta en las proximidades de Villamayor de Calatrava (Ciudad Real), en el transcurso de unas excavaciones arqueológicas llevadas a cabo este verano, a iniciativa del ayuntamiento y que han sacado a la luz numerosos restos que permiten a los arqueólogos estimar que el lugar pudo estar habitado desde el siglo I al V d.C., e incluso con posterioridad.
“Estamos viendo solo la punta del iceberg de lo que parece una importante villa romana” dice el Dr. Víctor Manuel López-Menchero, uno de los directores de la excavación, que aclara que “tan solo hemos excavado el 1% del yacimiento, por lo que todavía tiene un potencial enorme”. A pesar de haber efectuado tan solo 3 sondeos de 20 metros cuadrados cada uno, en este paraje que nunca ha sido objeto de ningún tipo de intervención arqueológica, el equipo de arqueólogos ha recuperado centeneras de fragmentos de cerámica, metal, vidrio y hueso, entre los que destacan restos de lucernas, agujas de hueso para el pelo, cerámica terra sigillata decorada, un broche de cinturón y numerosos fragmentos de pintura mural de diversos colores, lo que habla de la riqueza que debió alcanzar el propietario de esta villa romana. Los trabajos de excavación han estado sufragados íntegramente por el consistorio de Villamayor de Calatrava, que ya el pasado año llevó a cabo otra excavación para caracterizar y evaluar el potencial que presenta el patrimonio arqueológico de la localidad y que permitió relocalizar, en el paraje de Las Viñuelas y tras 50 años perdida, una necrópolis visigoda, al tiempo que se identificaba un campo de hoyos prehistórico que no había podido ser detectado hasta el momento de la intervención. Para el alcalde de Villamayor, Juan Antonio Callejas, estos hallazgos visigodos y romanos permiten recuperar el pasado de la localidad y de cara al futuro pueden suponer una nueva fuente de trabajo e ingresos para Villamayor. Fuente: elconfidencialdeciudadreal.com | 4 de octubre de 2018 |
POR UNA CULTURA SOCIAL.PORQUE SOLO LA CULTURA SALVA LOS PUEBLOS. CULTURA - HISTORIA - SOCIEDAD
POR UNA CULTURA SOCIAL.PORQUE SOLO LA CULTURA SALVA LOS PUEBLOS. CULTURA - HISTORIA - SOCIEDAD
POR UNA CULTURA SOCIAL.PORQUE SOLO LA CULTURA SALVA LOS PUEBLOS. CULTURA - HISTORIA - SOCIEDAD
No hay comentarios.:
Publicar un comentario