domingo, 23 de junio de 2019

Segunda Guerra Mundial: Crímenes durante y post-guerra

De sobra son conocidos los crímenes cometidos por los soldados nazis durante la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, son apenas conocidos los crímenes que los soldados aliados cometieron contra la población civil, al acabar la contienda. 

Se cree que los soldados aliados violaron a un millón de mujeres, de todas las edades, contrariamente a lo que se pensaba hasta hace poco, estas tropelías no fueron cometidas únicamente por soldados soviéticos, sino también por estadounidenses y británicos. Los aliados se esforzaron en propagar la idea de que Alemania y sus ciudadanos habían sido los culpables de la guerra. Además de las violaciones, las mujeres alemanas accedieron a las relaciones sexuales a cambio de cualquier alimento que éstos pudieran ofrecer, ya que la hambruna entre la población era tan severa que cualquier medio servía para paliarla. Las mujeres alemanas dieron en los siguientes meses a luz a miles de niños.
 

En el campo de Dachau, tras su liberación el 30 de abril de 1945 por la 20ª División Blindada y la 45ª de Infantería del VII Ejército de los Estados Unidos, los soldados se tomaron la justicia por su mano, torturando cruelmente a los guardianes de las SS. Estos hechos han sido descubiertos gracias a las cartas que el capitán del ejército norteamericano David Wilsey envió a su mujer Emily el 8 de mayo de 1945. En ellas afirma que vio como sus compañeros maltrataban y mataban a los alemanes que habían quedado en el campo para controlar a los presos, con la única razón de que porque se merecían ser sacrificados. Todas las tropelías cometidas, eran aplaudidas e imitadas por los presos supervivientes. Los saqueos se generalizaron. La barbarie contra las tropas alemanas del campo fue tal que algunos soldados americanos tuvieron que detener a sus compañeros para que no se rebajaran al nivel de los nazis. 

Corría el año 1945 y los soldados soviéticos se acercaban al III Reich, en ese frente oriental se veía a los soldados rusos con pánico, en contraposición al frente occidental. Movidos por su sed de venganza contra los alemanes, los ajusticiamientos y las violaciones hacia las mujeres eran algo habitual, y en la mayoría de los casos, los mandos del Ejercito Rojo no hacian nada para evitarlo. La atemorizada población alemana, intentaba a toda costa, huir hacia el oeste y escapar de los rusos. 

Ante esta situación, el Alto Mando de la Kriegsmarine, ordena la Operación Anibal. Consistente en el rescate de refugiados de la antigua Prusia Oriental, ante la inminente llegada del Ejercito Rojo. El 30 de enero zarpa con destino a Dinamarca el Wilhelm Gustloff, uno de los barcos de la "Fuerza por la alegría". Esa misma noche fue avistado por el submarino ruso S-13, que, inmediatamente lanzó 4 torpedos. En menos de una hora el barco se hunde, y de los tripulantes solo logran ser rescatados unos 1300 por el crucero de guerra Admiral Hipper. Perecen más de 8000 pasajeros. 

A mediados de febrero el sitio a Prusia se recrudecía, por lo que la Operación Anibal se intensifico. Entre los barcos asignados a esta operación habia dos barcos hospitales, el Goya y el General Von Steuben. Ambos fueron hundidos por sendos submarinos rusos. En el General Von Steuben perecieron mas de 2.500 tripulantes, y en el del Goya aproximadamente otros 8.000 tripulantes perdieron la vida. El responsable del hundimiento del Wilhelm Gustloff fue Alexander Marinesko, reconocido como Héroe de la URSS en 1990, mientras que el responsable del hundimiento del Goya, Vladimir Komonalow, lo fue con anterioridad. 


Seguimos en el año 1945, Dresde era una de las ciudades más importantes del III Reich Alemán, con una población de más de 600.000 personas, era un importante nudo de comunicaciones del este de Alemania, donde confluían las comunicaciones entre Berlin-Praga-Viena, Munich-Varsovia y Leipzig-Hamburgo, todas ellas vitales para el Ejercito Alemán. Industrialmente hablando tenia una gran importancia, aunque este era dato supuestamente era desconocido por los aliados. Industrias químicas, electrónicas y de armamento tenían su sede en esta ciudad. Al tiempo, era la mayor ciudad alemana que no habia sufrido bombardeos constantes. La RAF quería demostrar su poder ante los rusos, y sobre todo, querían devolver la moneda de Coventry. 

Hubo cuatro oleadas de bombarderos. En la primera oleada, efectuada la noche del 13 al 14 de febrero de 1945, sobre las 22.00 horas, participaron aproximadamente 300 Avro Lancasters de la RAF, que cargaban 500 toneladas de material explosivo. En la segunda oleada, ejecutada esa misma noche sobre las 2.00 horas, participaron 529 Avro Lancaster, lanzando 1.500 toneladas de material explosivo. En la tercera oleada, 14 de febrero de 1945, participaron 311 bombarderos B-17 de la USAF, lanzando 1.800 bombas explosivas y mas de 130.000 bombas incendiarias; este ataque no pudo ser muy preciso, ya que las malas condiciones climatológicas impidieron la precisión. 

Las consecuencias fueron devastadoras. El uso de las bombas incendiarias de fosforo fue algo macabro, ya que los incendios, las lenguas de fuego y las ráfagas de viento a cientos de grados mataron a mas gente que las bombas explosivas. Los incendios eran distinguidos a 150 kilómetros de distancia, la ciudad estuvo ardiendo hasta 6 días despues de los bombardeos. Las cifras de muertos se calculan entre 18.000 y 25.000, aunque otros cálculos elevan las victimas hasta más de 100.000 personas. 

Nadie, aun hoy, ha podido explicar porque el bombardeo de Dresde no fue dirigido contra los objetivos militares situados en los alrededores de la ciudad. El principal responsable de esta carniceria fue Arthur Harris, ("Bombardero Harris"), responsable de la seccion de bombarderos de la RAF, principal impulsor del bombardeo a la poblacion civil para menguar la moral alemana. 


El 6 de agosto de 1945, pasó a la historia de la infamia como la primera vez que se utilizó un arma nuclear en combate. Ese día, un B-29 estadounidense B-29 lanzó una bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. Tres días más tarde, la ciudad de Nagasaki fue arrasada con otra bomba nuclear. Estos dos ataques aéreos se cobraron la vida de cientos de miles de personas. Otros miles de japoneses murieron años después por los efectos de la radiación. 

Durante la conferencia de Potsdam, el 24 de julio de 1945, el presidente estadounidense, Harry Truman, informó a Stalin, posiblemente, con una intención de chantaje, que su país tenía en su poder un arma de extraordinaria fuerza destructiva, pero el líder soviético no mostró ninguna reacción especial. Según el primer ministro británico, Winston Churchill, Stalin no se dio cuenta de en qué consistía ese nuevo armamento. Sin embargo, el comandante supremo de la URSS estaba muy al tanto del proyecto Manhattan y, en cuanto se despidió del mandatario norteamericano, dijo a Viacheslav Mólotov, entonces ministro soviético de Asuntos Exteriores y primer 'supervisor' del proyecto nuclear soviético: "Será necesario hoy mismo hablar con Kurchatov, físico encargado del proyecto nuclear de la URSS, para acelerar nuestro trabajo"


En una reunión en el laboratorio nacional de Los Álamos (California) se rechazó la idea de atacar con bombas atómicas a objetivos militares, por la posibilidad de que se produjeran fallos de puntería, entonces fue cuando se decidió utilizar el nuevo armamento para atacar ciudades. El jefe del proyecto Manhattan, el general Leslie Groves, insistió en lanzar la bomba contra alguna ciudad nipona aún no bombardeada, para evaluar mejor su efecto destructivo. Propuso para ello la ciudad de Kioto, la capital espiritual de Japón, pero el secretario de Defensa, Henry Stimson, descartó esa idea debido a que en ella pasó su luna de miel. La suerte de Hiroshima estaba echada. 

Imagen de la Página BIBLIOTECA DE LA II GUERRA MUNDIAL, de Juan José Ortiz Cruz

Incluso hay pequeños datos como el que nos relata el amigo Juan José Ortiz Cruz, en su completísima página Biblioteca de la II Guerra Mundial, referido a que los habitantes de la ciudad de Amberes demostraron su enojo humillando a los prisioneros alemanes y colaboradores encerrándolos en las jaulas vacías de un zoológico. Bélgica, 1944. 

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