Posted: 08 Jul 2019 02:34 PM PDT
El arqueólogo Miguel Ángel de Dios señala el tramo de la Vía Heráclea hallado en el solar de La Florida.
La excavación del solar de La Florida ha vuelto a desentrañar restos de la antigua Sevilla: ahí estuvo la entrada que debió tomar Julio Cesar en su llegada a la romana Hispalis de la Vía Heraclea (primera mitad del siglo I a. de C.), junto a la antigua Puerta de Carmona, según ha informado Miguel Ángel de Dios, director arqueólogo del equipo que investiga la zona desde hace años. El tramo de la Vía Heraclea tiene unos cuarenta metros y es aledaño a los restos de un enorme edificio de carácter comercial y portuario, de época de Augusto, de no menos de 150 metros de longitud y de entre diez y doce metros de altura en dos pisos que, según el arqueólogo provincial de Sevilla, José Manuel Rodríguez Hidalgo, es la presencia «más rotunda» de Roma hallada en Hispalis. La Vía Heraclea comunicaba el Levante con el Sur de la Península y en la mayor parte de sus tramos coincide con la posterior Vía Augusta, que llegaba desde Roma a Cádiz, y los arqueólogos sabían su ubicación en la actual Sevilla pero nunca se habían encontrado con un tramode esta legendaria vía de comunicación que, como las grandes obras públicas del imperio, poseía la impronta de Roma. De hecho, el tramo de entrada de la Vía Heraclea en Hispalis fue trasladado unos metros en época de Augusto para ser coincidente con la parte final de la actual avenida sevillana de Luis Montoto al llegar al centro de la ciudad de Sevilla, un camino paralelo y muy próximo a los antiguos Caños de Carmona, acueducto del que aún se conservan en pie dos partes en esta misma avenida. Los restos del gran edificio comercial hallado junto a la vía, que supera los mil metros de planta, es similar a la ateniense Estoa de Atalo, una construcción porticada que se distingue por una sucesión de grandes y esbeltas columnas, trozos de las cuales ya están dispuestas para ser trasladadas a los almacenes del Museo Arqueológico de Sevilla. Miguel Ángel de Dios ha destacado varios hallazgos del mismo periodo en la zona, como una plataforma lisa que, inmediata a la vía y al gran edificio como zona de acopio portuaria para mercancías (aunque se trate de un solar a cielo abierto, no hay nada igual de la época en la Península con un tamaño como éste, no menor de tres mil metros cuadrados). Igualmente el arqueólogo ha señalado una zona de «deposiciones cultuales», en la que tras las ofrendas religiosas se dejaban restos de animales, vajillas u otros utensilios para no ser utilizados más y en el que aún pueden observarse numerosos restos cerámicos e incluso el claveteado de unas sandalias. Bloques de columnas halladas en el pavimento de la Vía Heráclea. / FOTOS:ALFREDO VALENZUELA / EFE Las primeras prospecciones arqueológicas en este solar urbanizable se efectuaron en 2006 y la primera excavación se acometió un año después, pero se paralizó porque también se detuvo, por la crisis, el proyecto de construcción que, ahora retomado, hizo reactivar la excavación en septiembre pasado para acabarla este mes de julio. Rodríguez Hidalgo ha destacado la valiosa información que sobre la Sevilla extramuros han aportado estas investigaciones de campo, ya que al ir profundizando hasta llegar a Roma, se han encontrado trazados urbanos mudéjares, medievales, almohades y pre-almohades, todos los cuales demuestran que al menos ese suburbio de Sevilla, extramuros de la ciudad, estuvo planificado y no fue algo marginal. Los trazados urbanos a lo largo de esos periodos históricos poseyeron infraestructura hidráulica, alcantarillado y los desniveles de terreno (hoy inexistentes) se superaron con terrazas a manera de bancales, lo que evidencia un proyecto previo al asentamiento urbano. Rodríguez Hidalgo ha señalado que, por tratarse de una zona extramuros próxima a las murallas romanas preveían hallar «un ambiente funerario», por lo que la sorpresa ha sido mayor al encontrar el gran edificio comercial, en galería porticada, que debió distinguirse por un carácter «muy monumental». Fuentes: abc.es | diariodesevilla.es| 8 de julio de 2019 |
Posted: 08 Jul 2019 02:32 PM PDT
Relieve correspondiente al eidificio Yazilikaya en el que se representa doce dioses del inframundo.
Yazılıkaya es un edificio de 3.200 años de antigüedad que se cree que desempeñó un importante papel religioso en la ciudad llamada Hattusa, capital del antiguo Imperio Hitita. Según una nueva teoría, las tallas o relieves que se han encontrado en ella pueden haber funcionado como un calendario lunisolar. El arqueólogo francés Charles Texier exploró este edificio en 1834, y se sabe que unas pocas décadas antes de la caída del Imperio Hitita (alrededor del 1.190 a.C) sus albañiles crearon unos 100 relieves de personas, animales y quimeras míticas en los dos patios del complejo pétreo edificado. Los dibujos de Texier de estos relieves cautivó la imaginación de las gentes de su tiempo en Europa, ya que no se esperaba que ese tipo de arte distintivo hubiera emergido en la remota Anatolia central. Los investigadores argumentan que algunas tallas descoloridas de deidades habrían sido representaciones que se añadían al número de días en un mes lunar. También hay marcas debajo de algunas de estas representaciones que parecen un intento de hacer un seguimiento de algo. Siguiendo estas pistas los científicos leyeron numerosos tratados sobre la religión hitita y la astronomía babilónica, al tiempo que descubrían en Hattusa numerosas tablillas en las que se describían temas astronómicos y astrológicos de los que se cree son fruto de las influencias que los hititas recibieron de los sacerdotes mesopotámicos hace unos 3.000 años. Eberhard Zangger (izquierda), presidente de Luwian Studies, una fundación internacional sin fines de lucro y su colega Rita Gautschy (derecha), de la Universidad de Basilea, piensan que una talla que contiene 12 deidades representa los meses de un año y otra que contiene 30 imágenes se corresponden con los días de un mes. Arguyen que los antiguos hititas habrían marcado debajo de la primera de las 30 deidades el comienzo de un mes y luego retrocedían para hacer un seguimiento del tiempo. La importancia de la luna llena también está representada en algunas de las tallas. La cantidad de deidades grabadas no se corresponde con la cantidad de días de un año, pero Zangger y Gautschy creen que la gente hitita habría tenido en cuenta esto agregando algunos meses adicionales durante un ciclo de 19 años. La cámara 1 en la ciudad alta de Ḫattusa fue construida para captar la luz del Sol mientras se pone durante el solsticio de invierno. Foto tomada el 21 de diciembre de 2018 Crédito: © Luwian Studies También se ha sugerido que otras estructuras hititas fueron construidas para marcar importantes eventos astronómicos, tal como los solsticios y equinoccios. Sin embargo, los críticos argumentan que el número de deidades solo corresponde a un calendario y no hay suficientes pruebas concluyentes para confirmar que estaba en marcha. Relieve en la roca representando al dios Sarruma y al rey Tudhaliya IV que data de alrededor de 1250 - 1220 a. C. Fuentes: archaeologynewsnetwork.com | laopinion.net | 27 de junio de 2019 |
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