Los pintores que pusieron imagen a la Antigua Roma.
Hoy día multitud de ilustradores nos han revelado su visión de la imagen de la Antigua Roma, por cierto, permitirme quedarme de entre todos ellos con el polaco Mariusz Kozik. Además, la tecnología en forma de imágenes figurativas tanto para el cine, las series de televisión, o los videojuegos, nos han permitido visionar los hechos más transcendentales de la historia o poner cara a ciertos personajes. Tampoco debemos olvidar las nuevas técnicas de reconstrucciones virtuales, que nos han permitido conocer detalles sobre la edificación de la Antigua Roma.
Pero el anhelo de los hombres y mujeres por poner imagen a nuestro pasado romano, no es exclusivo de la actualidad. En definitiva, la historia de la Antigua Roma ha servido de inspiración a gran cantidad de artistas de muy diferentes épocas y de muy diferentes movimientos artísticos. Hoy en Caminado por la historia vamos a conocer algunos de los principales ejemplos.
Pintores flamencos.
Comenzamos el recorrido por una de las pinturas más curiosas que podemos encontrar. La Antigua Roma, pasó bastante desapercibida para los pintores del Renacimiento, si bien es cierto que sus arquitectos se apoyaron en la forma de construir de los romanos, no es menos cierto que la pintura renacentista se acercó más a la mitología, que a la propia historia de Roma. Ente un montón de imágenes religiosas encontramos esta pequeña representación de Helena de Constantinopla, la madre de Constantino. Su autor Jan van Eyck, fue uno de los pioneros de la pintura flamenca. La imagen que esta extraída del Libro de horas de Turín, nos revela el hallazgo de la reliquia de la Santa Cruz, si bien la imagen pertenece a la mitología cristiana, fue un momento trascendental de la historia de Roma. La consagración del cristianismo como religión del Imperio y de Constantinopla como su capital oriental.
Pintores barrocos.
Seguidamente avanzamos hasta el siglo XVII, el nacimiento de la pintura barroca coincide plenamente con la lucha de poder entre protestantes y su forma política parlamentarista y el catolicismo encarnado por las monarquías absolutistas. La pintura barroca se dedicó a engrandecer la figura de estos últimos, llenando los palacios de escenas religiosas y mitológicas.
Que mejor forma de representar el poder absolutista que esta imagen de la entrada triunfal de Constantino en Roma, pintada por los italianos Viviano Codazzi y Domenico Gargiulo.
Dentro de las representaciones mitológicas merece la pena destacar este cuadro de Andrea Camassei. Las fiestas lupercales con la que los romanos entraban en edad adulta, y que debían su nombre a la mítica fundación de Roma, por los niños amamantados por la loba.
Pintores neoclásicos.
Sin duda una de las épocas de mayor esplendor en la recreación de la Antigua Roma en la pintura. A mediados del siglo XVIII, y como respuesta a la pintura barroca absolutista, la burguesía europea con gran poder económico hace suya esta nueva forma de representación pictórica. De esta forma la pintura neoclásica hacia revivir a la sociedad de dicho siglo la antigüedad clásica, además de convertirse en la representante gráfica de la ilustración europea.
Debido a esto último los mejores representantes de este género fueron los pintores franceses, protagonistas de excepción de uno de los periodos clave en la historia de la humanidad, la consabida revolución francesa. Uno de ellos fue Eugène Delacroix, con su visión personal sobre la «justicia de Trajano«.
Otro de los pintores más destacados de este periodo, fue el parisino Jaques Louis David. El “rapto de las Sabinas”, el episodio mitológico donde los ciudadanos romanos secuestran a las mujeres del pueblo de los Sabinos, ante la escasez de mujeres en la recién fundada ciudad de Roma.
La muerte de Séneca, el filósofo y político romano nacido posiblemente en la actual Córdoba, se quitó la vida antes de que su protegido el emperador Nerón mandase ejecutarlo. De esta forma nos los presentó el pintor Jaques Louis David.
Uno de los grandes ejemplos de la vuelta a los clásicos que supone el neoclasicismo es esta pintura del francés François-Xabier Fabre. El aire a escultura romana de este “soldado romano” es incuestionable.
Dejamos para el final de este bloque esta pintura de François Gérard, “La vuelta de Mario a Roma”. El tercer fundador de Roma, gracias a sus éxitos militares vuelve a la ciudad tras una de sus batallas ante Sila.
Pintores neoclásicos españoles.
De todos ellos nos quedamos con la Muerte de Viriato, el héroe de la resistencia hispana al dominio romano de la Península Ibérica. Esta fue la visión de José Madrazo sobre la muerte por traición del caudillo lusitano.
Destacamos también el cuadro de Juan Antonio Ribera, que a principios del siglo XIX pintó: “Cincinato abandona el arado para dictar las leyes de Roma”. Dicho personaje, según la historiografía, fue uno de los mejores ejemplos de rectitud política a principios de la Republica romana.
Pintores academicistas.
La pintura academicista irrumpió a mediados de siglo XIX. Su propulsora fue la Academia de Bellas Artes de Paris, la cual proponía una serie de normas a los pintores de obligado cumplimiento, de ahí que se considere a estos como los más pulcros técnicamente. En pocos años la pintura academicista se expandió por gran parte de Europa, donde las diferentes escuelas de artes proponían sus propios cánones estéticos para lograr la supuesta perfección artística.
Uno de los mayores protagonistas de este movimiento pictórico fue el francés Jean-Léon Gérôme. Sus pinturas fueron de temática histórica principalmente. Hoy nos fijaremos en una de sus obras más celebres; “la última oración de los mártires cristianos”.
Dejamos para el final uno de los cuadros más impresionantes que podemos encontrar sobre la historia de la Antigua Roma. Fue pintado por el ruso Karl Briulov y narra pictóricamente la erupción del Vesubio en el “último día de Pompeya”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario