domingo, 4 de agosto de 2019

BIBLIOTECA DE ADMONT. La Biblioteca monacal más grande del mundo.

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Visitar la Biblioteca del  era otra de las prioridades durante nuestro viaje a . Ya sabéis que casi todos los recorridos por Austria se fundamentan en visitar las 3 ciudades más turísticas del país (Viena, Salzburgo e Innsbruck) y en conocer algunos de los enclaves alpinos más sorprendentes.
Sin embargo, aprovechando que visitábamos el país en coche de alquiler, quisimos visitar algunas de las bibliotecas monásticas más bellas del país que, a su vez, son algunas de las bibliotecas barrocas más bonitas del mundo.
Tras visitar la biblioteca de Melk y la del Monasterio de San Florian durante el trayecto entre Viena y Salzburgo, no podíamos dejar de visitar la , otra sorprendente obra que ha llegado de forma casi milagrosa a nuestros días. Sin embargo, el Monasterio de Admont es mucho más que su biblioteca, de manera que os aconsejo que le dediquéis un par de horas a este lugar.
Iglesia Monasterio de Admont

EL MONASTERIO DE ADMONT, UNO DE LOS MÁS ANTIGUOS DE AUSTRIA.

El Monasterio de Admont fue fundado en 1074 por el Arzobispo Gebhard de Salzburgo, gracias a las tierras que había donado la condesa de Friesach y Zelschach, Santa Emma, al ingresar en el monasterio de Gurk. Se trata, por tanto, de uno de los monasterios más antiguos de la región y de todo el país. El Monasterio de Admont es, además, uno de los más ricos de Austria, pues sus posesiones van mucho mas allá de sus abadías, gracias a la gran cantidad de tierras que posee y de las que es administrador.
Tras su fundación, el monasterio de Admont no hizo más que crecer, gracias a las distintas donaciones y a las diferentes abadías y escuelas que fueron adicionadas al mismo. Además, Admont se convirtió en un referente cultural y espiritual de primer orden.
La población de Admont se sitúa en el estado de Estiria, de la que Graz, ciudad que ya tuvimos la oportunidad de visitar hace unos años, es su capital. Nosotros visitamos el Monasterio de Admont y su biblioteca en el camino de regreso desde la Hallstatt y la Región de los Lagos de Austria hasta Viena, aunque para ello tuviéramos de desviarnos ligeramente.
Decía que es un pequeño milagro que la Biblioteca del Monasterio de Admont haya llegado a nuestros días. Eso es así porque en 1865 un terrible incendio redujo a cenizas la práctica totalidad de la abadía, incluyendo su iglesia monástica. Es por este motivo que la iglesia existente en la actualidad es de estilo neogótico. Sin embargo, la biblioteca fue la única parte del monasterio que se libró de la desgracia, de manera que hoy la podemos visitar tal y como ha sido en los últimos más de 250 años
Monasterio de Admont

LA BIBLIOTECA DE ADMONT

La Biblioteca de Admont es la verdadera joya de este monasterio. Se trata de la biblioteca monástica más larga del mundo, alcanzando su sala principal una longitud de 70 metros de largo. Sin embargo, más allá de sus dimensiones, lo que impresiona en la Biblioteca de Admont es su preciosa arquitectura y ornamentación, llevada a término a principios del siglo XVIII por Josef Hueber, Josef Stammel y Martino Altomonte (responsable de la decoración pictórica).
La gran sala de la biblioteca de Admont está dividida, en cierta manera, en tres espacios. El central, donde donde se ubica la cúpula central, es el más alto de todos, llegando a los 12.7 metros de altura. A ambos lados de este espacio central se abren dos cámaras laterales.
Las estanterías de la biblioteca ocupan dos pisos y dan cabida a más de 70.000 libros. Entre ellos, muchísimos incunables. Son solo una pequeña parte de la enorme colección de la biblioteca, que alberga más del triple de volúmenes, muchos de los cuales se guardan en otras dependencias. Algo que llama la atención es que las estanterías están pintadas de color blanco, a diferencia de la mayoría de bibliotecas monásticas que hemos visitado, cuyas estanterías conservan el color de sus noble maderas. Más aún, muchos de los libros de la biblioteca están encuadernados también en color blanco, lo que le da una enorme sensación de pulcritud, pero también de amplitud, a este venerable espacio.

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