domingo, 18 de agosto de 2019

Código Hammurabi, las curiosas leyes del primer legislador de la historia.

Hammurabi fue el sexto rey de la Primera Dinastía de Babilonia, originaria de las tribus amorreas asentadas en torno al creciente fértil entre el III-II milenio a. C.   Según la denominada Cronología Media, reinó en la ciudad de Babilonia entre los años 1792-1750 a. C., colocando a esta ciudad en el contexto de la Historia Antigua, gracias a sus grandes dotes como rey conquistador. Con sus conquistas los territorios babilónicos se expandieron a Siria y el sur de Asia Menor, de ahí que la historiografía lo ha colocado como el fundador del Imperio Babilónico.
El Imperio Babilonio en tiempos de Hammurabi
El Imperio Babilonio en tiempos de Hammurabi
Pero si por algún aspecto destaca este personaje es por ser considerado el primer legislador de la historia. Evidentemente debió de haber previos, y seguramente sus leyes se basaban en la recopilación de las más antiguas, pero el hecho de habérnoslas dejado por escrito es suficiente mérito para otorgarle dicho título.
La estela conocida como “Código Hammurabi” fue hallada descontextualizada, de ahí que no conozcamos la ciudad donde fue elaborada, se duda entre la ciudad de Sippar y la propia Babilonia, y tampoco conocemos el lugar donde quedó expuesta. Destacar que fue hallada por un grupo de arqueólogos franceses durante unos trabajos efectuados en la Acrópolis de Susa a principios del siglo XX. Se piensa que fue transportada allí como botín de guerra en torno al año 1200 a. C.
Cuando fue hallada se encontraba partida en tres grandes trozos, de ahí la pérdida de algunas partes de la escritura, además esta miraba hacia abajo. Pero sus descubridores pronto reconocieron que se hallaban frente a una pieza excepcional. En menos de tres meses estaba en Paris, y tras ser reacondicionada fue expuesta en el año 1902 en el Louvre de Paris, donde por cierto sigue recibiendo a los millones de turistas y curiosos que pasan por las instalaciones de dicho museo.
La estela en el Museo del Louvre
La estela en el Museo del Louvre
El Código Hammurabi está escrito en una gran losa de basalto negro en forma de estela, de 2,25 m de altura. La inscripción está elaborada con escritura cuneiforme, en leguaje acadio. En la escena superior se observa al rey babilonio Hammurabi recibiendo las leyes de un Dios sentado. La discusión gira en torno a si este es Marduk, Dios Nacional de Babilonia, o bien Shamash, en este caso el rey sol protector de la justicia para algunos pueblos asentados en torno a Babilonia, la mayoría apunta al segundo. A parte de las curiosas leyes que describiéremos después, en la estela se hallaba un prólogo y un epilogo, ambos sirven para engrandecer la figura del rey babilónico. Destacar, por último, que gracias a la numeración de ciudades que aparecen en dicha estela, su elaboración se atribuye a los últimos años de vida de Hammurabi, que recordemos falleció en torno al año 1750 a. C.

Las leyes del Código Hammurabi.

Sin más preámbulos pasamos a conocer algunas de las curiosas leyes que son un fiel retrato de la sociedad antigua. En primer término, tenemos que señalar que son un total de 282 leyes, aunque debido a la ruptura de la losa en tres partes, las que van de la 67 a la 111 solo aparecen algunas, otras están entrecortadas, y por ultimo algunas ni siquiera aparecen. Se pueden dividir por temáticas, y aunque muchas de ellas son una perfecta síntesis de la “Ley del Talión”, vale la pena acercarse a las mismas para conocer mejor a la sociedad del Antiguo Régimen.
Hammurabi
Hammurabi

De la ley 1 a la 5, la mentira y el falso testimonio tenían castigo.

La ley número 2 es una antesala de las leyes que se impondrán en la posterioridad en la Edad Media, el juicio de la Ordalía, es decir dejar que un ser superior decida lo que se debe hacer con el acusado, estuvo presente en el Código Hammurabi.
2 “Si alguno ha lanzado un maleficio sobre un hombre sin prueba de culpabilidad, el maleficiado se arrojará al río. Si no puede salir, su casa pasa a quien le lanzó el maleficio, pero si el río 10 devuelve inocente, sano y salvo, su enemigo es digno de muerte, y aquél que pasó por la prueba del agua es quien se apoderará de la casa del otro”

De la ley 6 a la 25, el robo.

El robo era una de las grandes vergüenzas para la cultura babilónica, y por lo tanto fuertemente perseguido por las leyes de Hammurabi. Pero es evidente que todo tiene un margen, no es lo mismo que robe un pobre que un rico, la igualdad era algo que en la cultura babilónica no parecía estar “bien vista”.
8 “Si alguno ha robado un buey, carnero, puerco, asno, barca, al templo o al palacio, pagará treinta veces el valor; si se trata de un noble, diez veces el valor, y si no tiene con qué pagar, será culpable de muerte”.

De la ley 26 a la 41, la protección de las posesiones reales.

Hammurabi protegía bien su patrimonio ante sus súbditos. Aunque también encontramos una curiosa ley, por la que podemos deducir que al menos la monarquía servía para intentar evitar la corrupción entre los administradores del reino. No intentemos extrapolar esta ley a hoy día, ya que tendremos el riesgo de caer en una depresión.
34 “Si un gobernador o prefecto se apodera de la propiedad de un oficial, le causa daños o explota sus servicios arrendándoles, lo hace comparecer por la fuerza en justicia o se apodera del sueldo que el rey da a los oficiales, ese gobernador o prefecto merece la muerte”.

De la ley 42 a la 66, la agricultura y la ganadería.

La principal ocupación del mundo antiguo, es decir la agricultura y en menor medida la ganadería que siempre han ido de la mano, también debían estar bien protegidas por las leyes del Código Hammurabi. La ley que os quiero presentar resulta curiosa, en un mundo donde por robar un asno podías acabar en la tumba. Los agricultores y ganaderos estaban protegidos por las leyes ante los posibles abusos de los prestamistas.
48 “Si alguien posee un crédito sobre el arrendatario portador de intereses, cuando la tempestad inunda el campo y arrasa la cosecha o la sequía e impide que el trigo germine, el arrendatario no debe ninguna cantidad de trigo dicho año al acreedor del interés, mojará su tableta y no pagará (en dinero) ningún interés ese año”.
Idílica imagen del agricultura del Creciente fértil
Idílica imagen del agricultura del Creciente fértil

De la ley 67 a la 111, las leyes perdidas.

Como se ha reflejado con anterioridad en este grupo de leyes se han perdido gran parte de ellas, por lo que realmente no se ha encontrado la separación entre dos temas bien diferentes. Por un lado, las leyes referentes a la vivienda, y por otro las que regulaban el comercio, estas últimas, por cierto, otra de las actividades importantes del mundo antiguo. De todas ellas me ha llamado la atención una que regulaba los bares de la antigüedad, que ya podían vigilar bien a su clientela, si no querían acabar mal.
109 “Si en la casa de una vendedora de vino se reúnen rebeldes y se les apresa para conducirlos al palacio del gobernador, aquélla merece ser condenada a muerte”.

De la ley 112 a la 126, los banqueros bien controlados.

Si alguno se piensa que los bancos aparecieron en la Edad Media, con las leyes de Hammurabi le pueden empezar a surgir algunas dudas, evidentemente sus servicios son bastante diferentes, pero no tan alejados a los de la Edad Media. Ahora bien, al leer la ley que os voy a presentar, lo primero que se viene a la cabeza, es que hace 4000 años los banqueros tampoco eran de fiar.
122 “Si alguien desea colocar en depósito plata, oro o cualquier otra cosa, deberá poner en conocimiento de testigos el objeto del depósito y fijar las obligaciones, y sólo entonces podrá efectuar el depósito”.

De la ley 127 a las 194, las relaciones personales.

Como podemos deducir por su número, las relaciones entre las personas ocupan gran parte del Código de Hammurabi. Tras leerlas podemos sacar varias conclusiones, una de ellas las complicaciones que podían surgir en caso de cometer adulterio.
129 “Si una mujer casada ha sido sorprendida durmiendo con otro, se les atará juntos y se les arrojará al agua, a no ser que el marido le dé cuartel o el rey a su servidor”.
Recreación de un juicio ante Hammurabi
Recreación de un juicio ante Hammurabi

De la ley 195 a la 214, la ley del talión en su máxima expresión.

Ojo por ojo, diente por diente o miembro por miembro, es decir la ley del talión en estado puro. Pero eso sí, sin olvidar la condición social del individuo, de ahí que la sociedad esclavista queda totalmente dibujada en las dos leyes siguientes.
204 “Si un noble pega en la cabeza a un noble, pagará diez sicles de plata”.
205 “Si un esclavo golpea en la cabeza a un hombre libre, se le cortará una oreja”.
Haciendo los correspondientes cálculos, una oreja valía diez siscles de plata. Además, el Código Hammurabi también tenía escondidas leyes de protección a las embarazadas, con penas un poco ridículas. Y contando con la aplicación de la correspondiente ley del Talión y por supuesto sin olvidar la distinción de clases.
209 “Si alguno golpea a una mujer libre y la hace abortar, pagará por su fruto 10 sicles de plata”.
210 “Si esta mujer muere, se matará a la hija (del agresor)”.
Es decir, si volvemos a hacer cálculos tenía la misma multa un noble que daba un guantazo a otro noble, que individuo que a base de golpes provocaba el aborto de una mujer.

De la ley 215 a la 277, el turno de las otras profesiones.

Si antes nombrábamos la agricultura y la ganadería con sus leyes particulares, el resto de profesiones del Imperio Babilónico también estaban regidas por el Código Hammurabi. Tras leerlas podemos llegar a la conclusión de que no era nada sencillo dedicarse en Babilonia a las profesiones liberales. Para muestra dos ejemplos; el primero referente a los médicos, y el segundo hacia los arquitectos.
219 “Si un médico trata al esclavo de un noble de una enfermedad grave, con el punzón de bronce y lo mata, devolverá esclavo por esclavo”.
229 “Si un arquitecto ha construido una casa para alguien y no la ha hecho sólida, si la casa se derrumba y mata al propietario, este arquitecto merece la muerte”.
La entrega a Hammurabi de las leyes de Mesopotamia
La entrega a Hammurabi de las leyes de Mesopotamia

De la ley 278 a la 282.

Incluso para esto, eran los últimos los esclavos. Una sociedad esclavista como la babilónica tenía que estar reflejada en las leyes, visto lo visto y releyendo el Código Hammurabi, los esclavos en Babilonia tenían una vida muy complicada.
Evidentemente para el que compraba era diferente, ya que incluso los esclavos llegaban con certificado de garantía.
278 “Si alguno ha comprado un esclavo macho o hembra y si éste antes de terminar un mes se ve afligido de una enfermedad, el comprador se lo devolverá al vendedor y recuperará lo que pagó”.
Hasta aquí este breve repaso a algunas de las 282 leyes del Código Hammurabi, sin duda uno de los retratos más fidedigno de las sociedades del mundo antiguo. Os invito que conozcáis en resto en el siguiente enlace: rcsdigital.homestead.com 
Más info:
Breve historia de Babilonia, Juan Luis Montero Fenollós, Ed. Nawtilus, 2012.

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