LA INCREÍBLE HISTORIA DE CÓMO LOS ANTIGUOS MAYAS CONSTRUYERON LA PIRÁMIDE DE CHICHÉN ITZÁ.
Una de las actividades que más disfrutan las personas al viajar a un destino es conocer su historia y las increíbles hazañas que hicieron los antepasados que habitaron el lugar. México es sumamente rica en esta área del turismo, y de ahí que sea conveniente conocer los tesoros ocultos que guardan algunas de sus construcciones, como es el caso de la pirámide de Chichén Itzá.
Chichén Itzá es una de las 7 maravillas del mundo moderno. Se encuentra ubicada en la península de Yucatán, en México, y es una de las construcciones mayas más llamativas que se pueden encontrar a lo largo y ancho de este país de América. Si ya has escuchado hablar sobre las civilizaciones mayas y todos los avances que lograron conquistar aún con su poco acercamiento a la tecnología como la conocemos hoy en día, no te parecerá extraño saber que existen muchos datos curiosos sobre la fundación de Chichén Itzá.
Lo primero, es que debemos recordar que creían en fuerzas sobrenaturales del inframundo y que muchas de sus acciones iban orientadas a obtener el favor de éstos para dos objetivos principales: la protección y una buena cantidad de lluvias para tener cosechas abundantes. De hecho, el significado de Chichén Itzá sería algo como “La boca del pozo de los brujos del agua”, y no es raro que se haya comprobado que, dentro del cenote considerado como sagrado y desde donde se erige esta pirámide, confluyan una gran cantidad de restos de todo tipo: animales, humanos, materiales, entremezclados con piezas de enorme valor cultural y monetario, como las piedras preciosas.
Los datos más relevantes
Los mayas dejaron claras evidencias de que tenían avanzados conocimientos en materia de geometría, astronomía y matemáticas. De hecho, la construcción del Templo de Kukulkán no fue una proyección sin planificar, sino que cada detalle estaba muy bien cuidado. Este templo posee 4 escalinatas colocadas a cada lado de la pirámide. Cada una de ellas dispone de 91 escalones, dando como resultado en la multiplicación un total de 364 escalones, que, sumados a la parte más alta, dan como resultado el número 365, el número de días de su calendario y del nuestro.
Otro dato que es valioso conocer con respecto a este tema, es que debajo de este templo también se encuentra un cenote. Quiere decir que los mayas tuvieron muy en cuenta todos los elementos que confluían en el entorno para desarrollar sus edificaciones. De hecho, los posteriores estudios científicos practicados a su estructura demuestran que existe un cierto nivel de acústica en el área y que este efecto no se refleja con cualquier elemento sin valor, sino que el sonido resultante es parecido al canto de un quetzal.
Los mayas también eran muy organizados en cuanto a los lugares que destinaban a cada actividad, sobre todo cuando ésta estaba encaminada a los sacrificios que organizaban en favor de sus dioses. De ahí que exista una mesa bien entallada y representada con figuras valiosas para ellos, que aportaban la compañía necesaria a cada rito.
Incluso eran buenos deportistas, ya que los mayas practicaban el juego de pelota. Consistía en introducir una pelota hecha con caucho por un agujero que se colocaba en la parte alta de un muro. Aún cuando se trataba de una actividad de entretenimiento, también tenía su cuota espiritual de intervención. Para que los jugadores pudieran alcanzar este objetivo, sólo podían utilizar su cara, rodillas y codos, lo que le daba al deporte mayor complejidad en su práctica. Sin duda, sabían muy bien cómo pasar sus días cargados de trabajo, responsabilidades y también espacios sociales para el disfrute.
Una propiedad de alto valor
Aunque en la actualidad esta construcción está en manos del gobierno regional de México (en Yucatán), no siempre fue así, y parece bastante increíble imaginar que en otros tiempos se haya dado la libertad para que semejante tesoro nacional fuese dejado en manos de un particular. Sin embargo, esto sí ocurrió, y durante el siglo XX toda esta propiedad pasó a manos del millonario estadounidense Herbert Thompson, quien se encargó de estudiar muy a fondo todo lo que allí se encontraba y, por supuesto, de extraer piezas de incalculable valor. Posteriormente, la propiedad sufrió una expropiación por parte del gobierno mexicano, y, en una tercera fase, volvió a manos de los herederos de Thompson, hasta que finalmente su propiedad recayó sobre la actual administración.
De hecho, éstos son los datos más curiosos que se pueden tratar con respecto a esta estructura, y no tanto por el hecho del cambio de dueños en sí, sino por la posible pérdida que se generó de artículos de uso cotidiano en aquella sociedad y que hoy podrían ser unas herramientas bastante útiles para recrear de mejor forma la estructura de vida que llevaban.
El mejor turismo de México
Dentro de los escenarios que los turistas buscan para explorar, Chichén Itzá está ocupando un puesto de honor. Es una de las referencias más importantes en esta materia que existe en todo México y que lleva a considerarse un punto de visita obligatoria al llegar a Cancún y la Riviera Maya. En la actualidad, Chichén Itzá es uno de los sitios turisticos de Mexico más visitados, debido a su importancia cultural e histórica. Las estadísticas arrojan que el número supera el millón de personas y este dato lo convierte en el segundo centro histórico más popular, solo superado por Teotihuacán.
Con todos estos datos, no es de extrañar que la Unesco haya colocado su cuota de reconocimiento a semejante lugar, por lo que en el año 1988 fue declarado Patrimonio de la Humanidad, hecho que aún le añade mucho más valor del que ya reúne por sus características propias.
El lugar existe y las herramientas para llegar hasta él también, pero si deseas conocer más sobre Chichén Itzá y otros destinos turísticos mexicanos, puedes encontrar más información en lanzateyviaja.com.
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