RENACER CULTIRAL

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viernes, 12 de enero de 2018


HISTORIA

Reinas de Egipto

Cleopatra fue la última Reina de Egipto, la más conocida, glamurosa y admirada. Sólo que no era egipcia, era griega. Antes que ella, otras seis mujeres ostentaron la jefatura de este milenario país que tanto nos fascina. Pero, ¿fueron realmente monarcas o sólo consortes? ¿Existieron en realidad o son fruto de la leyenda?

Pocas son las sociedades matriarcales que han existido a lo largo de la historia. Las grandes civilizaciones antiguas (Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma, China, Mesoamericanas) siempre fueron administradas por hombres. Las mujeres tuvieron un papel meramente accesorio y gobernaron en contadas y escasas ocasiones.
En Egipto, a pesar de la igualdad entre hombres y mujeres, dentro de un contexto absolutamente dominado por el género masculino, tampoco fueron muchas las féminas que realmente dirigieron el país. Son conocidas muchas esposas reales, esposas secundarias e, incluso, concubinas de faraones egipcios, sobre todo si fueron madres de herederos, pero tan solo se tienen documentadas siete verdaderas reinas de Egipto.
Estas mujeres se pusieron al frente del país en períodos de crisis o de polémicas sucesiones al trono, ostentando el poder porque no había otro remedio.
La más conocida es, sin duda, Cleopatra VII, la última reina de Egipto. Sus orígenes, sus amantes, su poder, su belleza y su teatral muerte han sido objeto de la imaginería popular hasta límites insospechados.
Novelas y películas la han descrito como una mujer fascinante que embelesaba a los hombres con su belleza. Sin embargo, Plutarco, historiador, ensayista y biógrafo griego (46-120 de nuestra era) en la biografía de Marco Antonio dentro de su obraVidas paralelas, la describe de esta forma:
“Por cuanto se dice, su belleza no era en sí del todo incomparable ni llamaba la atención a simple vista; pero su conversación ejercía un encanto irresistible y la seducción de su palabra, junto con una personalidad fascinante, eran como una espina que se clavaba en el corazón”.
Cleopatra, a pesar de ser reina de Egipto, no era egipcia. Era griega. Su linaje se remontaba a Ptolomeo Lagos, antiguo general de Alejandro Magno que fue nombrado gobernador o sátrapa de Egipto a la muerte de éste en 323 a.C. y que, tras un período de luchas internas entre los herederos del vasto imperio alejandrino, se proclamó rey de Egipto en 305 a.C. Por ello, esta dinastía se llama Ptolemaica o Lágida y no se considera propiamente egipcia, autóctona, sino griega.
Cleopatra VII Filópator (69-30 a.C.) fue nombrada la heredera al trono por su padre Ptolomeo XII. Aún así, según la tradición lágida, su esposo debía ser un hermano, por lo que se casó primero con Ptolomeo XIII y, a la muerte de éste unos años después, con Ptolomeo XIV.
Ptolomeo XIII y Cleopatra estaban en desacuerdo con la política seguir en Egipto, ya que Cleopatra era favorable a la negociación con Roma y su hermano y esposo, no.Cleopatra VII
Cleopatra VII, escultura en el Rosicrucian Egyptian Museum en San Jose, California. Jon Callas
Las confrontaciones entre ambos llevaron a numerosas luchas con Roma, que hicieron que el propio César se personara en Alejandría, la capital de Egipto en ese momento.
Si se presentó ante César dentro de una alfombra enrollada de la que salió Cleopatra, o si llegó en un saco de envolver mantas a hombros de su fiel sirviente Apolodoro, lo dejamos a gusto del lector. Lo que sí es cierto es que César, que tenía 56 años, se sintió fascinado por una joven de 20 años que conocía la literatura griega, sabía de aritmética, geometría, astronomía, medicina, música, historia, ciencias políticas y tenía una especial aptitud para las lenguas. De hecho, fue la única de su dinastía que conoció y habló la lengua egipcia. Fue la más egipcia de los griegos.
A su muerte, Egipto pasó a ser definitivamente provincia romana.
Tenemos que remontarnos hasta la Dinastía XIX (1295-1188 a. C.) en el llamado Reino Nuevo, para encontrarnos con la reina Tausert (1196-1188 a.C.), monarca con la que finaliza esta famosa dinastía donde destacaron Ramsés II y su padre Seti I.
TwosretTausert fue la segunda esposa de Seti II, probablemente con el rango de gran esposa real por haberle dado un heredero al rey. Sin embargo, éste murió joven y fue el hijo de una tercera esposa el que sucedió a Seti II en el trono, Siptah. Este rey, al parecer un niño de corta edad, quedó bajo la tutela de Tausert, que actuó como regente del soberano durante seis años.
En torno a Siptah se especula si fue o no un segundo hijo de Tausert, o si lo fue de la primera esposa de Seti II. En todo caso, su reinado quedó bajo la mano de su madre o madrastra, Tausert.
Siptah era un niño de salud delicada, con una pierna casi inmóvil por padecer, posiblemente, poliomielitis, según se ha podido deducir del estudio de su momia. Quizá por ello, su muerte fue tan prematura, pues solo gobernó durante seis años.
Fue entonces cuando Tausert se proclamó reina-faraón, cargo que ostentó durante dos años. Estos dos años de gobierno en solitario fueron de luchas internas contra un oponente al trono, Setnakht, que finalmente la derrocó en 1188 a.C.
Sobre la figura de Tausert se especuló también con la relación más o menos íntima que pudo tener con un alto cargo egipcio, Bay, del que se dice que era su amante. Amante y cómplice. Según parece, fue él quien impulsó el ascenso al trono del niño enfermo para que Tausert fuera la gobernante de Egipto.
Durante su reinado hizo excavar su tumba en el Valle de los Reyes, la KV14. Nunca llegó a ocuparla, puesto que su sucesor Setnakht la usurpó. No se sabe donde está enterrada. Tanto Tausert como Bay sufrieron una damnatio memoriae, y se creó alrededor de ellos una leyenda negra, donde Tausert era la malvada reina que ponía en el trono a su amante.
No era la primera vez que esto sucedía en Egipto. Otras dos reinas sufrieron también el borrado de la memoria: Nefertiti (1370-1330 a.C.) y Hatshepsut (1510-1468 a.C.).
¿Quién no conoce a NefertitiLa bella ha llegado, significa su nombre. Y así parece ser, a juzgar por el busto tan famoso que se conserva de ella en el museo Egipcio de Berlín. Pero además de su belleza, tuvo una gran influencia política. Gran esposa real de Amenhotep IV, el faraón hereje, fue posteriormente y con toda seguridad reina de Egipto con otro nombre.Busto de Nerfertiti en el Museo Egipcio de Berlín. Oskari Okko Ojala
Busto de Nerfertiti en el Museo Egipcio de Berlín. Oskari Okko Ojala
Hija de un alto funcionario llamado Ay (que sería unos años después el sucesor de Tutankhamon) y de madre indeterminada, se casó con Amenhotep IV (1352-1338) y con él tuvo seis hijas. La tercera de ellas se casaría con Tutankhamon.
El paso más importante en la carrera de Nefertiti sucedió cuando Amenhotep IV cambió la política religiosa de Egipto, eliminando el culto a todos los dioses, excepto a Atón, el disco solar del cielo. Este rey cambió su nombre por el de Akhenaton (lo que es bueno a Aton) e hizo construir una nueva capital, Akhetaton (el horizonte de Aton), en lo que es la actual Amarna. El cambio de nombre se produjo en el año 5 de su reinado, momento en el cual también Nefertiti cambió su nombre por el de Nefernefruaton Nefertiti, pasando a ser una verdadera reina, no tan solo una gran esposa real, teniendo el mismo rango que el rey y actuando como corregente.
Así lo demuestran relieves donde se ve a Nefertiti empuñando una espada u oficiando sola, labores destinadas únicamente al soberano de Egipto. También aparece representada sentada en un trono de igual tamaño que el de Akhetaton y con la misma altura.
Tras Akhetaton reinó el famoso Tutankhamon. Pero existe un período entre la muerte del primero y el ascenso al trono del segundo que permanece todavía bajo estudio.
Se tiene constancia un rey llamado Smenkhara, documentado en los cartuchos reales, cuyo reinado se discute; algunos investigadores lo hacen corregente de Akhetaton y otros lo hacen rey durante un período de dos años entre éste y Tutankhamon. Algunos investigadores dicen que este Smenkhara era en realidad Nefertiti, que cambió su nombre para gobernar. Pero esto no está demostrado; esta especulación se produce porque tras el decimocuarto año del reinado de Akenaton, se pierde la pista de Nefertiti; su nombre no aparece como tal en relieves ni documentos.
Sin embargo sí que aparece el nombre de la reina Nefernefruaton Nefertiti con su nombre de entronización, Ankh-kheperu-ra y, además, como corregente de Tutankhamon. Es decir, que con toda probabilidad Nefertiti fue la corregente de dos reyes, Akhetaton y Tutankhamon. La razón de esta segunda corregencia no nos sería desconocida. El rey que se entronizó era un niño de corta edad que necesitaría con toda seguridad apoyo para la legitimidad al trono.
No se sabe cuando murió Nefertiti, ni donde está su tumba y algunas investigaciones sobre la autenticidad de su momia no están verificadas totalmente.
Tras la muerte de Akhetaton y la desaparición de Nefertiti, los sucesores quisieron borrar una etapa de su historia, borrando los rostros y los nombres de estos dos gobernantes revolucionarios.
Sobre Hatshepsut podéis consultar este artículo escrito por mí en esta misma publicación donde se habla de su vida y de su obra arquitectónica más famosa, el Templo de Deir el- Bahari.
Tan solo recordar que gobernó durante un período de incertidumbres sucesorias, primero como regente y luego como reina-faraón. Y que a su muerte, sufrió ladamnatio memoriae y el desprecio y rechazo de los sucesores, adjudicándole un posible amante en la figura de Senenmut, su arquitecto y tutor de su hija.
Dejamos atrás el Reino Nuevo y nos adentramos en el Reino Medio para encontrarnos con Sobekneferure (1790-1785), la última reina de la Dinastía XII y de esta etapa, que daría paso al Segundo Periodo Intermedio (1785-1552 a.C).
Su nombre significa la bella de Sobek, dios cocodrilo venerado en esta Dinastía XII, y también se la conoce como Neferusobek. Poco más se sabe de ella. Pudo ser hija de Amenemhat III, hermana y esposa de su sucesor, Amenemhat IV, o nada de ello. Sí se sabe que fue reina-faraón tras este último, porque su reinado está documentado por Manetón; por los bustos que se han encontrado con su nombre y que tienen las vestiduras reales: faldellín y tocado; y porque en el papiro de Turín se dice que gobernó durante tres años, diez meses y veinticuatro días.450px-Louvre_0320O7_01
Busto de Sobekneferure en el Museo de El Louvre, París. Sebi
Se le atribuye la construcción de algunas edificaciones del laberinto de Hawara, llamado así por Herodoto y que en realidad era el complejo funerario del rey Amenemhat III, ubicado en el área de el-Fayum.
Se desconoce dónde está enterrada, aunque es posible que sea en la pirámide norte de Mazghuna, junto a la de Amenemhat IV, al sur de Dashur. Aunque no está confirmado que estas dos pirámides pertenezcan a estos reyes.
Su reinado tuvo lugar antes de la invasión de los hiksos, el inicio del Segundo Período Intermedio y de la división del país en varias zonas gobernadas por dinastías coetáneas con sede en diferentes capitales.
Es en el Reino Antiguo (2700-2200 a.C.) donde la leyenda cobra más fuerza. Dos reinas, Nitocris y Merit-Neit, aparecen entre realidad y ficción y su existencia es objeto de las más diversas teorías.
No hay pruebas arqueológicas de la existencia de Nitocris (2193-2191 a.C.); tan solo referencias escritas en el Papiro de Turín, en la Historia de Herodoto y en los epítomes de Maneton transcritos por Julio Africano y por Eusebio. De hecho, es la primera mujer que aparece como reina-faraón en el Papiro de Turín con el nombre egipcio de Nit-Ikert.
Esta reina gobernó posiblemente entre seis y doce años, aunque en los listados ramésidas de reyes solo consta un reinado de dos años.
Los griegos Herodoto y Eusebio la describen como una mujer muy bella, rubia y de tez clara: “Hay una mujer que reinó: Nitocris, la más noble y la más bella de las mujeres de su tiempo; era de complexión rubia y se dice que erigió la tercera pirámide” (Maneton, según Eusebio).
En cuanto al cabello rubio, que la haría extranjera, pudo ser debido a la moda egipcia del uso de pelucas; en el Reino Antiguo estaban de moda las pelucas rubias en las mujeres. La tercera pirámide es la de Menkaura (Micerinos, en griego), pero esto no es posible; quizá hiciera alguna restauración en su complejo funerario o alguna pequeña edificación.
La realidad es que se desconocen todos los aspectos de su reinado, lo que ha llevado a numerosas suposiciones y leyendas. Una de ellas, que Nitocris fue en realidad una cortesana llamada Rhadope; otra, que urdió una venganza contra los asesinos de su hermano, ahogándolos en el Nilo, y después se suicidó. También circula la leyenda de que hay un fantasma de mujer que recorre la meseta de Gizah y que vela por la pirámide de Khafra (Kefren) y que es esta reina.
Se duda incluso de que existiera; y, si existió, que fuera una mujer. Existen investigaciones que dicen que hay un error de transcripción y que en realidad el nombre que es Nit-Iker, de género masculino. En femenino sería Nit-Ikert; la “t” final indica el género femenino en la lengua egipcia.
Lo que sí puede ser cierto, como en casos anteriores, es que reinara en un momento de transición política; en el fin del Reino Antiguo que dio paso al Primer Periodo Intermedio (2190-2052 a.C.), una época en la que Egipto se disgregó y fue gobernado localmente por los nomarcas (gobernadores) de los diferentes nomos (regiones administrativas).
Seguimos en el Reino Antiguo, pero en la Dinastía I, esa en la que reinó el legendario rey Escorpión, para conocer a la que fuera la primera reina-faraón del antiguo Egipto,Meryt-Neit (3055 a.C.). Al contrario que con Nitocris, en un principio se pensó que se trataba de un rey, de nombre Mery-Neit, pero en el año 1954 se desveló que se trataba, efectivamente, de una mujer. Este descubrimiento lo realizó Walter Brian Emery, arqueólogo inglés, contradiciendo lo descubierto por su colega Sir William Matthew Flinders Petrie en 1900.
Se tiene constancia arqueológica de su existencia, puesto que se menciona su nombre en la Piedra de Palermo como madre del rey Den y en numerosos objetos y sellos reales de Abidos y Saqqara. También tenemos su tumba, una gran mastaba en la necrópolis real de Saqqara, donde su hijo Den la sepultó. Tanto la mención en la Piedra de Palermo como el enterramiento en un cementerio real indicarían que fue una auténtica reina-faraón.Merneith_stele
Detalle de una estela de la reina Meryt-Neit en el Museo Egipcio de El Cairo. Juan R. Lazaro
Antes de ocupar el trono, Merit-Neit debió ser la gran esposa real del rey Djer (3100-3055 a.C.) y la madre de los dos hijos de éste que fueron posteriormente reyes de Egipto: Djet (o Uadyi, 3055-3050 a.C.) y Den (o Udimu, 3050-2995 a.C.). Las circunstancias de su llegada al poder podrían deberse a la corta edad de Djet, actuando de corregente hasta que éste tuviera la suficiente edad como para gobernar en solitario. Cuestión que pudo hacerse difícil por el escaso tiempo de reinado de Djet, cinco años, durante los cuales pudo ejercer como soberana absoluta de Egipto. Claro que este punto no está demostrado, ya que las pruebas arqueológicas no nos dan ninguna prueba fehaciente.
Lo que sí parece cierto es que ella, Meryt-Neit, fue la primera reina-faraón del antiguo Egipto.
Para saber más…

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