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domingo, 9 de junio de 2019

La insurrección de Boca de Nigua ll‏


Por Marcos Taveras

Pinto, en “Boca Nigua’s black insurrection in Spanish Santo Domingo, 1796”, muestra dos factores causales externos de la insurrección, (1) la publicación del Tratado de Basilea, que no solo puso fin a la soberanía española en la isla, y también significó la destrucción del cordón sanitario creado por Joaquín García, para defender al territorio dominicano de las ideas subversivas francesas, y (2) la propaganda abolicionista realizada en Santo Domingo por Etienne Laveaux, Capitán General de Saint Domingue, cuya comisión ejecutiva fue expulsada de la capital por Joaquín García.


 Pero ya el mal estaba hecho, pues durante el viaje lograron persuadir a los esclavos de las plantaciones por las que pasaban a alzarse en rebelión contra sus amos. También señala Pinto otras dos insurrecciones durante la primavera de 1795. Una de ellas en Samaná, “instigada por tres agentes secretos franceses que trataron de sacar ventaja del reciente fallecimiento del gobernador de la ciudad, imponiendo la abolición de la esclavitud y causando una revuelta de los esclavos negros.” La otra, de características similares, en Hincha. En estos casos, los agentes franceses y los esclavos insurrectos fueron apresados, llevados a la capital, juzgados y condenados a penas ejemplarizadoras.

Además de los factores causales externos, Pinto identifica como causas inmediatas de la insurrección en Boca de Nigua las muertes de dos esclavos dentro del ingenio: el suicidio del esclavo Benito después de haber sido cruelmente azotado bajo falsa acusación de haber robado una pipa de ron, y la muerte del esclavo Francisco en la enfermería de la plantación, en medio de rumores de haber sido envenenado por el médico, eventos que hicieron pensar que la tiranía de los hacendados había llegado demasiado lejos.

 El padrino de ambos muertos, Francisco Sopo planeó la insurrección para ser ejecutada el 30 de octubre para vengar las muertes, según menciona Pinto, para mostrar la oposición general de los esclavos a los abusos de los hacendados, por la supresión del castigo físico, por el mejoramiento de la atención médica, y por la preservación de los días de asueto semanal. Sin embargo, en Boca de Nigua y otros ingenios, también habían esclavos cuyas condiciones de vida eran mejores, y éstos no buscaron mejores condiciones, sino la implantación de derechos universales igualitarios para todos.

Para dar inicio a la insurrección, Francisco Sopo robó el arsenal que al ingenio había enviado el gobierno colonial, para que pudiera defenderse de ataques de corsarios ingleses y franceses, y distribuyó las armas entre sus principales colaboradores, entre ellos, Antonio Carretero, Pedro Viejo, Tomás Aguirre, y Ana María, la consorte de Carretero. Continuará.

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