lunes, 14 de diciembre de 2015

Perfil Biográfico e Histórico de Álvaro de Castro

Perfil Biográfico e Histórico de Álvaro de Castro
Álvaro de Castro, Personaje Controversial y Polémico
Primera  Parte
Fuente; Discurso pronunciado en el ingreso a la Academia Dominicana de la Historia, del miembro numerario electo para el sillón  E. Prof. Dr. Carlos Dobal, publicado por la Revista CLIO Núm. 144, año LVI, Enero-Diciembre 1987, Santo Domingo, Pág. 124 al 154.
Este personaje, uno de los más mencionados  de  todos los  que incidieron en la ciudad de la Concepción, principalmente el nombre de Álvaro de Castro, suele ser temas de muchas discusiones en tiempo del Carnaval Vegano,  ya que   al  verse envuelto en  un asunto de índole religioso por  éste realizar comparsa de moros y cristianos en fiestas de las carnestolendas
Un hombre no ordinario, contradictorio, con  un bance tanto negativo como  positivo, pudiendo catalogarse como extraordinario  adelantado a la época en  que le toco vivir, un personaje controversial en los albores de la historia dominicana, hoy nos preguntamos fue Álvaro de Castro, una  especie de monje o demonio.
Es preciso juzgar a este polémico personaje siempre como producto de su época, un hombre del renacimiento inclinado hacia un cristianismo de cruda rigidez medieval, concebido bajo la fe y la crueldad  con un positivismo económico, caracterizado por  el mercantilismo rampante,  en los albores de  un  mundo moderno´
Nace en la Villa  de Abarca, en Palencia. Castilla La Vieja, en fecha cercana al descubrimiento de América, procedente de una familia de labradores, vasallos de Don Diego  Osorio. No  teniendo su familia de  estirpe ni hidalguía. Labro la tierra,
Álvaro de Castro tuvo inquietudes intelectuales, siendo muy joven y calavera fue estudiante  y se le conoció con nombre de “Bachiller” título que le quedo por  todo la vida, sin habérselo ganado en ninguna  institución universitaria.
Gran aficionado a la “bandurria” y a las rondas nocturnas, frecuentador de mujeres de la vida fácil y de dueña consecuentes, en el día era  despensero de un canónigo de apellido Guzmán. Por medio de éste  se relaciona con Pedro  Suarez de Deza, quien a la postre  fuera designado Obispo de la Concepción de La Vega. Pedro  Suarez de Deza, era sobrino del Arzobispo de Sevilla,  fray  Diego de Deza, y por esta  condición consiguió  su obispado en la Isla Española. Fray  Diego de Deza, había sido tutor del infante Juan, hijo de los Reyes Católicos, y sucesor de Torquemada como gran Inquisidor. Deza provenía de una estirpe gallega establecida en  Castilla. El cual había protegido a Colón, en su búsqueda de ayuda para realizar  su empresa
Como llega Álvaro de Castro, a la isla,  al ser designado Obispo de la Concepción de La Vega, Pedro  Suarez de Deza, lo  trae como  canónigo, la vida   de estos dos personajes están  muy  ligadas. Con esa designación  Pedro  Suarez de Deza, pensó  que  iniciaba una carrera llena de peligros e inseguridades, decidiendo   hacerse acompañar  por una persona decidida,  fuerte  y ambiciosa, por  lo que convenció al canónigo Guzmán para que le cediera su despensero
A pesar de su gusto por la vida bohemia,  siempre estuvo inclinado a la carrera eclesiástica, siempre usaba “loba” una especie de sotana, siendo  un estudiante. Esto da una luz sobre las a sorprendentes actuaciones posteriores del canónigo Álvaro de Castro, embarcado a Santo Domingo,  junto  con el Obispo Pedro  Suarez de Deza, quien le concedió órdenes sagradas menores. Ya entre los años de 1513 a 1520 fuera ordenado sacerdote. Ofició esta ceremonia el Obispo de San Juan Puerto Rico, don Alonso Manso y a este efecto viajo  Álvaro de Castro, a la isla de Borinquén
Siendo dignado por el prelado de Puerto Rico, como fiscal del Santo Oficio, y el 24 de diciembre de 1524,  el Consejo Supremo d la Inquisición, al asignar sueldo a los funcionarios del Primer Tribunal  del Santo Oficio, asigno al fiscal  Álvaro de Castro, Deán de la          Catedral de La Vega, 200 ducados de oro de sueldo. Éste sustituyo en el Santo Oficio al reverendo Marcos de Aguilar.
Ha que hacer notar que los grandes protectores de éste personaje fueron  el Arzobispo de Sevilla, fray Diego de Deza y su sobrino Obispo de Palencia y de la Concepción de La Vega, Pedro  Suarez de Deza,
Para el 6 de marzo de  1525, Carlos V, lo hace su capellán,  en un documento  que dice; “al  muy reverendo señor bachiller Álvaro de Castro, Deán de la Iglesia de la Concepción de la Isla Española”. “lo reciban por nuestro Capellán para que gocéis, y os sean guardas, las honras, grandes mercedes, franquezas y prerrogativas inmunidades y las otras cosas de que gozan y se guardan a los otros nuestros capellanes”
Con el objeto de hacer conexiones comerciales con mercaderes italianos establecidos en Sevilla y de  visitar la Corte para obtener prebendas, cargos y honores que le garantizarán inmunidades e impunidades convenientes a sus actividades, el canónigo Álvaro de Castro, hizo más de un   viaje a España. Al retorno de algunos de estos viajes, arribó  a la Isla acompañado  de personal  idóneo para realizar distintas labores productivas y beneficiosas. El primer  viaje fue por el año de 1522, y  en  el 1925 en septiembre solicitó permiso para salir  nuevamente a España. Otra solicitud de permiso fue por el año de 1532.
Durante los años de 1524 a 1526,  fue a Castilla por  segunda vez, durante este viaje visitó la Corte y recibió del rey Don Carlos, el título de Capellán  de Su Majestad, el cual tenia fecha de  6 de marzo de  1525, pero ya el 6de diciembre de  1524, había establecido una capellanía en la iglesia de Santo Domingo, la capellanía fue erigida  a su capellán Álvaro de Castro,  en “ loor ay honor  de Nuestra Señora”
El 1 de diciembre de 1531,  el Cabildo Secular, de Santo Domingo, se dirige “ a la Reina y le dice: “ que el bachiller Álvaro de Castro se le hizo merced real  del beneficio curado y simple de la Catedral para con sus frutos hacer  en la Catedral una capilla del título de Su Majestad y fuese él Capellán Mayor de ella,  pero el Obispo y los Canónigos ni le han admitido por seguir llevando  dichos frutos,  que llevaban más de 20 años; piden facultad para quitar a los canónigos todo lo que en este  tiempo han llevado para que se pueda hacer la capilla”
Este documento arroja  unas series de datos interesantes y sorprendentes. Primer lugar, lo dirige al Cabildo Secular de Santo Domingo, en fragante intromisión en cuestiones del Cabildo Eclesiástico, para favorecer  al canónigo Álvaro de Castro. Segundo lugar, se dirige a la reina y no al rey. Puede pensarse que se trate de Isabel de  Portugal (1503-1539), esposa  del rey Carlos I,  de España V y de  Alemania, pues la reina  doña  Juana llamada La Loca, proclamada en 1504, fue sustituida por Carlos I, en 1517.
Es bueno resaltar que Álvaro de Castro,  en sus acciones  hacia prevalecer el político, el negociador sobre  el prelado y el sacerdote, dentro de un maquiavelismo rampante, de todos los escrúpulos y controles. En 1531 el Obispo don Sebastián Ramírez de Fuenleal visitó  Cotuí y  al ver la riqueza de oro que tenía, promovió que se  hiciese una compañía y uno de los socios fue Álvaro de Castro, canónigo tesorero de la Catedral.
Todos estos y otras cosas más, motivaron que en 1532 se iniciase un proceso contra  Álvaro de Castro Clérigo-Tesorero de la Catedral de Santo Domingo (Archivo General de Indias. Justica 30, Santo Domingo, año 1532). Este proceso, incoado por amancebamiento, fue  apelado ante el Rey por  Álvaro de Castro, en 1533.
En la fecha que se inicio el proceso  del polémico clérigo,  el obispo Ramírez de Fuenleal, se encontraba en México, como presidente de la Real Audiencia en esa nación. Sebastián Ramírez de Fuenleal fue el último Obispo  y el primer Arzobispo de Santo Domingo (Luís Escobal. Biografía de la Catedral Primada de las Indias. Ed. Alfa y Omega, 1977, Pág. 92).
La desmedida ambición de Álvaro de Castro, por conseguir cargos eclesiásticos lo llevó a provocar escándalos, en la Corte de Castilla. Otras muchas  mañas usó el canónigo, según testigos eclesiásticos de su época, para obtener prebendas de la Iglesia. Ya que para obtener el deanazgo  de La Vega, al que tuvo que renunciar después por diferencias con los canónigos “dijo que era clérigo de la Diócesis de Palencia y no canónigo de la Concepción (Fray Bartolomé de Las Casas. Obras Escogidas. Tomo III. Historia de Indias- C-2, Pág. 255)
Donde vuelve a verse cómo Álvaro de Castro, trato siempre de dirigir el Cabildo Eclesiástico mediante acuerdo del Cabildo Secular, es en el nombramiento de Hernando de Camargo o Juan Camargo, como Provisor de La Vega. El mismo Álvaro de Castro lo llevó al altar como tal dignidad. Y con él inició  del “Te Deum”, con el desconcierto lógico de todos los canónigos,  
El testigo Macías Montesino, apunta, en relación  con el nombramiento indicado “Desde Santo Domingo, trató  Álvaro de Castro de imponer en La Vega,  como Provisor,  por la Real Audiencia si  el voto del Cabildo de aquella Iglesia,  al clérigo Hernando  de Camargo. Lo hizo Provisor y lo sacó de la sacristía de  dicha Iglesia con Sobrepelliz, cantando en voz alta el “  Te Deum” a la  hora de la misa, estando parte del pueblo en dicha iglesia .
El canónigo Álvaro de Castro, siempre lograba lo que se proponía y para ello contaba con amigos poderosos en altas posiciones, incluyendo en la Real Audiencia y en la Corte. Otro nombramiento que obtuvo por disposición del Rey, fue el de Tesorero de la Iglesia de Santo Domingo, que lo  puso en relación directa con los fondos económicos, que siempre fue su principal obsesión y empeño
El inquisidor Marcos de Aguilar, cuando  partió para Nueve España (México), dejó encargados de la Comisaria de la Inquisición a Álvaro de Castro y al Comendador Mercedario Alonso de Alfaro. A quienes se le acusabas de usar la Inquisición  para sacar dinero y violar los secreto de la institución.
Entres las acusaciones principalmente a Álvaro de Castro fueron:
 1ro.- Que condenó a los vecinos de Santiago en nueve mil maravedís porque habían comido carne durante las  cuatro témporas, que el dinero se le dio a un tal Revega, que iba a Sevilla y que ese dinero hizo aquel una obligación  con una cura de Abarca, pueblo donde nació Álvaro de Castro.
2do.- Que dijo  en puerto Plata, que no se podía decir misa en la iglesia de allí, porque todos estaban excomulgados por  haber comido carne en Cuaresma, que para  volver as decirla debía de pagar dos pesos cada persona
3ro.- Que para levantar las excomuniones y reservas de los vecinos casados de Santiago cuyas esposas estaban en Castilla, sacaba y cobraba a cada vecino, cientos de pesos (a cada diez  y a otros  doce por cada persona). De esto, se quejaba el párroco de Santiago y mencionado, Martin Cortes de Liaño.
4to.- Que en un  caso en que se hizo preso a Gil del Pozo, por  haberse echado con la hija del vecino de Santiago, Hernando López de Herrera, se  violó el secreto de la Inquisición con gravísimo escándalo
5to.- Que fue castigada excesivamente Ana de Rivera, con cincuenta azotes y la pasearon en un asno por la villa de Santiago, con la lengua amordazada, pues ella misma, ingenuamente se acuso de blasfemias. Ella era una mujer casada y cristiana vieja. Recogía peregrinos en  su casa. Pero era considerada mujer de amores. Ana de Rivera decía ´´ pecadora  de mí que no sé  como me han  hecho esto, cuando yo había ido a decir mi pecado en tiempo de gracia´´
6to.-Que el Chantre de la Concepción de La Vega, Millán Gutiérrez, fue a Santo Domingo, a nombre de su iglesia a denunciar que Álvaro de Castro, no era Juez ni Inquisidor y que  en voz de tal, agraviada a  todos en la Concepción. Esto enfureció a Álvaro de Castro, quien invocando su condición de Fiscal de la Inquisición prendió a Chantre y lo descomulgo, a  causa de lo cual murió el pobre  hombre.
Por este escándalo, el canónigo Cristóbal de Deza, sobrino del Obispo, en calidad de Provisor nombrado por el Cabildo Eclesiástico, sede vacante prendió a Álvaro de Castro, dándole  por prisión  su casa so pena de excomunión y de mil pesos de multa para obra de la iglesia, si salía de su casa, por sus pies… Álvaro de Castro, se hizo sacar en las espaldas de sus negros de confianza para no violar la orden y no salir por sus pies. Y huyo a Santo Domingo, donde volvió con un  acuerdo de la Audiencia Nombrado Provisor al Clérigo Hernando o Juan de Camargo.
Todo parece indicar, por  documentos testimoniales de la  época,  que el canónigo Álvaro de Castro sentía un amor  tan  desordenado  al dinero que no paraba en escrúpulos  para conseguirlo. Así  tenemos que, en distintas oportunidades y momentos, demostró abiertamente su pasión  por los bienes temporales. Debemos espigar en sus  hechos para tener una opinión documentada sobre  esta característica de este controversial eclesiástico.
Tres hechos violentos protagonizados por  el famoso canónigo, explicado someramente las circunstancias que los rodearon. el menos grave y terminar con el más grave que fue, indudablemente, un  delito cuya justificación nos parece imposible si los hechos contados por  los testigos, son verídicos. Antes de enfrascarnos en las narraciones mencionadas, es importante  dar visión de la persona y costumbres  de Álvaro de Castro.  Se dice  que físicamente, debió ser un hombre de recia  condición y de carácter difícil que no le permitía  habitar con los demás Beneficiados. Usaba barba y no  vestía  de clérigo porque, esta tierra da mandaba  otra ropa,  Iba usualmente  a caballo  y en  hábito de lego con lanza  y otras armas. Se  hacía acompañar   de una hueste de esclavos negros de su confianza y  bien armando.
Se dice de él, ser un excelente jinete que  siempre  competía  en Santiago el día del Patrón en escaramuzas, y  en juego de Moros y cristianos, de La Vega. Y también que manejaba con habilidad la espada y la ballesta. Su traje normal era mezcla de comerciante y clérigo: “un capote y un bonete colorados. También  en esto, violentaba los colores  permitidos a los clérigos de América que exceptuaban el rojo, el verde y el amarillo por considerarse deshonestos”.
El porte de armas como lanzas y espadas y su traslado siempre a caballo lo justificaba  don Álvaro de Castro, como necesarios para su protección personal y la de los obispos,  a los  que siempre acompañaba.
Los tres hechos violentos mencionados anteriormente, de los que fue protagonista el inquieto  eclesiástico. Aquellos que hemos elegido, cuidadosamente, por considerar que retratan de un modo cabal, el carácter de Álvaro de Castro.
Caso primero…… En el año 1518, afirma el canónigo Cristóbal de Deza, sobrino del arzobispo ´Pedro Suárez de Deza, “un llamado Alonso Martín,  que   había sido vaquero de  Álvaro de Castro, puso a éste una demanda de cobro de pesos, ante el Provisor que  era  Cristóbal Salcedo. El Provisor condenó a  Álvaro de Castro a pagar  lo que debía.
Alonso Martín se fue de La Vega y puso  una venta llamada venta del Castillo, en el camino que va a Santiago. Un día, en que pasaba por allí de  Álvaro de Castro con Pedro Palomo, barbero de La Vega, y un tal Gamarra, vio el ventero Martín, a Álvaro de Castro; y dirigiéndose a él le dijo; “<< En hora buena Vuestra Merced que mucho me huelgo en hacerle servicio en mi casa”>>.  Álvaro de Castro le respondió; “ yo no me huelgo en eso”. Y apeándose  del caballo, echó mano a su espada, alfanje o puñal que traía e habría dado con el  dicho Martín que le habría rompido cuero y carne e salió mucha sangre, lo cual este  testigo oyó  decir al  dicho Pedro Palomo que iba allí. Que el mismo Martín le mostró las heridas  tres años después. Que él Deza le dijo  que se quejara y que él  le dijo que se había quejado  al Obispo de  San Juan, como inquisidor “ e que lo trataron muy mal  de palabra e que no osó más quejarse

Caso segundo……

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