sábado, 19 de mayo de 2018

La hermosa Djemila en Argelia, la patria del Emperador Septimio Severo.

Varias fueron  las joyas que nos dejó el emperador Septimio Severo en su tierra natal. El primer emperador de Roma nacido en África, fue uno de los principales culpables de que Leptis Magna, su ciudad natal, y Djemila, se convirtieran en dos de las más bellas ciudades de todo el Imperio Romano.
Hoy nos dirigiremos a la segunda de ellas, Djemila la “hermosa” en árabe, es una pequeña población situada en las montañas de Argelia, que contiene el yacimiento arqueológico de Cuicul, nombre este de la antigua ciudad romana.

La historia de Cuicul.

Su fundación, podemos decir, que no es muy diferente a la de otras ciudades romanas del norte de África. La necesidad de protección del limes africano llevó a los diferentes emperadores a la construcción de este tipo de ciudades, que además servían para acomodar a los legionarios más veteranos.
En el caso de Cuicul su fundación corrió a cargo del Emperador Nerva, en los escasos dos años (96-98 dc.), en que se mantuvo en el poder. El lugar elegido una colina a 900 metros sobre el nivel del mar, con una magnifica visión y fácil defensa. Además su posición estratégica, en un verdadero cruce de caminos este-oeste y norte-sur, le permitía controlar las rutas entre el mediterráneo y el desierto. La ciudad fue creciendo con el tiempo y hoy día se observan perfectamente las diferentes ampliaciones. Por lo que es recomendable hacer una visita cronológica al yacimiento para intentar conocerlo mejor.

La ciudad en tiempo de los emperadores Antoninos (96-192)

Como ya hemos comentado Cuicul no fue una excepción, su trazado fue el clásico en este tipo de ciudades fundadas ex-novo, es decir una retícula en forma de damero. El cardo máximo entraba en la ciudad a través de la calzada que unía la nueva ciudad con Lambaesis, el campamento militar de la III Legión Augusta. Hoy día todavía se pueden observar los pilares que aguantaban los soportales, y que servían de refugio a los transeúntes. El lugar donde la anterior vía principal se cruzaba con el decumanos máximo, fue el lugar elegido para la construcción de un gran forode 2000 m2. Por supuesto alrededor del cual se instalaron los edificios principales de la ciudad.
En ambos extremos del foro encontramos la zona religiosa de la ciudad vieja. El capitolio, que se construyó en la parte norte, debió ser uno de los edificios más grandes de estos primeros años de la ciudad, sus columnas median más de 14 metros de altura. De planta cuadrada y con unas escaleras de acceso delante de las cuales se conserva el altar de sacrificios. Por otro lado, en la parte sur del foro encontramos el Tempo de Venus Genetrix, la diosa de la maternidad y el hogar. Este culto fue instaurado en Roma en tiempos de Julio César, readaptando la Venus griega del amor y la belleza, destacar que era un templo más pequeño que el anterior, aunque hoy día mejor conservado.
Alrededor del foro también encontramos el resto de edificios públicos. Podemos comenzar con La Curia, edificio destinado a la gestión del municipio, del cual solo ha quedado la planta del mismo, en la cual se observa un mármol de color rojizo. El lugar donde se impartía la justicia era La Basílica, se trataba de otro de los grandes edificios del foro con más de 500 m2, de este sí que ha quedado constancia de su fecha de construcción, durante la época del emperador Lucio Vero (161-169dC.)
Cardo Máximo
Templo de Venus Genetrix

La ampliación de la ciudad.

El rápido crecimiento de Cuicul queda atestiguado, por un lado con la construcción de grandes casas privadas, que dejaron suntuosos mosaicos, y por otro por las primeras construcciones públicas extramuros, concretamente por la zona sur de la muralla.
La primera de estas nuevas construcciones públicas fue un teatro romano. El inicio de su construcción data de los tiempos del emperador Marco Aurelio (161-180). Dicho teatro podía acoger unas 3.000 personas, las cuales accedían al mismo mediante unas galerías cubiertas, ya que para su construcción se aprovechó la pendiente de la colina.
Tras la llegada al poder del emperador Cómodo (177-192) se inicia la construcción de las termas mayores de la ciudad, mayores por qué ya existían algunas más pequeñas anexas al primer foro de la misma. Las nuevas termas ocupaban una superficie de más de 2.600 m2, con las diferentes saunas, gimnasios o baños, al edificio principal se adosó una gran terraza que debía contener las vistas más bonitas de la ciudad.
Esos 2600 m2 se quedaron pequeños ante la grandiosidad de la domus erigida a su lado de montaña. La Casa de Baco, como se le conoce en la actualidad gracias al hallazgo de un mosaico del Dios del vino, contaba con 7000 m2, en los cuales se construyeron varios peristilos y jardines. Sin duda la máxima expresión de poder que tuvieron las élites locales de esta provincia romana, dedicada principalmente al comercio de materias primas.
La bajada de la ciudad viaja a la ciudad Nueva
Termas Mayores
Teatro

Cuicul tras la llegada de los Severos (193-235).

Tras el problemático año 193 cuando hasta cinco emperadores mantuvieron el poder, Septimio Severo se convirtió en el primer emperador africano de Roma. Evidentemente este aspecto repercutirá en Cuicul, que acabará de convertirse en una de las principales ciudades norteafricanas del Imperio romano.
Para gestionar urbanísticamente el espacio extramuros, tras destruir la muralla sur, se construyó una gran plaza que podemos denominar Plaza de los Severos. Está tenía 3200 m2, era atravesada por el cardo máximo que comunicaba la ciudad antigua con la nueva, y con las termas recién construidas. Toda rodeada de columnas que sostenían un pórtico y con los habituales recintos públicos, entre ellos destacar una tribuna que a buen seguro sirvió para realizar los consabidos discursos de los oradores. También podemos añadir las estructuras de un pequeño mercado y algunas letrinas públicas, todo ello junto a las dos construcciones que presentaremos a continuación, marcan la importancia de la nueva ciudad respecto a la antigua.
Gran plaza de los Severos
Letrinas públicas

El Arco de Caracalla.

Hoy día el monumento más representativo de este yacimiento. Dicho arco servía de entrada a la ciudad, directamente a la plaza de los Severos, a los viajeros que procedían de Serif, otra de las grandes ciudades romanas norteafricanas, y por cierto fundada al unísono con Cuicul. Fue levantado en el año 216, es decir a finales del mandato de Caracalla, en honor al emperador, a su padre Septimio Severo, y a su madre Julia Domna.

El Templo Septimiano.

En el año 229 el último de los emperadores severos, Alejandro Severo, decide la construcción del templo que debía deificar a la familia de los Severos. Esta última y denominada Gens Septimania, que procedía de la cercana Leptis Magna, fue la que controló el poder de Roma antes de la llegada de la gran Crisis del siglo III.
El templo se situó es el sudeste de la plaza de los Severos, se accedía al mismo por una gran escalinata de 16 escalones, que le debían conferir un aspecto monumental. La parte delantera tenia columnas corintias de más de 10 metros de altura, y en la puerta de entrada se colocó las esculturas de los progenitores de la dinastía, es decir Septimio Severo y su esposa Julia Domna.

La Gran Crisis del siglo III y la posterior llegada del Cristianismo.

El templo anterior fue la última gran obra de la ciudad romana. El asesinato a manos de sus soldados, de Alejandro Severo en el año 235, sumió al Imperio en un gran caos, dejándolo en manos de inoperantes emperadores, y a expensas de las continuas invasiones tras el abandono de muchas fronteras. La causa fue una enorme crisis económica en todos los aspectos de la sociedad, la cual evidentemente influyó en el desarrollo de Cuicul.
Solo se recupero a principios del siglo IV con la conversión al cristianismo de gran parte de la población. Este aspecto supuso el último impulso constructivo de la ciudad romana. De esta época son algunas de las grandes mansiones decoradas con suntuosos mosaicos, como por ejemplo la Casa de Europa.
El barrio cristiano fue construido al lado de las grandes termas, al menos se construyeron dos iglesias decoradas con mosaicos, un baptisterio para el bautismo de los nuevos fieles, y un amplio local con una distribución de diferentes estancias, posiblemente para alojar a una comunidad religiosa.
Mosaico de una de las iglesias
Museo de Djemila
A pesar de que los vándalos atacan la ciudad por primera vez en el año 431, Cuicul se mantiene bajo el dominio romano hasta el 476, este aspecto es conocido gracias a la localización de una inscripción en una de las iglesias cristianas. Finalmente en el siglo VI y tras un breve paso de los bizantinos, la ciudad queda completamente abandonada.
Hasta el siglo XX, que mediante diversas actuaciones arqueológicas, se pone en valor el yacimiento que podemos ver en la actualidad. Exactamente, hoy día son visitables el yacimiento, y un museo que se localiza en la salida de la ciudad camino del anterior. Como en el caso de Timgad os invito a conocer este enlace sobre la seguridad de viajar a Argelia: sitata
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Tomado de la Fuente;https://caminandoporlahistoria.com/djemila-en-argelia/

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