Palacio del Parlamento Rumano, un edificio superlativo.
En el centro histórico de la capital Bucarest, en Rumania, se encuentra el colosal Palacio del Parlamento, uno de los proyectos de construcción más caros y extravagantes llevado a cabo en el siglo pasado. Considerado como la joya de la corona del ambicioso plan de desarrollo urbano del megalómano dictador rumano Nicolae Ceausescu, y a la vez una vergüenza para sus ciudadanos, el palacio fue construido con un gran coste económico y humano. Para construir el Palacio del Parlamento, el dictador niveló una colina entera y acabó con una quinta parte del centro histórico de Bucarest. El proyecto consumió un tercio del presupuesto de Rumanía durante 5 años. Y a pesar de ser un objeto de desprecio, es la atracción turística más visitada de Bucarest.
El Palacio del Parlamento cuenta con algunos superlativos: es el segundo mayor edificio administrativo en el mundo, después del Pentágono en los Estados Unidos; es el edificio más pesado del mundo; también es el edificio administrativo más caro del mundo, con un coste de 4 mil millones de dólares. El coste de la calefacción y la iluminación eléctrica por sí solos supera los 6 millones de dólares al año, tanto como una ciudad de tamaño medio.
La idea para el Palacio del Parlamento, originalmente llamada “Casa del Pueblo”, se arraigó en la mente de Ceausescu tras una visita al norcoreano Kim Il-sung en 1.972. Impresionado por lo qué su compañero dictador había construido, Ceausescu comenzó a hacer planes para conseguir palacio más lujoso en el mundo, el cual contendría todas las funciones de su estado socialista, además de servir como residencia para él mismo y su esposa. Después de un terremoto devastador en 1.977 y tras las estabilización de Bucarest, Ceausescu aprovechó la oportunidad y decidió reconstruir completamente la ciudad bajo su propio punto de vista.
Para dar cabida a sus masivos planes, Ceaucescu demolió la mayor parte de los barrios históricos de Bucarest, los que incluían más de dos docenas de iglesias, sinagogas, templos, numerosas fábricas y hospitales, además de cientos de casas. Unas 40.000 personas fueron trasladadas por la fuerza. Una quinta parte de centro de Bucarest fue arrasada, incluyendo una colina.
La construcción del propio palacio comenzó en 1.984. Entre 20.000 y 100.000 trabajadores se afanaban en turnos de 24 horas, siete días a la semana. Para financiar el proyecto, Ceausescu asumió una enorme deuda externa que devolvería mediante la exportación de toda la producción agrícola e industrial del país, mientras que el pueblo rumano moría de hambre y el nivel de vida se hundía a un mínimo histórico. Se llegó a confirmar que murieron unas 3.000 personas a causa de la construcción del palacio.
Un joven arquitecto joven Anca Petrescu (nombrado por la BBC como “el peor arquitecto en el mundo“) fue nombrado arquitecto jefe del proyecto. Anca, que tenía 28 años en ese momento, colaboró con otros nueve arquitectos y unos 700 subordinados en el diseño del edificio, que combinaba elementos y motivos de una multitud de fuentes clásicas. El palacio se construyó con 240 metros de largo, 270 metros de ancho y 12 pisos de altura. Hay ocho niveles subterráneos, siendo el último para servir como un búnker antinuclear para la familia de Ceausescu, en caso de una guerra nuclear.
Dentro del palacio hay 1.100 habitaciones con una superficie total de 365.000 metros cuadrados. Se utilizaron 900.000 metros cúbicos de madera, 1 millón de metros cúbicos de mármol y 200.000 metros cuadrados de alfombras tejidas. 3.500 toneladas métricas de cristal se consumieron para crear 480 lámparas de araña.
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