Este hombre caminó por selvas para encontrar un eslabón perdido de la historia.
Cuando el magnate de los restaurantes David Tallichet caminaba por la selva, realizó el descubrimiento de su vida.
Tallichet, un hombre que llevó la cultura al ámbito de los restaurantes, llevó a cabo varias acciones para garantizar que el legado que dejara fuese de importancia histórica. Sin embargo, como resultó ser, su logro más intrigante no tenía nada en común con su profesión. En cambio, Tallichet revivió a los fantasmas entre los muertos cuando hizo el siguiente hallazgo en una remota región del planeta.
David Tallichet ha sido llamado “el padre” por ser un hombre exitoso de negocios que terminó con la industria alimentaria al inaugurar restaurantes con temática polinésica en California.
Tallichet formó parte de las fuerzas armadas antes de iniciar su carrera exitosa. Fue enviado a Europa durante la Segunda Guerra Mundial y en sus inicios voló como copiloto en un Boeing B-17 Flying Fortress (Fortaleza volante).![](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_u-bD3qQZxM1uwPOa0lF0IjzQzX3ReCVKWowB5hWAVmx29YbuGbdbleLNyjgaRa1fgo51DldTYC3fC4A5zcHIgs_F85XAiKoxbgPtIqRGGHMmhyLf5s8dltKJ-D7KWjWbo07Q=s0-d)
Tallichet expandió lentamente su colección de aviones e incluso hizo réplicas de aviones militares. Inició una empresa filial y algunas de sus réplicas fueron utilizadas en películas como en Pearl Harbor.
Pero las aventuras del magnate no se detuvieron hasta ese momento. Tallichet no sólo quería restaurar antiguos aviones. Quería encontrarlos y revivirlos.
Aquí es donde Tallichet y su equipo tuvieron la idea de viajar por un pantano lejano en Papúa Nueva Guinea, una de las regiones más subdesarrolladas de todo el mundo.
Junto a un equipo, Tallichet realizó un viaje agotador por la selva y el pantano. Contaban con años de experiencia y habilidades de supervivencia en las que confiar, pero el equipo no sabía exactamente lo que les esperaba.
Cuando finalmente encontraron lo que habían estado buscando, nos quedamos sin palabras y ellos se fueron festejando.
Volvamos de nuevo por un minuto a 1942 cuando comienza la historia. La Segunda Guerra Mundial estaba en su apogeo. El capitán Fred Eaton y Henry Maynard Harlow ambos del Cuerpo Aéreo del Ejército de los Estados Unidos fueron contratados para una misión secreta y peligrosa.
Los héroes de guerra volaban desde Australia y enfrentaban condiciones peligrosas por parte de la oposición. Enfrentaron a la fortaleza japonesa en Rabaul en Nueva Bretaña y cuando las cosas tomaron un mal giro, se quedaron sin opciones.
La misión cayó en picada al igual que el avión, justo al medio de la jungla de Papúa Nueva Guinea. El equipo de nueve personas se quedó con pocos recursos en terreno hostil y sin muchas esperanzas.
Los hombres abandonaron el bombardero estadounidense B-17E que había recibido varios balazos e iniciaron una caminata en búsqueda de seguridad, una caminata ardua que puso a prueba su fuerza tanto como soldados y como hombres. Durante seis meses, lucharon contra la malaria y el agotamiento por calor al intentar regresar a casa.
Durante el resto de la guerra, los pilotos cumplieron con sus deberes. Mientras tanto, la aeronave perdida seguía en la selva, inaccesible y perfectamente conservada en el pantano.
Nadie sabía lo que le había sucedido al “fantasma del pantano” que permaneció en el lugar durante décadas. La misión no se cumplió y se decía que era el único bombardero B-17E de la época de la Segunda Guerra Mundial que estaba intacto y sin ser retirado… hasta que llegó Tallichet.
Después de que el equipo hizo su primera visita a los restos, permaneció abandonado y solo durante otros ocho meses. Sin embargo, a su regreso, Tallichet no perdió nada de tiempo.
Poco a poco, desmontaron el viejo avión de guerra y llevaron las partes a un barco cercano por medio de un helicóptero para realizar el transporte en el lugar. Pero todo no salió como estaba planeado.
En un momento determinado, el equipo perdió un ala debido a que estaba mal amarrada en las esquinas. Este contratiempo casi fue un desastre y lo hubiese sido sino continuaban
Cuando finalmente completaron el trabajo, el “fantasma del pantano” fue retirado y le dieron un hogar para descansar.
Ahora, la nave descansa sus restos en el Museo de Aviación del Pacífico en Hawái. Su alma permaneció en Papúa Nueva Guinea durante demasiado tiempo, pero su historia sigue viva.
En 2007, Tallichet fue a su último lugar de descanso, pero hizo su contribución al mundo y nos devolvió un pedazo de historia que se creía que estaba perdido para siempre.
[Featured Image: Photo credit: LanaV777 @ Youtube]
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