miércoles, 11 de octubre de 2017

Johannes Cornelisz Verspronck - “Retrato de una niña vestida de azul”
Johannes Cornelisz Verspronck - “Retrato de una niña vestida de azul” (1641, óleo sobre lienzo, 82 x 66 cm, Rijksmuseum, Ámsterdam)
Los retratos siempre han sido un género pictórico para fardar. Muy pocos bolsillos podían permitirse el lujo de pagar...
Johannes Cornelisz Verspronck - “Retrato de una niña vestida de azul” (1641, óleo sobre lienzo, 82 x 66 cm, Rijksmuseum, Ámsterdam)
Los retratos siempre han sido un género pictórico para fardar. Muy pocos bolsillos podían permitirse el lujo de pagar a un artista famoso para que les inmortalizase, y los que podían generalmente reservaban este tipo de encargos para celebrar algún acontecimiento importante, como una boda, por ejemplo. No sabemos quien es esta niña holandesa vestida de azul, pero es evidente que sus padres no debían tener problemas para llegar a fin de mes, no solo por la elegancia de su atuendo, que se supone que es el mejor que tenía (uno siempre se endomingaba para pasar a la posteridad), sino sobre todo por el hecho de que decidiesen retratarla cuando aún era una cría. Johannes Cornelisz Verspronck era, junto con Frans Hals, uno de los mejores retratistas de Haarlem, aunque la forma de pintar de ambos era muy diferente. Las obras de Verspronck son más serias y formales, y su pincelada mucho más definida, menos abocetada que la de Hals. Fijaos en la perfección con la que ha representado el brocado, el encaje, las perlas y los adornos de oro del vestido, o la suavidad del cabello recién cepillado de la chiquilla. Muy pocos artistas de esta época eran capaces de pintar niños que pareciesen niños de verdad, no adultos en miniatura o clones de Chucky el muñeco diabólico. Ese es el encanto que tiene este retrato. A pesar de la solemnidad con la que han querido inmortalizarla sus padres, esta pequeña sigue siendo una niña. El brillo de su mirada, los brillantes coloretes y esa media sonrisa la delatan. 

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