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domingo, 4 de febrero de 2018


LA POLICIA DESAPARECIO AL PERIODISTA Y DIRIGENTE DE IZQUIERDA GUIDO GIL, hace hoy 50 años
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Texto Chichí de Jesús Reyes, para El Nacional.

Este 17 de enero se cumplen 50 años de la desaparición del periodista y abogado Guido Gil Díaz, luego de haber sido detenido en el puente sobre el río Higuamo, en San Pedro de Macorís.

El asesor del desaparecido Sindicato Unido del Central Romana, habría sido detenido por oficiales de la comandancia de la Policía en la provincia Oriental, que lo esperaban en uno de los extremos del puente.

El apresamiento de Gil Díaz fue comunicado al jefe del destacamento Sureste con asiento en La Romana, coronel (luego general) Simón Tadeo Guerrero, y conducido a la estación policial.

Al día siguiente, en horas de la noche, lo trasladaron al cuartel de Higuey en el jeep oficial placa No. 03110. Este cuartel lo comandaba el capitán Casimiro Rey Feli, quien sustituyó en la plaza a Tadeo.

Luego de la divulgación de la desaparición del periodista, Tadeo Guerrero en declaraciones publicadas por el periódico El Caribe vinculó en el caso al propio padre de Gil Díaz, don Elpidio Gil Cáceres, lo que fue rápidamente desmentido por la madre del izquierdista, doña María Katilia Díaz de Gil, quien aseguró que en ningún momento miembros de la familia de Guido han estado en contacto con él, desde el dos de enero cuando salió de su residencia en esta capital.

La señora Díaz de Gil fue entrevistada por El Caribe en su residencia de la calle doctor Delgado, y se le pidió su reacción a la versión dada por el coronel Guerrero, afirmando textualmente: El padre de Guido lo acompañó desde La Romana y en San Pedro de Macorís, Guido se negó a seguir para la capital.

Dijo la madre del periodista que tanto ella como su esposo fueron a La Romana, el 17 de enero de 1967, en busca de su hijo, al informársele que éste había sido detenido y luego libertado.

Doña María narró que al llegar a La Romana le informaron que Guido había salido hacia Santo Domingo, pasando por SPM. En La Romana le dijeron también que Tadeo había dado 24 horas al periodista para que abandonara la ciudad.

Ella y su esposo sufrieron una gran decepción y pena cuando al regresar a Santo Domingo no encontraron a su hijo que imaginaron estaría en esta ciudad.

La madre del desaparecido informó que le habían ofrecido una nueva versión sobre la muerte de su hijo que consistía en que Guido fue detenido en el puente Higuamo, y conducido nuevamente a La Romana y de ahí al cuartel policial de Higüey, donde lo asesinaron.

El cadáver habría sido llevado al viejo cementerio municipal, ubicado en la calle Altagracia esquina Laguna Llana, por Danilo Brito Báez, un dirigente sindical de tendencia ultraderechista.

La señora de Gil dijo que indagó por todas partes sobre el paradero de su hijo, y que en esas actividades se dirigió al Presidente Joaquín Balaguer; al Nuncio de Su Santidad Enmanuel Crarizzio y el jefe policial de entonces Luis Ney Tejeda Alvarez.

Además de los padres de Guido, el coronel Tadeo Guerrero vinculó en la desaparición del abogado y periodista a su compañero de partido Julio César Mota Acosta, quien en un desmentido publicado en El Nacional de fecha 29 de enero de 1967, también rechazó la declaración del comandante policial.

Mota Acosta reveló que estuvo con Gil Díaz cuando éste fue arrestado por primera vez y que lo vio por última ocasión en SPM, antes de su desaparición.

Tadeo Guerrero reaccionó de esta manera: Gil (Guido) está vivo y Mota Acosta es quien sabe de su paradero. Esta es una treta de la clase agitadora que se ha dado a la tarea de obstaculizar la labor del Gobierno para sacar a este país a flote.

Al cumplirse el primer mes del caso del dirigente de izquierda Balaguer, en una información aparecida en El Caribe en fecha seis de febrero de 1967, afirmó que El gobierno no omitirá ningún medio para esclarecer la desaparición del doctor Guido Gil. Hablando desde el Palacio Nacional el mandatario manifestó que la desaparición de este destacado dirigente de la izquierda revolucionaria se está investigando y se dan los pasos que exige la gravedad de ese hecho, sea que se trate de una maniobra destinada a provocar un escándalo, o sea que se trate verdaderamente de un crimen cometido por razones de índole política.

Un espacio pagado publicado en el El Nacional con la firma de 115 periodistas decía: ¿Dónde está el periodista Guido Gil? Está muerto? Está vivo? ¿Permanece secuestrado, quién o quiénes lo secuestran y por qué?

No hay más que una persona para responder estas preguntas, una persona supuesta a tener en sus manos los resortes de la información, y esa persona es el presidente de la República Joaquín Balaguer. Los periodistas que firman este documento reclaman del docor Balaguer esas respuestas y las reclaman después de 55 días de la sospechosa desaparición del periodista.

EL DATO

¿Quién fue?

Oriundo de Moca, donde nació el 12 de junio de 1935, hijo de Elpido Gil y Kaistila Díaz .

Además de periodista fue abogado, graduado en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, militó de manera destacada en el Movimiento Popular Dominicano (MPD). Oriundo de Moca, donde nació el 12 de junio de 1935, trabajó como reportero de los periódicos “La Nación” y “El Caribe”. En su relación con la izquierda fue redactor del periódico del Movimiento Revolucionario 14 de Junio y asesor del Sindicato Unido del Central Romana, además de miembro del Buro Sindical del 14 de Junio y muy vinculado a la organización sindical Foupsa-Cesitrado.

Con tan solo 31 años de edad y una promisoria carrera profesional e intelectual en la que comenzaba a perfilarse como historiador que había publicado “Orígenes y proyecciones de la revolución restauradora”, fue secuestrado y posteriormente. Con este hecho dio inicio a la “moda” de las desapariciones que fueron normas del régimen autoritario.

Al momento de su misterioso apresamiento, Guido Gil era asesor laboral del entonces poderoso "Sindicato Unido de Trabajadores del Central Romana" que activaba en esa empresa, para entonces propiedad de la transnacional Gulf and Western. El central estaba administrado por Teobaldo Rusell, un exiliado cubano que fue acusado de la destrucción del Sindicato Unido,



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