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miércoles, 25 de mayo de 2016

La Estatua de Don Gregorio Riva, en cuidad de La Vega.

La Estatua de Don Gregorio Riva, en cuidad de La Vega.



La  Estatua de Don Gregorio Riva, en cuidad de La Vega.

Los pueblos que rinden respeto, admiración y reconocimiento a sus grandes hombres y mujeres, serán los primeros en la historia. Estos  se miden instintivamente su rango por el número y calibre  de sus grandes figuras. Las sociedades poseen  sus hombres representativos en quienes encarnas su espíritu.
Pero a veces las sociedades tienen su espíritu sumido en profundo letargo y enterrado en los fastuosos mausoleos que guardan los restos de sus muertos.
Con este preámbulo inicio este articulo en el desagravio de la ofensa hecha contra una de los personajes aún no siendo vegano, sintió el amor  por este pueblo como el más vegano,  que hoy es ofendido por la administración del cabildo vegano (2010-2016), y nos referimos a el trato vejatorio que se le ha hecho a el monumento a Don Gregorio Riva.
Esta Estatua, que inmortaliza de manera excepcional  la figura del ilustre ciudadano nacido en la villa de Moca, el 23 de diciembre de 1833, y falleciera en la ciudad de La Concepción de La Vega, el 19 de diciembre de 1889, a la edad de 56 años. En la casa núm. 19 de lo que es hoy la calle Mons. Panal, (antigua 18 de abril, que, en ese entonces el Ayuntamiento vegano, en honor a su memoria de designo con el nombre de Riva).
Para darle la inmortalidad a Don Gregorio Riva,  un selecto grupo de prestantes veganos formo   una sociedad llamada “JUSTICIA AL MERITO”. La misma estaba presidida por Don Doroteo Tapia,  además la conformaban;  Emilio Espaillat y Quiñones, Manuel Ubaldo Gómez Moya, Ramón E. Espinola Sánchez, Prof. Joaquín Arismendi Robiu Moya, José A. Espinola Sánchez, Andrés Cearas, Silvestre Guzmán,  entre otros.
Esta   Sociedad  fue fundada con  el objetivo de recaudar fondos lo más rápido posible y suficiente para mandar a fundir  una estatua en bronce a los Estados Unidos de Norteamérica, la cual perpetuaría la inmortalidad del ilustre ciudadano Gregorio Riva Guzmán,
Es oportuno resaltar que para esta obra, ni el gobierno dominicano  en ese entonces y la compaña  del ferrocarril, hicieron aporte. Todo se debió a las contribuciones espontaneas de todos los veganos, es de justicia señalar  que la provincia entera sus  ciudadanos contribuyeron a esta obra, por  consiguiente este monumento es propiedad del pueblo vegano,  y este pueblo exige a las autoridades municipales actuales poder en su lugar  esta estatua..
Para la mismo se  busco un escultor norteamericano, sobre la  base de  un retrato ferrotipo, pero este  no  correspondía a la facciones de Gregorio Riva, y fue el  dibujante  Julio J. Julia, quien  estaba en la ciudad de New York, y fue a visitar al escultor, e  hizo un dibujo del rostro de Riva, hay que destacar que Julio Julia  era mocano, y conocía a Gregorio Riva.
Y a principio del  1991, llego a la  ciudad de La Vega, por vía del ferrocarril, la estatua. La misma  fue depositada en el Colegio El Porvenir que  dirigía Prof. Joaquín Arismendi Robiu Moya, el colegio estaba ubicado en la Casa Consistorial, donde tiempo después estuvo la sociedad Amor al Estudio, hoy Biblioteca Guido Despradel y Batista. Y de allí fue llevada a un pedestal de 2 metros  y medio de alto, de mampostería, con una tarje de bronce  que decía “GREGORIO RIVA Nació en la Villa de Moca el 27 de  diciembre de 1833, y falleció en La Vega el 19 de diciembre de 1889.
El  desvelamiento de la estatua en el mismo lugar  que se hizo la tarima para la inauguración del ferrocarril La Vega-Sánchez, tuvo  lugar el 16 de agosto de 1891, con la presencia de personas de  todo el país, que se dieron cita en esta ciudad a rendir  tributo y admiración a este  ciudadano progresista
Entre los oradores que pronunciaron  discursos pueden citarse: Eugenio María de Hostos, Luis A. Weber, Jacinto de Castro, Eugenio Deschamps, Sergio Arturo de Moya. Siendo el presidente de la sociedad“JUSTICIA AL MERITO, Doroteo Tapia quien pronunció el discurso central, en el acto fue cantado un himno en honor a Riva,  de la autoría de  Manuel N. del Orbe

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