Historia y curiosidades de la Ciudad Prohibida
La Ciudad Prohibida es, sin duda, uno de los monumentos más emblemáticos de la Pekín. Cargado de historia, visitar la Ciudad Prohibida es una de las cosas obligatorias que hacer en una visita a Pekin, y esconde tras de si, un montón de curiosidades. Su nombre en chino por ejemplo, Zijin Cheng significa literalmente “Ciudad Púrpura Prohibida” y está relacionado con la estrella Zinei, que en la astrología china era la Casa del Emperador Celestial. El calificativo de “Prohibida” se debe a que nadie podía entrar o salir del enorme recinto sin permiso del Emperador.
El recinto es el mayor complejo palaciego del mundo. Tiene forma rectangular y ocupa más de 72 hectáreas. Está rodeada por una muralla de casi diez metros de altura con una torre en cada esquina y por un enorme foso de 52 metros de anchura y 6 de profundidad que en invierno adquiere un bonito aspecto completamente helado y cubierto de nieve.
Su construcción se terminó en 1420 bajo el mandato del Emperador Yongle quien inció la construcción del recinto en 1406 al volver a trasladar la capital desde Nankin a Pekín. En la Ciudad Prohibida residieron los 24 emperadores de las dinastías Ming y Quing hasta 1924, cuando el último emperador fue expulsado del palacio. Desde 1961 es un monumento protegido a nivel estatal y en 1987 se incluyó en la Lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
En su interior, la Ciudad Prohibida se divide en dos zonas, pero todas las dependencias se disponen de forma simétrica en torno a un eje de casi un kilómetro que guía el recorrido de sur a norte.
La primera y más próxima a la entrada principal situada en la Plaza de Tian’anmen, se utilizaba para las diversas ceremonias y ritos religiosos llevados a cabo por el Emperador y su corte. En esta zona, también conocida como la Corte Exterior, se encuentran los salones más ostentosos ya que en ellos se recibía a los dignatarios y realizaba los grandes banquetes.
En ella destacan los denominados Salones de la Armonía, situados entre enormes patios, surcados por el Río de agua dorada y con imponentes escalinatas de mármol que daban acceso a los mismos y que se decoraron con grandes relieves de dragones. En el centro, la Calzada Imperial cuenta con grandes rampas que permitían desfilar al Emperador con su carruaje.
La segunda parte, más septentrional era la dedicada a la residencia del Emperador y su familia así como los palecetes de sus concubinas. La decoración es más sencilla y abundan los jardines.
Aquí, una de las obras más destacadas es el Muro de los Nueve Dragones. El número 9 tiene una importante simbología, así como la figura del dragón, emblema de la familia imperial. Este muro es una obra del siglo XIX y uno de los pocos paneles de estas características que se conservan en el país.
En total el complejo cuenta con 9.999 habitaciones, lo cual no es una casualidad ya que el diseño interior tiene una profunda armonía numérica basada en el 9. Por ejemplo, todas las puertas están rematadas por 81 tachuelas doradas. (Véase la armonía de 9×9)
Aunque muchas de las dependencias se encuentran todavía en proceso de restauración, pueden visitarse muchas salas en las que se exponen las vastas colecciones de cerámica, porcelana, pintura, relojes y objetos de jade, un material muy valorado en la cultura china y relacionado con la familia imperial.
A lo largo del recorrido verás que los edificios están custodiados por guardianes en los tejados que protegían el edificio en caso de incendio y, como es habitual en la arquitectura china, dos leones protegen la entrada de los diversos pabellones, ahora bien, no son exactamente iguales; mientras uno de ellos sostiene una esfera con sus patas, el otro tiene un cachorro, símbolo de la protección que ejercía la familia imperial. Además, el amarillo era el color asociado al Emperador, por lo que casi todas las tejas están vidriadas en este color.
Situada al norte de la Plaza de Tian’anmen, la Ciudad Prohibida puede visitarse todos los días de 8:30 a 17:00 de abril a octubre y hasta las 16:30 el resto del año. El precio de la entrada es de 60¥ de abril a octubre y de 40¥ el resto del año.
La visita se realiza por libre, por lo que es muy recomendable contratar una visita guiada en español. Una que está bastante bien, es ésta que podéis contratar aquí, y que incluye la visita a los hutongs y la explicación de la cercana Plaza de Tian’anmen.
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