Salen a la luz frescos de lasSalen a la luz frescos de las catacumbas de Domitila catacumbas de Domitila
En los 14 kilómetros de pasillos que forman las inmensas catacumbas de Santa Domitila, las más extensas de Roma, se encuentra la historia de la pintura funeraria de los primeros cristianos, desde sus orígenes hasta los siglos IV y V, cuando dejaron de ser perseguidos por el emperador Constantino.
La catacumba fue descubierta en el 1593 por el arqueólogo Antonio Bosio, pero hasta el siglo XIX no se supo que se trataba de la catacumba de Domitila y del santuario de los mártires Nereo y Aquiles
La magia del láser ha permitido tras meses de restauración que los frescos de dos de los más importantes cubículos de las catacumbas romanas de Santa Domitila, donde se enterraron a ricas familias romanas convertidas al cristianismo, salgan a la luz y cuenten las historia de quienes allí están enterrados.
Hasta ahora, las características de las catacumbas, con una humedad entre el 90 y el 100 % y una temperatura entre los 14 y 17 grados, así como el delicado estado de los frescos, había impedido que pudieran ser restaurados con los métodos tradicionales.
Ante el peligro de perderlos para siempre yacían bajo una capa negra de musgo, suciedad, sedimentos de carbonato de calcio y numerosos grafitis históricos, explicó una de las arqueólogas y restauradoras de las catacumbas de Santa Domitila, Barbara Mazzei y recoge Efe.
Aunque la restauración ha concluido esta semana, aún no se prevé la apertura al público y solo la prensa pudo acceder a estos cubículos, mientras que se estudia como podrán ser mostrados a los visitantes
Los trabajos han costado cerca de 60.000 euros a la Comisión vaticana que se ocupa de arqueología.
Las catacumbas de Domitila son las más extensas de Roma
Uno de los pasillos de las catacumbas de Domitila
«Es como si fuera la tumba de un Berlusconi de la época», bromea Mazzei al explicar que sólo una persona muy importante y adinerada podría haberse hecho construir un cubículo de estas dimensiones, fechado en el final del Siglo IV o inicios del V, en pleno imperio de Constantino.
U no de los grandes frescos refleja la que se cree que es una parábola del buen pastor y en otro arco de la bóveda los doce apóstoles junto a Jesús
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Un detalle de la sala
Un pequeño altar
Un detalle del fresco de «los panaderos»
Una de las tumbas
Una periodista observa los frescos
Detalle de un techo
Uno de los pasillos de las catacumba
aUn fresco iluminado
Escena de los dos difuntos que junto con un Cristo joven son acompañados al paraíso con los mártires Nereo y Achilleo, enterrados en estas catacumbas.
La bóveda estaba hasta ahora completamente ennegrecida
Encuentran un cuadro de 20 millones de euros perdido en el almacén de un museo
Se trata de «La resurrección de Cristo» (1492-1493), que acaba de ser atribuido al pintor renacentista Andrea Mantegna
Encuentran un cuadro de 20 millones de euros perdido en el almacén de un museo
Se trata de «La resurrección de Cristo» (1492-1493), que acaba de ser atribuido al pintor renacentista Andrea Mantegna
Actualizado:
Cinco siglos después, el pintor renacentista Andrea Mantegnavuelve con un nuevo cuadro. Es el gran descubrimiento de la Academia Carrara en Bergamo, donde tenían un cuadro que creían que era una copia del maestro pero que, en realidad, era de él mismo. El hallazgo ha sido corroborado por Keith Christiansen, el mayor experto mundial en el pintor, y estaría valorado en una cifra superior a los 20 millones de euros.
«La resurrección de Cristo» (1492-1493) fue redescubierta en las instalaciones de Carrara por Giovanni Valagussa, que estaba catalogando las propiedades del museo. Desde 1930, el cuadro había sido clasificado como una copia de Mantegna, pero Valagussa se quedó prendado por la calidad de aquel trabajo.
La clave de la atribución a Mantegna está en un pequeño detalle: una minúscula cruz de oro que está en la parte inferior del cuadro. Era la misma cruz que Valagussa había visto en otro cuadro de Mantegna, «Descenso de Cristo al Limbo», que sí estaba registrado como original y no una copia.
Según los estudios de Valagussa, «La resurrección de Cristo» se trata de una de las mitades de la que fue una única obra. Y la otra mitad del trabajo pictórico es ese «Descenso de Cristo al Limbo», de la colección de Barbara Piasecka Johnson y que vendió por 28,5 millones en 2003 por la casa de subastas Sotheby's, en Nueva York.
De esta manera «La resurrección de Cristo», almacenada durante más de un siglo en los fondos por una incorrecta atribución en los años treinta, ha pasado a tener un tasación de 30.000 euros a valer entre 21 y 26 millones de euros, según Valagussa.
Ambas seguramente, explica el Vagalussa, fueron divididas por «motivos comerciales», y aunque se desconoce cuándo, sospecha que se hizo tras la muerte del artista.
Al descubrimiento se llegó cuando Valagussa preparaba un catálogo de los cuadros de la Academia fechados con anterioridad a 1500 y se fijó en un óleo que había sido eliminado de la exposición permanente del museo y en el que advirtió una «alta calidad».
Tras el gran descubrimiento, Valagussa estudia ahora si estas dos obras podrían formar parte de un tríptico, del que también formaría parte «El tránsito de la Virgen» hoy conservada en el Museo del Prado, en Madrid, y «Cristo con la animula de la Virgen», actualmente en la Pinacoteca Nacional de Ferrara (norte Italia).
Y es que, desmanteladas igualmente en su día, el corte que presentan es «muy similar» al de la ahora descubierta.
Con ninguna obra en el mercado y las pocas existentes expuestas en museos alrededor del mundo, Valagussa sintió un «grandísimo entusiasmo» con el hallazgo, del que destaca su importancia a nivel artístico. La obra será ahora restaurada «para eliminar la suciedad y algún desperfecto», explicó el restaurador.
La ciencia en la España imperial: Ayanz, el Da Vinci español
Una de las figuras más innovadoras y originales de la época fue la de Jerónimo de Ayanz (1553-1613). Ideó un artefacto para filtrar el aire contaminado de las minas, demostrando de manera práctica el principio de la presión atmosférica.Años después logró crear una máquina que mediante el bombeo de vapor permitía desaguar las galerías. Ayanz obtuvo el privilegio de invención de esta proto máquina de vapor en 1606. Años más tarde se atrevió a probar ante el rey Felipe III un traje de buceo. Con ayuda de uno de los locales, que se sumergió en el Pisuerga, demostró que su traje permitía estar varias horas bajo las aguas. El tejido protegía de la hipotermia mientras que el aire era suministrado a partir de tubos. En total se le reconocen cuarenta y ocho patentes.
La ciencia en la España imperial: Los ingenios de Turriano
El mayor impulso de su carrera lo tuvo cuando Carlos V le encargó la realización de “Cristalino”, un reloj capaz de indicar donde se hallaban los astros con objeto de interpretaciones astronómicas. Ya en el reinado de Felipe II fue nombrado matemático mayor.
En 1565 alumbró su obra más famosa, una máquina hidráulica capaz de subir el agua desde el Río Tajo hasta la ciudad de Toledo situada 100 metros por encima del cauce.
La ciencia en la España imperial: Blasco de Garay: una figura muy debatida
Blasco de Garay (1500-1552) fue un marino e inventor cuyo ingenio más conocido es algo que, posiblemente, nunca inventó: un barco de vapor.La clave del dilema se encuentra ahí. La opinión más aceptada a día de hoy es que no hubo barco de vapor, si no que el invento constaba de unas palas giratorias que mediante la fuerza manual de los hombres activaban unas ruedas similares a la de los barcos que navegaban por el Mississippi a comienzos del siglo XX.
La ciencia en la España imperial: Jerónimo Muñoz: desmontando el cosmos
Jerónimo Muñoz (1520-1591) fue matemático, astrónomo y hebraísta. Ocupó las cátedras de las tres disciplinas aunque fue en la segunda donde sobresalió. Jerónimo Muñoz va a revisar todas las teorías cosmológicas de Aristóteles que, junto a las de Ptolomeo, habían marcado la astronomía medieval. A partir de la observación de un cometa en 1572 se va a dedicar a comentar y criticar aquellas ideas basadas en un cielo estático e incorruptible.
La ciencia en la España imperial: Grandes avances en medicina
Uno de los científicos más conocidos de esta época es Miguel Servet (1509-1553) debido tanto a la repercusión de su descubrimiento como a su trágico final. Servet buscaba el conocimiento de Dios y para él era posible alcanzarlo mediante la investigación del mundo sensible, de lo empírico, razón por la cual comenzó sus trabajos. Mediante un complejo razonamiento siguiendo la teoría judía de que el alma está en la sangre dedujo que el objeto de la respiración es purificar a ambas. El español concluyó que el plasma sanguíneo parte del ventrículo derecho a los pulmones volviendo al izquierdo una vez purificada, lo que se conoce como circulación pulmonar.
Otro ejemplo en este campo fue el de Pedro Dolese (1460-1531), reputado médico cuya mayor aportación al mundo intelectual lo realizaría de forma póstuma debido a la férrea vigilancia de la Inquisición. Fue con la publicación en 1536 de su Summa totius philosophiae et medicinae en el que recupera a Heráclito y realiza una defensa de la constitución de los elementos por átomos. Para finalizar hay que nombrar a Francisco Vallés(1524-1592), médico de cámara de Felipe II. Publicó dieciocho obras sobre el mundo de la medicina, desde críticas a doctores de la Antigüedad, entre los que sobresalen Galeno e Hipócrates, hasta obras sobre el uso de plantas medicinales.
La ciencia en la España imperial: Rodrigo Zamorano y el arte de navegar
Rodrigo Zamorano (1550-1620) fue matemático, piloto mayor, cosmógrafo y astrólogo. Tradujo al castellano seis libros de la geometría de Euclides y escribió el Compendio del arte de navegar. Su obra cumbre fue la Cronología y Repertorio de la razón de los tiempos, tratado enciclopédico sobre cosmografía y astrología.
La ciencia en la España imperial: Juan de Celaya y los Calculatores.
Juan de Celaya (1490-1558), hijo de un veterano de la Guerra de Granada, estudió en la Universidad de Valencia, de la que llegaría a ser rector. Miembro de los Calculatores, escuela científica vital para la renovación de la matemática y física medieval. Esta escuela superó el predominio de las anteriores corrientes muy supeditadas a la figura de Aristóteles, cuya explicación del movimiento debido a una causa externa criticó. Celaya realizó ensayos sobre cinemática y lógica. Fue un intelectual bastante reconocido a nivel internacional llegando a dar clases en el Colegio de Santa Bárbara de París.
La ciencia en la España imperial: El final de una era
Toda esta corriente del siglo XVI que germinó en avances importantes se detuvo abruptamente en el siguiente siglo. Varias teorías han tratado de explicar las causas: En primer lugar la situación político-religiosa de la España de la Contrarreforma.Temerosos de que en España se extendiera el protestantismo los monarcas cerraron las fronteras. Se prohibió a los estudiantes y profesores viajar a Europa y, por tanto, estos no pudieron interactuar con sus colegas europeos y seguir las nuevas corrientes. A la hora de la investigación cualquier avance sospechoso de ir contra la doctrina católica era férreamente vigilado por la Inquisición y podía concluir en procesos inquisitoriales. El grupo de los Novatores, científicos e intelectuales del siglo XVII, tenía plena conciencia del atraso de España pero fue minoritario y sin excesiva difusión temiendo represalias inquisitoriales.
Créditos fotográficos de portada: «Conquistador español» de CarlosVdeHabsburgo – Trabajo propio. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons – https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Conquistador_espa%C3%B1ol.JPG#/media/File:Conquistador_espa%C3%B1ol.JPG
Crece el misterio en Perú: los nuevos geoglifos descubiertos fueron hechos varios siglos antes que las famosas Líneas de Nazca. El trazado descubierto en la provincia de Palpa fue realizado por la cultura Paracas hace unos 2,700 años.
Arqueólogos equipados con drones han descubierto 25 nuevos geoglifos que fueron grabados en una franja del desierto costero en el sur de Perú cerca de las Líneas de Nazca, dijo el lunes un funcionario del Ministerio de Cultura.
La mayoría de los nuevos geoglifos parecen haber sido hechos por la cultura Paracas hace más de 2 mil años, cientos de años antes de que los habitantes de Nazca crearan dibujos gigantes similares cerca, dijo Johny Isla (izquierda), arqueólogo que lidera los trabajos de conservación de Cultura en la región. Otros 25 geoglifos que previamente habían sido localizados por residentes locales, también han sido mapeados con drones, agregó Isla. Entre las figuras representadas en las Líneas de Palpa hay una orca, un mono, una bailarina y un pelícano, lo que sirvió de influencia para sus sucesores, la cultura Nazca.
“La utilización de drones nos ha permitido ampliar esa documentación, descubrir nuevos grupos de figuras”, afirmó Isla durante un recorrido por los geoglifos en la provincia de Palpa. Pero a diferencia de los geoglifos de Nazca, la mayoría de las cuales solo se pueden ver volando sobre ellas, muchas de las líneas de Palpa fueron talladas en laderas y se pueden ver desde abajo, dijo el Ministerio de Cultura de Perú en un comunicado.
Los geoglifos creados por las culturas Nazca y Palpa son sorprendentes recordatorios de la rica historia precolombina del Perú y se consideran enigmas arqueológicos, ya que nadie sabe con certeza por qué fueron dibujados, tan grandes y durante tanto tiempo.
“En total estamos hablando de mil 200 años de producción de figuras en la región”, precisó Isla.
El descubrimiento, revelado en el mes de abril, fue fruto de una investigación de un grupo de arqueólogos peruanos con el apoyo de la revista estadounidense National Geographic en la que se emplearon imágenes de satélite, escaneos en tres dimensiones y drones, nunca antes utilizados en la zona.
Las Líneas de Palpa y de Nazca, estas últimas declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994, se encuentran en la costa desértica del sur de Perú y muestran geoglifos de animales, seres zoomorfos, plantas y figuras geométricas que en algunos casos solo pueden verse completas desde el aire debido a su gran tamaño.