Florence Terry, una gran humanista.
Calle Florence Terry, en Naco. Foto/ Napoleón Marte
Publicado el: 2 septiembre, 2019
Por: Ángela Peña
e-mail: a.pena@hoy.com.do
La calle “Florence Terry”, de Naco, fue designada con ese nombre a solicitud de María Cristina Mere de Farías que, siendo presidenta de la Mesa Redonda Panamericana de Santo Domingo, consideró que era justo dar a conocer en el país a la fundadora de esa organización “de buena voluntad, que fomentó el espíritu de integración” entre los pueblos de América, desarrollando “un gran espíritu de altruismo y hermandad”.
“Florence fue una gran luchadora, humanista, de gran sensibilidad social. Merecía ser honrada. Fue una mujer extraordinaria que realizó una labor súper meritoria en el momento de las guerras entre México y Estados Unidos. Acogía a los inmigrantes y los encauzaba con familias y en lugares de acopio para que pudieran desarrollarse”, explicó la escritora, poeta, compositora, diplomática, psicorientadora y conferencista internacional.
Cuando se bautizó la vía en homenaje a la reconocida bienhechora, María Cristina, que había sido regidora, se desempeñaba como asesora del Ayuntamiento del Distrito Nacional, y el síndico Juan Rafael Estrella Rojas acogió y dio curso a su petición.
Mere de Farías destacó que Florence Terry “incentivó el panamericanismo y colocó representantes de todos los países, entre ellos, el nuestro. Como la dominicana Minerva Bernardino era directora de la Comisión Internacional de Mujeres, desde 1928, conoció a Florence y compartieron por la mística integracional del panamericanismo”, explicó María Cristina.
Agregó que además de su trabajo con los inmigrantes, la dama se dedicó a exaltar la cultura, el folklore, el patriotismo en los diferentes países de América.
“Quise darla a conocer aquí y destacar la labor extraordinaria, sensitiva, patriótica, que ella realizó en favor de los pueblos latinoamericanos, incluido el nuestro”, manifestó.
Recordó que cuando le tocó representar el país en Texas, de donde era nativa Terry, apenas existían 100 Mesas y ella llevó como obsequios para cada una banderas, libros de historia, geografía y literatura dominicanas, discos con el Himno Nacional “para que cuando tocara la efeméride de la fecha Patria se hicieran presentaciones culturales “como hacemos y merecemos los dominicanos. Me acompañó en esa entrega la directiva internacional, incluyendo la presidenta de ese entonces”.
Expresó que en el año de su gestión “hubo una convocatoria extraordinaria con los embajadores de distintos países”.
Florence Terry. Nació en Eagle Pass, en la línea fronteriza del Estado de Texas, el 28 de mayo de 1875, hija de William y Ellen Terry.
En una semblanza que preparó María Cristina Mere de Farías la describe “alada, grácil y de gran bagaje… Desde corta edad, profesó un gran cariño por la nación mexicana y sus ciudadanos.
Su padre fue uno de los primeros jueces federales de aquellas extensas áreas. Más tarde, la familia se trasladó a “Carizo Springs” cuando todavía Florence era muy niña”.
Consignó que “tenía una gran personalidad y espíritu de decisión y desde sus años de escuela eran evidentes sus cualidades de líder”.
En 1894 contrajo matrimonio con Félix Shaw, padre de sus hijos Ruth, Adele, Hazel y Félix. Shaw falleció en 1908 y Terence celebró segundas nupcias con John Case Griswold, cuyo apellido acompañó el nombre de la insigne señora.
Cuenta María Cristina que al enviudar de su primer esposo se produjeron grandes manifestaciones al sur del Río Grande, tanto políticas como humanas “de la gran nación del norte”, forzando a hombres y mujeres a refugiarse en Texas. “La joven viuda, que manejaba su propio rancho y velaba por sus hijos, tuvo la gran dedicación y el sacrificio de auxiliar a estos refugiados y comenzar de esta manera su vida de preocupación y dedicación al panamericanismo”.
Junto a Griswold pasó a vivir en San Antonio, Texas, “paraíso de todos aquellos que huyeron de la revolución con solo la ropa que usaban en aquel momento. Su alma de mujer sensible hizo grandes esfuerzos para ayudarles”.
El 16 de octubre de 1916 organizó la primera mesa redonda panamericana, en un almuerzo con 22 amigas en el “Menger Hotel” “y con su ingenio inspiró el deseo y la decisión de sus compañeras para llevar a cabo con entusiasmo su gran empresa. La Mesa Redonda fue ideada después de constituirse la Unión Panamericana. Se nombraron miembros representantes de las 21 Delegaciones de la Unión”.
Explica que se llamó así porque fue inspirada “en la gran mesa ovalada alrededor de la cual los embajadores se reunían en la Unión Panamericana en Washington”. Florence falleció el 7 de julio de 1941 en San Antonio, Texas.
La Mesa Redonda Panamericana de Santo Domingo fue fundada el 14 de abril de 1955, presidida por Amada Nivar de Pittaluga, asesorada por Minerva Bernardino, funcionaria de la OEA. Le acompañaron Nelly Dominici de Carías, Gladys Nivar de Scaroina, Ernestina de Mejía Ricart, Carmen Mendoza de Cornielle, Elisa Suazo, María Ibarra de Victoria, Aída Ibarra, Celeste Woss y Gil, Pura Lugo viuda Mon, Esther Montás de Pérez, Isabel Luisa Medina de Reyes Duluc, Amelia Ricardo Balaguer, Trina Urbáez de Blandino, Dora Carbuccia de Dominici, Aida Regús Ricourt.
También Aurora Hoffiz de Marte, Delia Weber, Dolores Miniño de Herrera, Colombina Castellanos, Divina Franco de Damiano, Mireya Conde Pausas de Álvarez, Josefina Pimentel Boves, Nelly Rodríguez, Tomasita Gil Gómez y Socorro Lama.
Es una organización “femenina, apolítica, sin fines de lucro, respetuosa de las creencias religiosas”, que promueve el conocimiento, fomenta la comprensión y la amistad “entre las mujeres del hemisferio occidental”. Proyecta el país en el continente.
La calle. “La “Florence Terry” es parte de lo que es el pulmón comercial y estratégico de Naco”, aseveró María Cristina, quien conserva una foto de cuando se inauguró y lucía prácticamente desierta. Hoy está llena negocios y torres residenciales.
La resolución que le asignó ese nombre fue emitida el 6 de abril de 1978. Fue inaugurada el 14 de ese mes, coincidiendo con el Día Panamericano. María Cristina cortó la cinta simbólica de esa vía que antes se llamaba “Proyecto”. Ella colabora con la Junta de Vecinos para el mantenimiento de la limpieza y el ornato.
Dijo que “por lo regular el dominicano no conoce la vida ni la trascendencia de los personajes con que están rotulada las calles, en el caso de Florence Terry, por lo menos, los que estamos ligados al mundo del feminismo la conocemos”.
“Hemos logrado que se despierte la inquietud de saber quién fue “esa americana” que estuvo haciendo labor social, sobre todo con los inmigrantes con prioridades dolorosas”.
Está entre las calles Rafael Augusto Sánchez y Max Henríquez Ureña.
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