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"El neoliberalismo es esencialmente ateo"
Reflexiones sobre la utopía Cristiana en la América española
El discurso de Montesinos (1511) sobre la injusta situación de los indígenas americanos resulta actual
"El neoliberalismo es esencialmente ateo"
Reflexiones sobre la utopía Cristiana en la América española
"Ignorar lo que sucede en el mundo es lujo no apto para católicos"
Rosendo A. Yunes, 04 de febrero de 2016 a las 09:22
El hombre necesita de la utopía porque ella expresa su afirmación y, en cierta medida, su identidad
(Rosendo A. Yunes).- I-Inicio: El sermón de Montesinos: El texto de este sermón lo conocemos por Bartolomé de Las Casaspresente, en aquel momento, en el templo. Hacía19 años que los indios de la regiónpadecían la explotación más cruel porque los conquistadores sólo buscaban oro, para hacerse ricos, aprovechando el trabajo, cuasi o peor que animal, de aquellas personas. Los frailes dominicos "comunitariamente" examinan a la luz del Evangelio la situación y encomiendan a Montesinos, buen orador, exponerlo frente a las autoridades españolas presididas por el Almirante Diego de Colon (hijo de Cristóbal). El sermón fue pronunciado el 21 de Diciembre de 1511.
El discurso inicia: "Todos estáis en pecado mortal y en el vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid, con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios? Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas dellas, con muertes y estragos nunca oídos, habéis consumido? Y continúa poco después "Estos no son hombres? No tienen ánimas racionales? No sois obligados amarlos como a vosotros mismos? Esto no entendéis? Esto no sentís? Cómo estáis en tanta profundidad de sueño tan letárgico dormidos?
Estas últimas frases a cuántos movimientos actuales dentro del cristianismo en general y de nuestro catolicismo podrían ser aplicadas? Lo analizaremos posteriormente.
Pero, como bien señala Codina (http://www.seervicioskoinonia.org/logos/articulo.phpç?num=120) antes de invocar los valores evangélicos, los dominicos acuden al sentido humano, la honestidad con lo real, el respeto a las personas humanas, a un mínimo sentido de compasión ante el sufrimiento ajeno. La falsa realidad creada en torno al ser humano llega actualmente, en algunos conceptos de género, a negar la realidad biológica del mismo.
Los frailes dominicos vivencialmente sabían, que como escribe el Papa Francisco"Evangelizar es hacer presente en el mundo el Reino de Dios", es el reino de una familia, Dios padre y nosotros sus hijos como hermanos, así es el reino de la fraternidad, de la justicia, de la verdadera libertad porque un hermano no debe ni puede perseguir al otro, de la solidaridad, del amor y de lo espiritual. Nótese que la expresión "Reino de Dios" ocurre 122 veces en el Nuevo testamento, 99 en los evangelios sinópticos y 90 en los labios del propio Jesús. Cómo nos olvidamos los cristianos de esta predica?
Hoy, observando que existen 800 millones de personas víctimas del hambre (SOFI 2015) y a finales de 2013 unas 51 millones de personas vivían alejadas de sus hogares como consecuencia de conflictos, persecuciones y violencia según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, porque entre 1946 y 2014 nuestro mundo ha soportado 259 conflictos ( Wallestein et.al. Journal of Peace Research), aún no meditamos, estamos dormidos en letárgico sueño, sin recordar que el primer reclamo que Dios hace al ser humano es: Qué has hecho con tu hermano? (Gn 4,9). Como bien dice el arzobispo de Madrid: " Seremos capaces de eliminar de nuestra vida la indiferencia que nos anestesia?"
Felicísimo Martinez (www.serviciokoinonia.org/relat/417.htm) escribe "Este asunto de la justicia y los derechos humanos está esencialmente relacionado con la opción por los pobres...En este mundo de tanto sufrimiento siguen siendo necesarias las obras de misericordia y las ayudas de emergencia. Pero si la opción por los pobres no desemboca en la defensa y la lucha por la justicia, quizá hasta acabe volviéndose contra la causa de los pobres".
Pero ayer, como hoy, los vecinos codiciosos ponen religiosos contra religiosos y envían a la corte un religioso que adulado por pertenecer estructuralmente al sistema de opresión, va pedir la condena y expulsión de los dominicos. Los dominicos a duras penas consiguen enviar Montesinos, para después de muchos días de espera, porque le niegan el acceso, consigue entrar y convencer al Rey Fernando el Católico.
Posteriormente, Carlos V nombró a Montesinos protector de los indios en Venezuela porque había entregado gran parte de ella a los Welseres y temía que estos no repararían en medios para conseguir oro. Parece que al fraile lo mataron en el camino de Barinas. En el Convento de San Esteban de Salamanca se halla rotulado por mártir. La Iglesia oficial aun no determinó eso.
II-La lucha y utopía de Bartolomé de las Casas: En 1514 fray Bartolomé sufre una repentina conversión, tal vez, influido por el sermón de Montesino que había rechazado en 1511, pero que en ese momento, observando ser la cruel realidad de los indios le tocó el corazón. Su llamada segunda conversión fue en 1522 cuando ingresa en la orden de los dominicos y se dedica completamente a la defensa de los indios. De las Casas elaboró diferentes proyectos utópicos, en 1516 presenta su primer Memorial de remedios donde desarrolla un modelo utópico que algunos historiadores creen haber inspirado la utopía de Tomás Moro.
Es claro que conseguir el Reino pleno de Dios, no en el más allá, sino en la historia es una utopía. Pero el ser humano es un ser imaginativo, con deseos, el único capaz de pensar más allá de su existencia, así necesita de la utopía porque ella expresa su afirmación y, en cierta medida, su identidad. La desaparición de la utopía ocasiona un estado de cosas estático y el hombre se cosifica. Él se transforma en un mero producto de impulsos instintivos, pierde el deseo de plasmar la historia y así también de comprenderla.
La utopía del Reino existió desde los primeros cristianos. Comentando lo expresado sobre la vida de los primeros cristianos en Hech 4, 32-36, Pablo A. G. Aragone (Arbor CLXV, 2000, 652, 671-000), escribe "Sin duda que estos pasajes son centrales para comprender la organización y desarrollo de posteriores comunidades cristianas, dejando material suficiente para establecer ciertas normas básicas: la resistencia unitaria, la comunidad de bienes, el cumplimiento de los ritos religiosos con entusiasmo, el desprendimiento material, el predominio del don y de la redistribución y un estilo de vida alegre y austero. Indudablemente estos valores e ingredientes marcarían a fuego los futuros experimentos comunitarios de base religiosa".
Muchos lectores, clérigos y hasta obispos se sentirán sorprendidos con la afirmación, ocultada sistemáticamente, de Benedicto XVI en su audiencia general del 26/09/2007 que explicaba que la iglesia primitiva, donde se dividía todo fraternalmente entre todos, representa un modelo para la sociedad. Recordó a San Juan Crisóstomo que presentó una "utopía social", buscando dar un rostro cristiano a la ciudad. No es suficiente dar limosna, ayudara los pobres, caso por caso, sino crear estructuras nuevas, con un nuevo modelo de sociedad basado en el Nuevo Testamento.
La disputa entre Las Casas y Ginés de Sepúlveda, catedrático de la Sorbona y traductor de Aristóteles, continúa de distintas maneras entre los cristianos de hoy. Sepúlveda fundamentado en Aristóteles según el cual la razón en potencia del ser humano se actualiza en la ciudad, en cambio el bárbaro no tiene actualidad humana y el siervo por naturaleza sólo tiene una humanidad que debe ser tutelada, justifica la guerra contra los indios y escribe " Hay otras causas de justa guerra menos claras y menos frecuentes, pero no por eso menos justas ni menos fundadas en el derecho natural y divino; y una de ellas es el someter con las armas, si por otro camino no es posible, a aquellos que por su condición natural deben obedecer a otro y rehúsan su imperio". Cuántos cristianos siguen pensando actualmente en las guerras justas para instalar la democracia, la justicia etc. Cuando en realidad, la mayoría de las veces, son guerras económicas y geopolíticas de poder. Cuantos no siguen apoyando la idea de "civilización y barbarie" de Sarmiento?
De las Casas sostiene que la fe debe trasmitirse por persuasión y no por la violencia, porque todo ser racional como los indios deben aceptar libremente la religión que se le anuncia. La guerra no es un método apto para la difusión de la gloria de Cristo, ni de la verdad evangélica Al contrario, sirve para hacer odioso y abominable el nombre de cristiano. Cuánta actualidad tiene este pensamiento al ver lo que piensan algunos musulmanes humillados por la guerra de algunos cristianos.
La importancia del sermón de Montesinos y de la lucha de Bartolomé de las Casas que consigue la Ley de Indias de 1542, es haber llevado a los enunciados consagrados en la Declaración Universal de derechos humanos de 1948 de la ONU, anticipándose en dos siglos al ideario laico de la revolución francesa de 1789 enunciado en su lema "libertad, igualdad, fraternidad" lejano aún en la realidad sórdida de nuestro siglo XXI. Los cristianos conformistas no recuerdan esta historia, pero si Otalora que publicó "Voces en el desierto" en Religión Digital, lamentablemente en el desierto de los "cristianos conformistas y mentalmente colonizados".
III-160 años de una utopía cristiana: las misiones jesuíticas. José Acosta (1540-1600) fue el inspirador y guía de las misiones jesuíticas por su obra "De procurada indorum salute " (1588) donde decía que la evangelización debía ser " inculturada y liberadora". "Inculturada" porque debía aceptar las costumbres de los indios que no se oponían al evangelio y "liberadora" por tomar distancia del estado colonial, como de los colonos porque conocía la depravación, el pillaje y la avaricia de los mismos y los ejemplos de crueldad que habrían convertido a Bartolomé de las Casas. Acosta escribía así "La avaricia de los cristianos se ha convertido en causa de evangelización de los indios".
Este hecho nos muestra cómo la historia debe considerarse maestra de nuestras vidas,la historia compromete, leyéndola no se puede decir "no sabia", actualmente podemos igualmente decir que el "conformismo, la complicidad, la ignorancia o la alienación de los cristianos son la causa de la necesidad de una nueva evangelización. Hoy debemos evangelizar a los cristianos colonizados culturalmente.
Sebastián Moro (ver Religión Digital 22/01/2016) por este motivo explica en su libro "La dignidad de la persona y el bien común" que algunas interpretaciones de la doctrina social de la Iglesia han ido demasiado lejos, abanderando el proyecto de "conformar una sociedad totalmente neoliberal" en contra de la verdadera enseñanza de la Iglesia. El neoliberalismo es esencialmente ateo, es una contradicción semejante a conformar una "sociedad totalmente marxista cristiana".
Estos supuestos "cristianos" olvidan que este sistema ha dado como consecuencia que 72 millones de personas tengan una riqueza equivalente a 7.200 millones de personas, según un informe de Oxfam: el 1% del mundo tiene una riqueza igual al resto, este sistema ha producido guerras económicas y geopolíticas.
Mons. Chaput decía en JMJ Madrid 2011 que "Ignorar lo que sucede en el mundo es lujo no apto para católicos". Francisco en su valiente encíclica Laudato Si, igualmente escribe "Las actitudes que dificultan los caminos de solución, igualmente entre los creyentes, van desde la negación del problema a la indiferencia, la resignación acomodada o la confianza ciega en las soluciones técnicas". Francisco ya denunció el 06/07/2014 "el peso, de un sistema económico que explota al hombre" y a "vencer la "indiferencia" que nos impide ser hermanos de nuestro prójimo".
Con la idea de la inculturación los jesuitas supieron tratar la poligamia sin agresividad y sin apresuramiento. Así solo en el siglo XVIII se consiguió superar la poligamia que, en realidad, respondía a cuestiones políticas, económicas y sociales. Con la adecuación de las viviendas y de la cultura se consiguió este resultado demostrando que los actuales comportamientos que existen en las favelas o villas miserias pueden ser corregidos. La miseria material lleva la miseria espiritual.
Se respetaron los cacicazgos y las jerarquías sociales indígenas. Toda villa debía tener un cabildo, tanto la de españoles como la de indios. Los cabildantes de las misiones eran los aborígenes principales, pero eran los propios indios que elegían a sus representantes..
En el plano económico estaba en primer lugar la propiedad familiar "amambaé" para su consumo y también la producción común "tupambaé" lo de Dios. Esto iba satisfacer a aquellos que se dedicaban a artesanías, pintura, mueblería, música y debemos destacar la imprenta. En el año 1700 65 antes que en Córdoba y 80 antes que en Buenos Aires las misiones tenían una prensa tipográfica con algunos moldes españoles y otros elaborado por los indios. El primer libro fue el Martirologio Romano.
Podemos reafirmar aquí lo que opina Benedicto Cuervo Álvarez (La Razón Histórica n° 27, sep. 2014) "Si por civilización entendemos el predominio del espíritu sobre la materia, el amor noble y grande sobre las tendencias bajas y viles, la vida tranquila, laboriosa y familiar, la mezcla de placer y abnegación, de sport y de trabajo, de paz interna y de sociabilidad sin envidias, rencores, persecuciones y odios, no cabe la menor duda que pocas veces ha contemplado la historia una civilización tan genuina y duradera como la que desde 1610 hasta 1768 existió en los pueblos guaraníes". Adicionamos la existencia de una democracia participativa que solo es posible cuando la fraternidad, no la libertad del liberalismo, es fundamento de la sociedad.
Como opina Cuervo Álvarez fueron 160 años de paz que gozaron entre 100 a 150 mil guaraníes donde el método dio el triunfo a los jesuitas, método de padres con la fuerza de su utopía. Y esto a pesar de las invasiones de los paulistas, las insidias de los españoles, las pestes y la natural indolencia de los indígenas. Pero los padres supieron conservar los pueblos más aislados del elemento europeo, "generalmente entorpecedor y hasta maleante". Superaron así los dos problemas que José I. González Faus (Postmodernidad Europea y Cristianismo Latinoamericano) dice hacen imposible la revolución: i) el hombre nos es de fiar (obra del pecado original), ii) crea represión y esta actúa sobre la nueva sociedad como la soda en el wiski: lo agua, lo falsifica.
El Tratado de Permuta de 1750 para substituir el de Tordesillas, entre los dos imperios coloniales de aquella época, fue sorpresivo y así el General de la Compañía de Jesús ordenaba a los Jesuitas la entrega de 7 pueblos a los portugueses, con 30 mil indígenas la mayor población ganadera y de yerba mate. En 1752 les informaron a los padres y caciques que debían abandonar sus tierras para recibir una menguada indemnización.
Los caciques se rebelaron, a pesar del pedido de los padres de obedecer, y resistieron por las armas. La guerra guaranítica se desarrolló entre 1754 y 1756. Lógicamente los ejércitos de Portugal y España vencieron. Los jesuitas fueron embarcados como prisioneros para España, llevados al puerto de Cádiz en pésimas condiciones y fueron encarcelados. Generalmente es el destino de aquellos que siguen de verdad a su maestro: Jesús. Así como el Imperio Romano no podía aguantar la predica del Reino de Jesús, el extraordinario modelo de las misiones, adaptado a su época y que, debemos aclarar, no puede ser actual porque la evolución social, técnica y económica ha originado otra realidad, no pudo ser aguantado por los Imperios de su época.
Podemos observar algo muy importante, que este modelo, por una parte fue criticado por algunos marxistas materialistas dogmáticos, incluso contra otros marxistas un poco heterodoxos, así Klauss Sender (Nove Einheit Extrablçastt n° 32 1997) escribió "es particularmente cuestionable cuando Mariátegui (comunista peruano) hace resaltar a los jesuitas como ejemplares y productivos colonizadores.." , y colocado sutilmente en el olvido por los liberales del liberalismo, igualmente materialista, y los cristianos que prácticamente son más liberales que seguidores de Jesús.
La voz de Francisco, que procura retomar la utopía, es, como escribe Otalora sobre Montesinos, una voz en el desierto de la mayoría de los cristianos. Los pocos que lo comprenden se dividen en dos grupos: uno que lo apoyan entusiasmados y otros que como escribe el Director de Religión Digital lo atacan por sistema porque como dice Francisco "no se puede hablar con libertad y vivir como príncipes". La mayoría vive en la indiferencia, no tienen ninguna utopía, son conformistas, alienados por el neoliberalismo y sus poderosos medios de desinformación y así sólo se preocupan con algunos aspectos de la moral individual. Nada de tomarse en serio la "opción por los pobres", nada de defenderlos de los abusos, nada de arriesgar por esa opción. Es mejor vivir sin esos problemas.
Esta utopía cristiana va resucitar en el siglo XX, pero con otras características generadas por la historia de las clases populares, pero esto es otro tema.
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