Tayikistán, un país sin hombres
Se trata de una de las repúblicas más pobres de Asia Central. Al menos 1,5 millones de tayikos viven en Rusia, que en gran medida han huido del desempleo en Tayikistán. Trabajan para enviar dinero a su familia. La gran mayoría son hombres jóvenes que realizan trabajos duros y peligrosos, que los rusos prefieren no hacer. Como resultado, Tayikistán se ha convertido en un país de mujeres, en las que estas se dedican a todo. La idea de esta serie es mostrar la vida de estas mujeres.
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KATERINA SÁVINA
Ser mujer // Adila tiene tres hijos y un marido que no ha visto en los últimos dos años. Los cuatro trabajan en Omsk, Rusia, y no pueden volver a casa porque su empleador les quitó los pasaportes y no les deja marchar.
KATERINA SÁVINA
Esperar.// Farishta no ha visto a su marido en casi un año. Fue a trabajar a Rusia tres semanas después de su boda.
KATERINA SÁVINA
Ser fuerte.// El pueblo de Anzurat se encuentra a 8 km de la carretera. Ella tiene que llevar todo lo que hay en la casa.
KATERINA SÁVINA
Tener esperanza. // Gulnamo y su marido están ahorrando para una nueva casa. Su marido trabaja ocho meses al año en Rusia, periodo en el que ella queda al cuidado de la casa y los niños. Esperan comenzar las obras dentro de dos años.
KATERINA SÁVINA
Ser obediente. // Sunam no muestra su cara porque teme que su marido, que está en Rusia, descubra que ha posado para un extraño.
KATERINA SÁVINA
Soportar.// Los padres de Ashona la tratan mal. Tiene que hacer todas las tareas del hogar mientras estudia para ser enfermera. Sueña con seguir a su marido e ir a Rusia.
KATERINA SÁVINA
Mantenerse caliente. // Kara-Art, el pueblo en el que vive Baizo, se encuentra en el desierto de Pamir, donde las temperaturas pueden caer hasta los -50ºC.
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Mantenerse joven. // Shukrona tiene 68 años y cuida a cuatro nietos. Sus padres fueron a trabajar a Rusia cuando el más pequeño apenas tenía siete meses.
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Creer en el amor.// Solo una de las cuatro hijas de Sayera se ha casado. Todos los hombres jóvenes del pueblo se fueron a trabajar a Rusia.
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Cumplir con sus tareas. // Bahor volvió a casa, después de pasar seis años trabajando en Moscú, para cuidar a sus padres.
KATERINA SÁVINA
Soñar. // Shakhnoza estudia en una escuela en la que no hay profesores de lenguas extranjeras. Aprende ruso, inglés y farsi por su cuenta, con libros. Su sueño es ser periodista.
KATERINA SÁVINA
Vivir. // Los bisabuelos crían a la pequeña Dulhuz, que nunca ha visto a sus padres.
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