RENACER CULTIRAL

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Solo la cultura salva los pueblos.

sábado, 26 de mayo de 2018

Los pueblos bárbaros que acabaron con el Imperio Romano tenían un nombre

Para los romanos parecía estar bien claro quiénes eran los bárbaros, es decir todo aquel que no fuera romano. Es fácil imaginar por tanto, que para nosotros es un poco más complicado ubicarlos y conocerlos un poco mejor. Pero en este artículo vamos a intentar sintetizarlos, precisamente para eso, para conocer un poco más su procedencia y como influyeron en la caída del gigante romano.
Antes de empezar a numerarlos, unas apreciaciones previas. En primer lugar debemos hablar de la “limes” es decir la frontera del Imperio. Pese a lo que podemos pensar, no era una línea férrea, si que existían grandes fortificaciones y torres defensivas, pero su amplia extensión de miles de kilómetros dejaba enormes huecos muy permeables. Por lo tanto existían evidentes contactos, como los comerciales, e incluso el pase de la frontera por motivos laborales, solo falta recordar los legionarios de origen germánico que toman el control del ejército.
Reconstrucción de una torre romana del “limes”
Pese a todo y en líneas muy generales podemos decir que mantenían una relación tensa, pero con cierta contención. Es decir, los pueblos que relataremos a continuación se debatían entre la falta de entendimiento entre ellos, y la fascinación y temor ante un Imperio como el Romano.
Un aspecto importante a señalar es que su nivel de civilización era muy heterogéneo, mientras algunos seguían en la Edad del hierro, otros eran tan avanzados como los romanos.

Los pueblos de la Edad de Hierro.

En torno al Mar del Norte, en lo que actualmente serían las costas alemanas, el norte de los Países Bajos y toda Dinamarca, encontramos a anglossajonesjutos y frisones. Todos estos pueblos se les suele asignar vivir inmersos en la antigua Edad del Hierro, es decir en tribus regidas por clanes y con escasa organización. Estos cuatro pueblos, junto a los Pictos, de la actual Escocia, y los escotos, de la actual Irlanda,protagonizaran tras la ruptura del limes del Rin y los consiguientes movimientos, la invasión a partir del año 407 de la provincia romana de Britania.
La isla entrará en ese momento en la denominada época oscura  del la cual saldrán personajes de leyenda como el Rey Arturo, la historiografía le ha asignado el nombre a este periodo de Heptarquía Anglosajona. Ya que los recién llegados formaran siete condados, con fronteras poco definidas, que después de varios siglos darán como resultado la formación de Inglaterra.

Los hunos.

Podemos decir que fueron los que encendieron la mecha que acabará lentamente con el Imperio Romano. Su historia está llena de interrogantes, se sabe que en torno al siglo I merodeaban por el Asia Central, entre los lagos Baikal y Aral. Una de sus características es que no practicaban la agricultura, por lo que su forma de vida fue totalmente nómada. Esta forma de vida los llevó a ser grandes jinetes, por lo que volvieron locos a las legiones romanas carentes de esta movilidad.
A partir del siglo IV inician un extraño movimiento camino a Occidente, con sus tiendas confeccionadas a base de pieles y montadas en carros, se dirigen derechos al Imperio Romano. Su movimiento en el año 374, actuará en forma de fichas de domino moviendo a los diferentes pueblos asentados en el Danubio, y que conoceremos después. Tras este movimiento ocupan lo que hoy día sería Ucrania y Rumanía, a pesar de que realizan incursiones en la zona romana de los Balcanes no pasa de ahí.
Pero todo cambiará cuando Atila,tras asesinar a su hermano en el año 446,llega al poder de los hunos. Cinco años después cruza el río Rin y se apodera de algunas ciudades romanas de la actual Francia, aunque luego es derrotado por el general romano Aecio, con la ayuda de otros pueblos bárbaros. El año siguiente vuelve a la carga llegando prácticamente a las puertas de Milán, pero tras conseguir una buena contraprestación por retirarse, decide volver a su punto de salida. Todo ello para morir un año después mientras dormía. Mucho se ha escrito sobre el supuesto amansamiento de los hunos, tras su contacto con la civilización romana. Este hecho es visto como la causa principal del final de los hunos, tras la muerte de Atila y con sus hijos envueltos en continuas disputas.

Entre el Elba y el Danubio los pueblos más estructurados.

Esta serie de pueblos tienen en común estar regida por reyes y con una cierta estructura política. Además de ello les une la religión, ya que la más extendida en todos ellos es el arrianismo, es decir una variante del cristianismo surgida del norte de África.
Los burgondios, eran originarios de Escandinavia. Pero a partir del siglo III, inician un descenso para ocupar algunas tierras abandonadas por pueblos germanos, en torno al río Rin, aproximadamente en la actual Suiza. Sus entradas a través del “limes” fueron bastante ocasionales y reprimidas por el Imperio, se puede decir que fueron uno de los pueblos bárbaros menos belicosos. Tras ser derrotados por los hunos, se establece entre ellos una especia de colaboración en el siglo V. Como estos últimos acaban diluyéndose, pero en la Alta Edad Media reaparecen en la escena histórica para convertirse en el Reino de Borgoña.
Los lombardos, como los anteriores provienen de Escandinavia, si los anteriores son poco beligerantes,  a este otro pueblo tampoco se le conocen grandes incidentes con el Imperio.  Entre los siglos (I-II), ocupan diversos territorios en torno el río Elba, tras lo cual se mimetizan con otras tribus germanas. Solo vuelven aparecer históricamente tras la caída del Imperio romano, cuando inician un descenso de latitud, que les llevara a fundar el siglo VI el conocido Reino Lombardo, del norte de la actual Italia.
Los ostrogodos, asentados en el Danubio, fueron los que recibieron directamente en el año 374 el envite de los hunos, los jinetes de las estepas los derrotaron estrepitosamente. Tras ello se ven sometidos al Imperio de los hunos, desapareciendo como pueblo hasta la muerte de Atila, tras esta, vencerán a sus sucesores en la Batalla de Nedao.  A partir de ese momento, se resarcirán plenamente, llegando su época de mayor esplendor con Teodorico. Dicho rey tras asesinar a Odoacro, el germano que acabó con el último emperador de Roma, se convirtió en una especie de heredero del Imperio romano, al expandir su influencia a toda Italia, Hispania y los Balcanes.
Los visigodos fue uno de los  pueblos bárbaros, que más rápidamente se introdujeron en las estructuras del Imperio romano. Tras la llegada de los hunos se vieron empujados a los Balcanes atravesando la frontera del Danubio, se calcula que llegaron cerca de 70.000 bárbaros al Imperio. A pesar de que se sometieron al emperador oriental Valente, la falta de recursos les llevó a levantarse en armas e infringir una gran derrota al Imperio desde dentro. El siguiente emperador llegó a un pacto con ellos, tras el mismo los visigodos adquirieron gran relevancia dentro de las estructuras del estado romano. Su máximo exponente fue el Rey Alarico, que llegó a saquear Roma en el año 410, fue la primera gran piedra de toque de un tambaleante Imperio. Como es más conocido, los visigodos se establecerán en Francia y posteriormente en la Península Ibérica.

Los pueblos barbaros que rompieron la Limes del Rin.

El 31 de diciembre del año 406, se da como fecha inicial de la ruptura de la frontera del Imperio. La causa más probable fue la presión ejercida por una serie de pueblos,  tras la llegada de los hunos a la zona del Danubio. La principal entrada fue a través de Maguncia, en aquellos momentos defendida con escasa efectividad por los francos, otro de los pueblos bárbaros, en este caso establecidos como “foedus” en dicha zona.
Los vándalos,originarios también de la Península Escandinava, los encontramos con la llegada de los hunos asentados al sur de la actual Polonia, es decir haciendo frontera con la provincia romana de Panonia.  No eran un pueblo unitario, ya que existían diferentes grupos, entre ellos los silingos, los victovales y los asdingos. Pero nuevamente debemos hablar de la presión ejercida por los hunos, que  llevará a los vándalos a unirse, y así convertirse en uno de los pueblos más activos en la ruptura del “limes”. Tras esta arrasan las Galias y en el año 409 se presentan en la Península Ibérica, en donde hacen lo propio con Cartagho Nova (425) e  Hispalis (426), entre otras ciudades romanas.
Con la llegada de Genserico al poder cruzan el estrecho y se hacen con las provincias africanas del Imperio, donde establecieron el Reino de los Vándalos   que perduró durante el siguiente siglo siguiente.  Su final vino de la mano de Justiniano, el emperador bizantino que acabó con ellos en el año 534. No sin antes convertirse en protagonistas del segundo gran saqueo que sufrió la capital del Imperio, en el año 455, a manos de los vándalos encabezados por Genserico.
Genserico en Roma
Las primeras noticias que tenemos de los suevos, los sitúan en el interior de la actual Alemania, son diferentes tribus y debido a su gran movilidad resultan un quebradero de cabeza para el Imperio. Ya en el siglo V, algunos grupos se establecen para acabar formando la región histórica de Suabia. Aunque otros grupos tras la ruptura de la frontera se convierten en socios de los vándalos silingos, junto a ellos arrasan las Galias y llegan a Hispania en el año 409. Luego lejos de seguir los pasos de los vándalos, se dirigen a la provincia romana de Gallaecia, donde conforman un reino independiente de los visigodos, hasta finales del siglo VI, que son absorbidos por estos últimos.
Los alamanes,  a veces confundidos con los Suevos, son el resultado de la evolución in situ de las tribus germánicas. Asentados en el curso del río Elba, no se les conoce por las fuentes romanas hasta el siglo III. Igual de belicosos que los anteriores, los encontramos unidos a los francos para poner en aprietos al Imperio Romano. Tras la ruptura de la frontera,  su posición se expande ocupando tierras de la actual Suiza y Alsacia, es decir, quedan haciendo frontera con el recién nacido reino de los Francos, otrora socios, luego enemigos durante algunos siglos. Destacar para acabar con ellos, que el nombre de este pueblo acaba dando la raíz del nombre de la actual Alemania a los países latinos, mientras los anglosajones cogen la raíz germana para dicho nombre.
Los alanos es posiblemente uno de los pueblos menos conocidos, la causa también la encontramos, una vez más, en el movimiento de los hunos. Al contrario que el resto de los pueblos su procedencia la debemos buscar en el Cáucaso, es decir su etnia irania los emparenta con los pueblos de las estepas. Antes de la llegada de los hunos ya estaban establecidos en el Danubio, la llegada de estos, supuso la disgregación total de este pueblo. Unos fueron asimilados por los propios hunos, otros se encaminaron al norte y se fundieron con los anteriores suevos y vándalos. En definitiva, sus grandes dotes a caballo les hicieron merecer puestos destacados, en los grupos que atravesaron la frontera del Imperio a principios del siglo V.
De todos estos pueblos bárbaros, visto desde la distancia que da el tiempo y a simple vista, los más beneficiados de la ruptura el “limes” fueron los francos. Los motivos de este hecho debieron ser varios, aunque el principal parece ser la proximidad a la “limes”, ya que eran los que estaban asentados en la orilla derecha del río Rin. Debido a este aspecto sus contactos con los romanos eran más fluidos, incluso algunos grupos participaron de la protección del mismo Imperio, como por ejemplo los francos ripuarios.
Tras la ruptura, los francos acabaron de cruzar el antiguo “limes” en diferentes grupos, aunque antes de ello, ya estaban organizados en una especie de reinos semiindependientes. Los francos Salios se instalaron en la zona de los actuales Países Bajos, poniendo la capital en Cambrai. Por otro lado los francos ripuarios se expandirán por los territorios más cercanos el río Rin. Su unión a principios del siglo VI acabará conformando la Dinastía Merovingia, es decir, la génesis de lo que se acabará convirtiendo en Francia.

La caída del Imperio romano.

Todos los pueblos aquí descritos participaron de una forma u otra de la caída del Imperio Romano, pero como se suele decir hubo más causas internas que no externas. El Imperio llevaba muchos siglos de decadencia, algunos autores, en una visión  que personalmente comparto, ven el inicio de la caída en la misma muerte de Trajano en el siglo II. Un Imperio hecho a golpe militar, sin duda la principal cualidad de los romanos, a pesar de ser la cultura más avanzada de la época, no debió dejar la senda de las conquistas. La posterior llegada de extranjeros, por no decir otra vez bárbaros, al ejército solo fue una más de las puntillas.
El emperador Valentiniano III por miedo a las victorias del general Aecio, entre otras ante los hunos, lo asesinó en el año 454, desde ese momento el ejército toma el control total de Imperio. Tras lo cual matan al emperador y tras una sucesión continua de emperadores sin voz ni mando, el 4 de septiembre del 476, Odoacro, por cierto un bárbaro del pueblo semidesconocido de los hérulos depone al último emperador de Roma.
El resultado de la disolución del Imperio Romano de Occidente.
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Imágenes: commons.wikimedia

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