El inicio de Las Cruzadas

El inicio de Las Cruzadas.

A finales del siglo XI el Imperio bizantino estaba pasando tiempos difíciles. La derrota ante los turcos selyúcidas en Manzikert en 1071 supuso la pérdida de las posesiones bizantinas en Asia Menor, lo que unido a la toma de Jerusalén de 1070 provocó una gran alerta tanto en Oriente como en Occidente sobre el avance del Islam y su amenaza al mundo cristiano.
Ante el avance de los selyúcidas, el emperador bizantino Alejo I escribió una carta al pontífice de Roma, Urbano II, solicitando la ayuda de toda la cristiandad para combatir a los musulmanes. A pesar de que el Imperio bizantino había protagonizado el Cisma  de Oriente en 1054, distanciándose así de Roma, el Papa Urbano II aceptó ayudar a Alejo, anhelando unir de nuevo a toda la cristiandad bajo un solo estandarte. Para tal fin convocó un Concilio en la ciudad de Clermont, en el cual Urbano II lanzó un inspirado sermón en el que habló sobre los abusos que los musulmanes infligían a los peregrinos cristianos que viajaban a Tierra Santa, explicó la necesidad de que los nobles aparcasen sus luchas internas y se uniesen en la lucha contra los musulmanes y prometió a todos aquellos que se unieran a la lucha el perdón de todos sus pecados.

El inicio de Las Cruzadas

El inicio de Las Cruzadas, Mapa de Europa al inicio de la Primera Cruzada Al llamamiento de Urbano, la enfervorecida audiencia del Papa respondió con el grito que se convertiría en el lema de la cruzada y el inicio de Las Cruzadas:
¡Dios lo quiere!

El inicio de Las Cruzadas. La cruzada de los pobres

Al tiempo que Urbano II proclamaba la guerra santa varios predicadores, entre los que destaca Pedro el Ermitaño, influyeron en una gran cantidad de campesinos y gente humilde para marchar a Tierra Santa. Este ejército, mal formado y organizado, estaba formado por cuarenta mil cruzados, principalmente campesinos sin entrenamiento militar, entre los que se encontraban mujeres y niños. Su líder, Pedro el Ermitaño, no esperó a que los preparativos del Papa terminasen, sino que dirigió a sus seguidores a tomar Jerusalén por su cuenta. Esta cruzada es conocida como la Cruzada de los pobres, popular o de Pedro el Ermitaño.
El inicio de Las Cruzadas
El inicio de Las Cruzadas. La cruzada de los pobres
Tras un difícil viaje por Europa en el que murió una cuarta parte del ejército, la cruzada llegó a Asia Menor, donde pronto fueron masacrados por los turcos y los cautivos esclavizados. Sólo Pedro el Ermitaño y unos pocos supervivientes lograron regresar a Constantinopla.

El inicio de Las Cruzadas. La Cruzada de los Príncipes

En 1096, tras el desastre de la Cruzada de los pobres, tuvo lugar la que se conoce como la Cruzada de los príncipes o los barones, mejor organizada y formada por miembros de la nobleza feudal. Esta sería la considerada Primera Cruzada, la única que sería realmente exitosa. Este ejército estaba formado por entre treinta y treinta y cinco mil cruzados, provenientes sobre todo de Francia y el Sacro Imperio Romano Germánico.
Después de llegar a Asia Menor, los cruzados tomaron el control de varias ciudades bizantinas como Nicea o Antioquía que habían caído en manos de los musulmanes, y que regresaron al dominio cristiano.
El inicio de Las Cruzadas
El inicio de Las Cruzadas. El Asedio de Antioquía
Finalmente los cruzados llegarían a Jerusalén en 1099, e iniciarían el asedio a la ciudad. Después de varios asaltos infructuosos a las murallas, y de una escasez de suministros que hizo peligrar el asedio, la llegada por mar de un contingente genovés lograría decidir la batalla. Utilizando la madera de los barcos para construir torres de asedio, los cruzados lograron penetrar en las murallas y lograr que la guarnición se rindiese a los asaltantes el 15 de julio de 1099El inicio de Las Cruzadas
El inicio de Las Cruzadas, La toma de Jerusalén La matanza que siguió a la toma de la ciudad fue brutal. Los cruzados exterminaron a casi todos los habitantes de Jerusalén. Musulmanes, judíos e incluso algunos cristianos perecieron en la vorágine de violencia que se prolongó durante la tarde, la noche y la mañana del día siguiente. Ni siquiera aquellos que se refugiaron en los templos lograron salvarse. Baste esta descripción de Raimundo de Aguilers, que participó en la masacre, para hacerse una idea de toda esta violencia:
“Algunos de nosotros, los más piadosos, cortaron las cabezas de los musulmanes; otros los hicieron blancos de sus flechas; otros fueron más lejos y los arrastraron a las hogueras. En las calles y plazas de Jerusalén no se veían más que montones de cabezas, manos y pies. Se derramó tanta sangre en la mezquita edificada sobre el templo de Salomón, que los cadáveres flotaban en ella y en muchos lugares la sangre nos llegaba hasta la rodilla. Cuando no hubo más musulmanes que matar, los jefes del ejército se dirigieron en procesión a la Iglesia del Santo Sepulcro para la ceremonia de acción de gracias.”

El inicio de Las Cruzadas. El fin de La Primera Cruzada.Tras la toma de Jerusalén se descubrieron las reliquias de la Vera Cruz. Godofredo de Buillón, que había sido nombrado gobernador de Jerusalén, dirigió un ejército que portaba la Vera Cruz en vanguardia contra un ejército turco invasor, resultando victoriosos los cruzados en la Batalla de Ascalón.

Tras esta victoria muchos de los cruzados consideraron que habían cumplido su objetivo, de modo que muchos regresaron a su casa. La Primera Cruzada se saldó con la victoria de los cristianos.
Autor: Jesús Sahuquillo Olivares para revistadehistoria.es
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