Sobre el concepto de soberanía (5)
Entre los pensadores que en el siglo XVI se opusieron a la autoridad irrestricta de los reyes, Juan Altusio (Johannes Althsius…) merece mención especial. Esto se debe a que en sus escritos, de una hondura y penetración singulares, presentó una auténtica teoría general de la sociedad. Su pensamiento se encuentra a caballo entre una visión medieval de la sociedad y una visión moderna del derecho. De los medievales retomó el concepto de una sociedad organizada en comunidades privadas y públicas, mientras que de los modernii asumió la idea asumió la idea de establecer con claridad la autonomía tanto de la política como de la ciencia jurídica respecto a la religión… De hecho, su idea de Estado se puede calificar de confesional…abogaba por una sociedad teocrática…El elemento religioso también aparece dentro del pacto de sujeción y de constitución, ambos esenciales para la génesis del Estado… [1]
Esta es la quinta entrega de esta serie sobre soberanía que solo sé cuando inició, pero no cuando va a terminar. Cada búsqueda constituye sin duda un verdadero descubrimiento, una oportunidad única e irrepetible de aprender.
De manera rápida hemos visto primero el concepto mismo, desde su perspectiva etimológica, y luego nos adentramos en el pensamiento de Platón, Aristóteles y Bodino, enfocándonos en sus ideas acerca de la soberanía. Todos coinciden en que el Estado, cualquiera que fuese su modalidad, debería estar sujeto a la ley, que simboliza el poder soberano, absoluto siempre. Concluimos el artículo anterior afirmando que a Juan Bodino se le denomina como el padre del Estado Moderno, pero sobre todo, el verdadero creador del concepto de soberanía, en el que consagra la supremacía del poder político soberano, necesariamente ligado a la conformación del Estado Nacional.
Husmeando, y leyendo a politólogos especialistas, me encontré con un nombre, más que desconocido para mí: Juan Altusio, un pensador, filósofo y sobre todo, teólogo calvinista alemán. Nacido en 1557 en Diedenshausen, Wittgenstein-Berleberg, que actualmente se llama Thionville y que pertenece a Francia. Escribió mucho, pero su obra cumbre es sin duda: “La política: metódicamente concebida e ilustrada con ejemplos sagrados y profanos”. Su primera versión fue publicada en 1603. Algunos años después la reimprimieron con importantes correcciones.
Juan Altusio o Althusius, aunque había nacido en el seno de una familia modesta, pudo estudiar gracias al mecenazgo de un noble local. Estudió mucho. Viajó por el mundo conocido para aprender. Estudió leyes. Leyó a los grandes autores como a los clásicos griegos, a Maquiavelo, a Bodino, y, por supuesto a Calvino, a quien convirtió en su maestro y guía. Como bien afirma el profesor Patricio Carvajal de la Universidad de Valparaíso en Chile[2], Altusio es quizás uno de los principales estudiosos de la ciencia política, que supo aprovechar las ideas vigentes de los intelectuales de la época:
La Politica de Althusius presenta, en cuanto discurso, algunas particularidades que conviene destacar. Primeramente el concepto de ciencia política, cuyo fundamento es la consociación, corresponde a una propuesta hasta ese momento desconocida por la ciencia política moderna, especialmente si consideramos los escritos de Maquiavelo (teoría del poder) y de J. Bodin (doctrina de l soberanía y de los derechos de la majestad). No se trata de un término propiamente althusiano; su origen está en la República de Cicerón. Pero, como ocurre con la obra de Althusius, se da en ella un complejo proceso de recepción-interpretación-innovación que permite la creación de un lenguaje especializado, propio de la ciencia política y del derecho público moderno, y posibilita también el desarrollo de las respectivas instituciones republicanas. La teoría de la consociación de Althusius es claramente una “Gesellschaftstheorie”. Y en este punto radica un mérito esencial en la Politica del jurista herboniense, especialmente cuando en el pensamiento político jurídico europeo de la época comienza a desarrollarse la dicotomía teórico e institucional entre Estado (“Staat”) y Sociedad (“Gesellschaft”).[3]
En 1594, tras completar sus estudios, Althusius ingresó en la facultad de leyes de la Academia Protestante de Herborn. A partir de entonces ocupó varias posiciones académicas y políticas que le dieron fama.
No olvidemos el momento en que nació y se desarrolló Altusio. Era el momento en que se rompían las bases estructurales de la sociedad de Europa Occidental. La escolástica había terminado. Ya la Iglesia Católica no tenía el control ni de los feligreses, ni del Estado ni de los nobles. La crítica cada vez mayor del diezmo obligatorio cumplió su misión: enriquecer al papado y enfurecer a todo el mundo (¡Gracias Juan Pablo Segundo por tu súplica de perdón por ese período tan sombrío de la Iglesia). Las ideas de la Reforma Protestante se propagaron como pólvora.Lutero y Calvino se convirtieron en los héroes del momento. Alrededor de estos monjes, pensadores, luchadores y estrategas políticos, se aliaron muchas personas, entre ellos grandes intelectuales como fue Altusio. La mayoría de los estudiosos del pensamiento de Altusio afirman que su carrera política, además de exitosa fue de un gran compromiso. Fue uno de los defensores más vigorosos de la lucha encabezada por Emdem en contra de Frisia, argumentando sus teorías acerca de la autonomía y libertad de los Es tados. Como afirma el profesor Otto Von Gierke
Durante todo su mandato parece el alma de la política citadina a favor de la creencia reformada; de las franquicias y los derechos municipales en contra de los señores feudales y los nobles.…[4]
Hasta aquí hemos situado quién era J. Altusio, el filósofo alemán que hizo sus propuestas políticas en medio del calor de la lucha política junto a los calvinistas. El espacio se nos agotó. En la próxima entrega hablaremos de las ideas políticas de Altusio.
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