SOBRE LA POLÍTICA EN LA REPÚBLICA DOMINICANA.
Este escrito data de
1923, que coincide en los actuales
momentos políticos en la República Dominicana, es coincidente en los actuales
momentos que vive la nación con los personajes que intervienen en los procesos
políticos en esta época.
En la naturaleza se
realizan proceso de selección. La lucha por la vida de como resultado la
supervivencia de los más aptos .Preside
también todas las manifestaciones o actividades de la vida humana, con
excepción de la política.
En política, se opera en una selección al revés, el triunfo es de más ineptos. Todos
es consecuencia del favor no del
merecimiento. Capacidad no cuenta. El caciquismo corruptor hace las designaciones, escogiendo a los adeptos más
serviles, los íntimos, esto es, los de
las incondicionales adhesiones. Se dan los cargos, no la opinión, sino la
voluntad del poderoso.
Nada más hondamente
perturbador. Más lesivo del orden social, que
el padrinazgo. El ampara la ineptitud y posterga el mérito, y ese
espectáculo repetido de la injusticia reinante torna el espíritu del más sordo
al sentimiento del deber haciendo abandonar el culto del derecho. El amor a la
patria languidece.
El parasitismo, la empleomanía como
también la mendicidad sustituyen al trabajo honrado. El favor político
convierte en una frase soez la
representación de Las Cámaras “El
hace y deshace, crea y destruye, exalta y humilla, engrandece o denigra, triunfante,
irresponsable, señor de la razón y soberano de los justo”.
En el juego natural de
las influencias se establece una especie
torpe de mercado en el cual se comercializa con lo ajeno. Nadie de gratis ese flujo que constituye para el que
lo tienen un verdadero patrimonio. Favor por favor, servicio por servicios.
Todo a expensas públicas.
De donde las complicidades políticas, los impuros compadrazgos, la falsa
indigna de la vida pública, los partidos de votos. Los gobiernos de amigos, la
adscripción de la conciencia de la
voluntad ajena, la injusticia que no puede ser rehusada, la iniquidad que no es posible dejar de cometer.
Política de aspirantes, carente en absoluto de ideal, se reduce exclusivamente
a la distribución de destinos, el
trabajo de empleados y funcionarios, la chismografía.
Todo esto contradice el
postulado de Alejandro Hamilton, cuando anunció “El fin de toda organización
política debe ser en primer término obtener para gobernantes a aquellos hombres
que posean más sabiduría para entrever
el bien público y la mayor aptitud para
llevarlo a cabo.
Entre nosotros ese
principio no ha tomado cuerpo en el espíritu público. Lo triste del caso es
el no vislumbrarse indicio alguno de
cambio, porque para curar los inveterados males que afligen al cuerpo social,
se requiere un largo tratamiento, consistente en la creación de caracteres, en
modificación de las costumbres por el
enaltecimiento del trabajo y la difusión de la cultura con inquebrantable
tenacidad.
Tao como en la práctica
en nuestra política vernácula, constituye una actividad nociva, ella justifica
ampliamente la frase genial del
sociólogo dominicano José Ramón López, el cual escribió “más útil es a la patria quien siembra una mata de plátanos que quien consagra a la política una
vida entera”.
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