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sábado, 7 de mayo de 2016

Alejandro Magno, su historia y sus brillantes campañas que cambiaron el mundo militar.

Te gusta esta página · 23 de abril
 
#EspecialDeViernes: Alejandro Magno, su historia y sus brillantes campañas que cambiaron el mundo militar.


Para entender el surgimiento del gran líder macedonio debemos comprender el contexto donde surge. Todos conocerán las famosas guerras entre Persia y Grecia entre el 492 y el 479 a.C. con batallas épicas como Maratón, Termopilas, Salamina o Platea y donde el mundo griego mostro una y otra vez su brillantez militar y su técnica impecable formando el ejército más formidable hasta aquel entonces y expulsando a los persas de los Balcanes. Pero tras eso, unos 50 años más tarde entre el 430 y el 400, el mundo griego se vio hundido en una guerra entre Atenas y Esparta conocida como la Guerra del Peloponeso, donde tras una larga guerra en el mar y la tierra, Esparta salió vencedora por su gran ejército y sometió a Atenas poniendo fin al efímero intento democrático de la ciudad. Este poder fue puesto en jaque por otra potencia griega, Tebas; quien comenzó a disputarle la hegemonía al ejército espartano que parecía invencible. Parecía, bien dijimos, porque Tebas perfecciono las unidades militares siendo los precursores de la famosa “falange” que luego crearían los macedonios. Tebas venció a Esparta en la batalla de Leuctra del 371 a.C. y comenzó su hegemonía; pero que no pudo extenderse por mucho tiempo ya que en el norte del mundo griego, una antigua región que había colaborado con los persas comenzaba a militarizarse; esta región era Macedonia.

Macedonia una tierra aislada había comenzado a militarizarse gracias a los enormes esfuerzos de Filipo II, rey de Macedonia. Filipo considero que al tener sus ejércitos fortalecidos era hora de volver a unificar el mundo griego, ya que Tebas estaba hundida en una crisis política interna sin fin. Así fue como los ejércitos de Filipo se trasladaron a Grecia Central donde enfrentaron a los ejércitos de Tebas y Atenas, venciéndolos en el 338 a.C. en la batalla de Queronea. Filipo II, había tenido un hijo, llamado Alejandro; para que su hijo continuara con su legado desde muy joven lo formo entre filósofos destacando Aristóteles como uno de los maestros fundamentales del joven Alejandro. Una vez formado, Filipo enseño y entreno en el arte de la guerra a su hijo llevándolo a múltiples batallas donde Alejandro comenzó a liderar pequeñas unidades auxiliares a las de su padre. Su prueba de fuego fue cuando acompaño a su padre a Queronea donde tuvo la responsabilidad del ala derecha de la formación de su padre; allí demostró sus dotes militares y aplasto el flanco ateniense lo que provoco que su propio padre lo felicite tras la batalla. Tras esta batalla citada, Macedonia unifico el mundo griego bajo su influencia. Esparta era una sombra de lo que fue, Tebas paso a jurar fidelidad a Filipo y Atenas entrego sus soldados al mando del joven Alejandro. Macedonia había cumplido su cometido. Allí fue donde Filipo comenzó a reunirse frecuentemente con su hijo en campamentos militares planificando el próximo ataque a gran escala: la invasión del Imperio Persa más precisamente en la región de Anatolia (actual Turquía). Para desgracia de Alejandro, en el 336 su padre falleció justo cuando estaban muy cerca de invadir al Imperio Persa. Alejandro fue coronado rey de Macedonia con solo 19 años y tendría la responsabilidad mayor de seguir con los planes de su padre ante un ejército que lo esperaba a sus espaldas.

Alejandro demoro la invasión dos años porque prefirió fortalecer sus unidades militares; allí se produce la revolución que cambiaría su trayectoria como militar y estratega. Estuvo durante meses perfeccionando la formación de falange que había creado su padre. Esta formación de cambiaría la historia del mundo militar: la misma se componía de la tradicional falange, donde adelante iban los hombres más fuertes y robustos armados con lanzas, que entraban en combate de forma frontal y sin separar las líneas jamás. Pero tras ellos, Alejandro escondía a su infantería, compuesta por antiguos campesinos que el propio Alejandro entreno y convirtió en unidades de elite. También la infantería contaba con Hipaspistas conocidos por funcionar como una infantería ligera que jugaría un rol clave en muchas batallas ante la superioridad numérica. Por ultimo; contaba con dos tipos de caballería: la caballería ligera que se encargaba de iniciar el combate y apoyar a la falange atacando los flancos enemigos; y la caballería pesada compuesta por nobles y ricos de la sociedad macedonia equipados con una coraza metálica, una jabalina y una espada. Eran en total 1.000 hombres, y su especialidad era la carga frontal. Una vez perfeccionada la falange tras meses de entrenamiento duro, en el 334 a.C.; Alejandro tenía a sus miles de hombres listos para la invasión más arriesgada de la historia antigua invadir el Imperio Persa con 50.000 hombres, frente a los más de 500.000 hombres que disponía el rey persa Darío III. Alejandro juraría venganza por el honor de Grecia dañado en las invasiones de un siglo y medio antes; partió desde Macedonia con 50.000 hombres y dejo en su tierra natal solamente 15.000 soldados, para cubrir cualquier invasión o revuelta en Grecia.

En la primavera del 334 a.C.; Alejandro partió hacia el corazón el Imperio Persa, tierra a la que nunca nadie antes había osado entrar. Acompañado por varios trirremes cruzo a sus ejercito a través del paso del Helesponto y de adentro en Asia Menor, uno de los primeros puntos en visitar fue Troya, aquella mítica ciudad donde aqueos y troyanos se habían enfrentado unos 900 años antes. Allí siguió su avance hasta que comprendió que las fuerzas persas que intentarían aplastar a Alejandro estaban muy cerca y decidió acampar para establecer su estrategia cerca del rio Granico. Alejandro en ese entonces había dividido sus ejércitos y el solo contaba con 18.000 hombres, mientras los persas habían movilizado un destacamento de 20.000 guerreros. Alejandro sabía que para atacar debía cruzar el rio en la madrugada, y eso fue lo que hizo, ataco por sorpresa y sus hombres cruzaron en la noche. Cuando nadie lo imaginaba los hombres de Alejandro con su formación de falange arrasaron el campamento persa y asesinaron 7.500 persas mientras solo perdieron 120 vidas. La primera de las espectaculares victorias de Alejandro con el factor sorpresa como clave. Desde el mar, Alejandro ordeno a su general Nicanor sitiar la ciudad de Mileto, la cual fue atacada por 150 barcos griegos, la movilización persa fue de 400 embarcaciones para contrarrestar el sitio, pero fue en vano, las lecciones de Salamina determinaron para siempre la superioridad griega en los mares y Mileto al cabo de pocas semanas fue recuperada con éxito. Alejandro se detuvo en Asia Menor y abasteció a su ejército pero allí se enteró que Darío aun preparaba desde Babilonia al grueso de su ejército: 500.000 hombres y 2.000 embarcaciones. Alejandro sabía que debía impedir como fuera que el ejército terrestre de los persas se uniera con la flota en el golfo de Issos, por ello desplego sus hombres hasta allí. Alejandro encabezo 40.000 soldados pero enfrente Dario desplegaba más de 100.000 soldados incluyendo 10.000 mercenarios griegos y 10.000 “inmortales”. Darío movilizo muy bien sus efectivos y por momentos abrió una brecha en la falange macedonia lo que provoco muchas muertes pero Alejandro era un genio militar y en lugar de retroceder decidió hacer un movimiento rotativo impresionante donde traslado su falange hacia el sector derecho y en su lugar entro en juego la caballería ligera que torció el curso de la batalla en favor de Alejandro. Al finalizar el día, Alejandro derroto a los persas que se vieron obligados a retroceder. Unos 7.000 macedonios y 20.000 persas murieron aquel día.

Darío consciente que no podría unir sus fuerzas con la flota, decide retroceder hacia Siria, dando por perdida sus posesiones en Asia Menor. Alejandro continúo su avance hacia Siria en búsqueda de Darío, iniciándose una larga persecución. Para el 332 a.C.; Alejandro ya había entrado en Siria y tomo Damasco. Desde allí se dirigió al Levante, más precisamente a la ciudad de Tiro, donde estaba el grueso de la flota persa. Alejandro desplego 220 naves para intentar tomar el puerto que era defendido por 500 naves. Tras una lucha intensa de varios días, la flota persa diezmada se retiró a Egipto. La ciudad de Tiro fue sitiada durante varios meses y finalmente cayó en manos de Alejandro a mediados de ese año. Ese mismo año avanzo hacia Gaza y la tomo sin grandes problemas. En el 331 a.C., Alejandro entro en Egipto donde la resistencia no fue tan dura como esperaba, y pudo desarticular los más de 200 años de dominio persa en Egipto, allí también fundo la ciudad de Alejandría como una ciudad portuaria que pasaría a ser célebre por su Biblioteca y su Faro. Desde allí dirigió sus ejércitos reclutando en Egipto y partió a Babilonia, el corazón el Imperio Persa.

En octubre de ese año, chocan en las llanuras de Gaugamela los ejércitos de Darío y Alejandro en la batalla que definiría la suerte del Imperio persa. Darío desplego toda su furia con 250.000 soldados, frente a los 47.000 soldados macedonios. La superioridad numérica era brutal y la batalla parecía imposible de ganar. Alejandro se movió oblicuamente hacia el ala izquierda persa en lugar de avanzar directamente hacia ellos, y al continuar avanzando en esa dirección, se colocó más allá del terreno nivelado por los persas. Darío ordenó que su ala izquierda contuviera el movimiento lateral de Alejandro. Alejandro, al mismo tiempo, inició un ataque hacia el centro de las tropas envolventes y dio comienzo a una serie de ataques y contraataques hasta que las formaciones persas quedaron rotas y los hombres de Alejandro ganaron terreno. Darío envió sus carros contra la falange para sembrar el desorden en ella, pero la infantería macedonia, que estaba delante de la caballería para protegerla de los carros, arrojó sus jabalinas, flechas y abrió sus filas quedando aisladas los pocos carros que atravesaron las líneas macedonias. Alejandro ordenó a su caballería de reserva atacar a las fuerzas que estaban rodeando su ala derecha y él en una formación en cuña, galopó hacia la brecha abierta en la línea persa por el avance de su propia caballería, en una maniobra que rompió todos los esquemas existentes de la historia militar. Luego se dirigió contra Darío personalmente, que abandonó el campo aterrorizado ante el avance de Alejandro. La caballería persa del ala izquierda, que estaba siendo atacada por la reserva macedonia, también emprendió la huida, siendo perseguida por los macedonios, que los masacraron. Al ver al rey escapar, las unidades de infantería persa cayeron en el desorden y la falange macedonia no los perdono masacrándolos. La caballería persa intento reorganizarse pero Alejandro dejo de perseguir a Darío para auxiliar a su caballería ligera, aniquilando la caballería persa. Al caer la noche, 50.000 persas fueron asesinados, por su parte Alejandro solo perdió 500 vidas en la victoria más espectacular que vio la historia de la humanidad. Alejandro se dirigió desde Arbelas a Babilonia, donde ordenó reconstruir el templo de Marduk. Luego tomó las ciudad de Susa y Persépolis, la capital persa, donde entro sin resistencia poniendo fin al Imperio Persa.

Darío III fue capturado por unos sátrapas que intentaron negociar una paz con Alejandro pero este emprendió una rápida marcha para llegar a Darío. Los sátrapas decidieron apuñalar a Darío asesinándolo y escapando. Alejandro no pudo hacer nada. Tras esto comenzó un periodo de paz donde Alejandro se instaló en Babilonia y planifico su próxima expansión. En el 327 emprendió una nueva campaña pero ahora contra los sogdianos un pueblo del centro de Asia cercano a Afganistán; en pocas semanas y tras realizar un sitio a la capital del reino sogdiano Alejandro se adjudicó nuevas tierras y conocido a su esposa, Roxana, con la cual contrajo matrimonio y lo acompaño en sus nuevas travesías. Para cerrar sus campañas Alejandro dirigió a sus hombres hacia la India, aunque muchos de sus combatientes prefirieron ya no adentrarse en tierras tan lejanas, las guerras habían llevado a un agotamiento general. Alejandro llego a la ciudad de Aornos en el actual territorio de Pakistán donde estableció un sitio y tras varias semanas entro a la ciudad alzando una estatua de la diosa Atenea.

Aquí comienza la fase final de su campaña: En el 326 entra en la India con 50.000 hombres. Apenas ingresaron en territorio indio fueron recibidos por un ejército de 25.000 guerreros indios y 200 elefantes liderados por el rey Poros en la batalla de Hidaspes. Poros realizo una masiva carga con elefantes sobre los macedonios que desarticulo cualquier planificación de Alejandro quien debió improvisar como nunca. Alejandro reorganizo sus fuerzas y cruzo el rio Hidaspes y tras varias maniobras pudo atacar y romper un flanco de la formación india por donde logro capturar a Poros y poner fin a la batalla. Pese a la victoria fue la más costosa, porque Alejandro casi doblada en número a los indios y pese a eso perdió 4.300 vidas en una batalla de 8 horas extremadamente sangrienta. Los generales de Alejandro se opusieron firmemente a seguir avanzando tras esta batalla, poniendo fin a las conquistas de Alejandro. Como reconocimiento al gran trabajo realizado en la batalla Alejandro recompenso a Poros como gobernante en esa región bajo el poder macedonio. Tras la campaña en la India, Alejandro retomo a Babilonia donde permaneció hasta su muerte el 13 de junio del 323 a. C. cuando le faltaba poco más de un mes para cumplir los 33 años de edad.

-Rey Aquiles

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